Cerealto Siro en Venta de Baños (Palencia) vuelve a estar en el foco un año después de que el Ministerio de Industria hiciera lo imposible en las negociaciones para que el gigante galletero de España continuara funcionando y dando empleo a 1.700 personas en la comunidad, evitando así el concurso de acreedores que se tenía en mente en la empresa. Ahora, está en juego la fábrica en Venta de Baños, una de las varios con las que cuenta el grupo en Castilla y León, ya que la decisión de la compañía es cerrar la factoría o venderla a algún inversor interesado en mantener su actividad y empleo.

Concretamente, los 197 trabajadores de la planta y las administraciones públicas se reúnen este viernes, a las 12:00 horas, en el Ministerio de Industria con el fin de negociar una salida para esta factoría después de que la multinacional anunciara el inicio del cierre. En la mesa habrá representantes del Ministerio, de la Junta de Castilla y León, del Ayuntamiento de Venta de Baños, del Comité de Empresa y de la nueva propiedad de Cerealto.

Según han informado hasta este momento, habrá al menos una oferta de compra, tal como anunció el portavoz de la Junta y consejero de Economía, Carlos Fernández Carriedo. Por su parte, la empresa no ha negado ni que haya un cierre planteado sobre la mesa ni que haya inversores interesados en la compra de la fábrica e insiste en actuar siguiendo la hoja de ruta marcada por el plan que se acordó en 2022.

A lo largo de toda esta semana se han mantenido reuniones de forma discreta con los representantes de las administraciones para llevar una postura unánime a la cita de este viernes, en la que se va a buscar una salida para la fábrica de galletas palentina, que es una de las nueve propiedades de la multinacional y de las cuatro que hay en Castilla y León.

La situación desde 2022

Hace ya un año, la propiedad por aquel entonces de Cerealto Siro Foods ya anunció el cierre de esta planta palentina argumentando que no encajaba en las necesidades de la multinacional que buscaba inversores y negociaba un plan de competitividad con los trabajadores de las fábricas que tiene en España tras acumular una deuda millonaria.

En este momento, las negociaciones se llevaron a cabo en un máximo hermetismo y las lideró personalmente Reyes Maroto, exministra de Industria, consiguiendo parar el desastre y alcanzar un acuerdo que garantizó la viabilidad de la actividad y el empleo en todas las plantas de la compañía en Castilla y León, con la salvedad de Venta de Baños 1, a la que se le daba un plazo de dos años para buscar una solución que la hiciera viable.

En este proceso se convirtieron en accionistas mayoritarios los inversores Afendis y Davidson Kempner, con el 75% del accionariado del grupo, formado por nueve fábricas en España, Portugal, Italia, México y Reino Unido, con una facturación de 400 millones de euros y 3.000 trabajadores. Así, una vez traspasada la sociedad se constituyó una mesa de seguimiento para supervisar el acuerdo y la búsqueda de inversores para Venta de Baños 1, pero a finales del pasado mes de mayo, la retirada de dos inversores interesados puso de nuevo la sombra de la incertidumbre argumentando el no haber encontrado a nadie interesado en hacerse con la planta.

Posición entre los trabajadores

Por su parte, los trabajadores afectados han buscado llegar a esta reunión con una posición unánime con las administraciones. Los representantes del Comité de Empresa han mantenido reuniones discretas con los representantes de las administraciones para disponer de la máxima información posible de cara al encuentro.

De esta forma, el Comité se ha reunido con Virginia Barcones, delegada del Gobierno en Castilla y León, y Carlos Fernández Carriedo, portavoz de la Junta y consejero de Economía, además de con Mariano Verganzones, consejero de Industria, Comercio y Empleo.

Fue Carriedo quien anunció recientemente que hay una oferta en firme de una compañía extranjera interesada en adquirir la fábrica, aunque puntualizando que la última palabra sobre la venta de la fábrica la tiene Cerealto.

Una trayectoria centenaria

La trayectoria de esta empresa es centenaria. Siro lleva más de cien años siendo un actor importante del sector alimentario español y castellano y leonés. Galletas Siro se fundó en 1920 después de que su fundador, Siro Fernández, comenzara con la producción artesanal de galletas en Alar del Rey en 1916.

La empresa siguió prosperando según pasaban los años, hasta que en 1987 fue adquirida por Danone y en 1991 fue vendida al empresario madrileño Juan Manuel González Serna, que todavía hoy sigue siendo el presidente. Fue con este empresario cuando la empresa alcanzó su máximo histórico del 15,3% de producción nacional de galletas (en 1996) al adquirir Galletas Fontaneda y diversificar el negocio en productos y geografías. Esta relevancia le ha llevado a convertirse en interproveedor de galletas, cereales y pastas de Mercadona.

En 2019, último año antes de la llegada de la pandemia, el Grupo Siro facturaba unos 600 millones de euros, con un total de 3.500 trabajadores repartidos entre España, Portugal, Italia, Reino Unido y México. Su producción era superior a las 400.000 toneladas.

Pese a esta brillante trayectoria, en los últimos años ha sufrido importantes pérdidas y una insuficiente liquidez obtenida con la venta de diversos activos. Esto le llevó a pedir un préstamo de 320 millones de euros que todavía hoy arrastra. A esta crisis se ha sumado el impacto de la pandemia y la guerra en Ucrania, que todavía ha agudizado más sus pérdidas. Ante todo esto, la solución encontrada para ello ha sido el buscar un socio, pero está resultando difícil y ha llevado a lo que en estas semanas se está viviendo en las poblaciones de Castilla y León.