Tras días de tensión y meses de negociaciones, el Grupo Cerealto Siro Foods (antiguamente Grupo Siro), uno de los gigantes galleteros de España, con su principal sede en Venta de Baños (Palencia) y una importante actividad en Castilla y León, continuará funcionando y dando empleo a 1.700 personas en la comunidad. El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha alcanzado un principio de acuerdo con los comités de empresa de las fábricas de la empresa ante un papel desentendido del consejero de Industria de Castilla y León, Mariano Verganzones, y, en definitiva, de la Junta.

El viernes de la semana pasada, el grupo anunció a sus trabajadores que paralizaría su producción en todas las plantas de Castilla y León. Además, ya habían adelantado el cierre de la planta de Venta de Baños (Palencia), que afectaba a 197 trabajadores, argumentándolo en la falta de competitividad. Tal como explicaron, la deuda del grupo asciende ya a los 300 millones de euros y el socio inversor decidió retirarse de la operación que iba a permitir reflotar la empresa. Eran los inversores Davidson Kempner y Afendis los que ofrecían una inyección de 180 millones de euros por la compra del 75% de las acciones del grupo a cambio de que los trabajadores aceptaran un Plan de Competitividad que empeoraba sus condiciones laborales.

La falta de acuerdo sobre el plan de competitividad que proponía la empresa y que rechazaron tres de las cuatro plantas españolas fue lo que llevó al grupo inversor a tirarse atrás. No obstante, ya una semana antes había anunciado su intención de desmantelar la planta de galletas de Venta de Baños. Una situación, en definitiva, crítica para una comunidad marcada por la despoblación y la falta de empleo que consiga repoblar las regiones.

Negociaciones arduas, pero solo por un lado

La ministra de Industria, María Reyes Maroto, consiguió en la madrugada de este viernes un principio de acuerdo con los comités de empresa de Siro y los inversores. El Ministerio se reunió con ellos para negociar la oferta presentada por el nuevo grupo inversor interesado por la marca alimentaria y, después de 15 horas de reunión, se llegó al acuerdo que este sábado ha sido finalmente votado por los propios trabajadores. No obstante, Industria llevaba ya cuatro meses trabajando con discreción para mediar entre el inversor y los trabajadores.

“Se trata de elegir entre puestos de trabajo o cierre, entre mantener una industria que sirve para ellos y para sus hijos o quedarse sin empleo y sin futuro para las zonas”, señalan fuentes del Ministerio en declaraciones a ElPlural.com. “La decisión era urgente, porque el inversor está dudando entre España y Portugal”, aseveran. Además, las mismas fuentes recuerdan las raíces de Maroto, que han jugado un papel fundamental en su empeño por conseguir que no se cierren las plantas: “La ministra es de un pequeño pueblo de Valladolid y sabe perfectamente la importancia que tiene la industria en lugares así para fijar población. Su empeño en salvar su tierra ha tenido un gran peso en esta batalla”.

Sí al plan de viabilidad

De hecho, este sábado la ministra Reyes Maroto ha compartido un mensaje en su cuenta personale de Twitter en la que anuncia que los trabajadores de Siro han votado "sí" al plan de viabilidad del ministerio: "Como les he trasladado en las asambleas: tienen mi compromiso en el seguimiento de este acuerdo que garantiza un futuro no solo para 1.700 familias,sino para buena parte de Castilla y León..", ha expresado.

Asimismo, la titular de Industria ha querido dedicar unas palabras de agradecimiento a los trabajadores: "Gracias a los trabajadores del grupo Siro en Toro, Palencia, Venta de Baños y Aguilar de Campoo por la acogida y haberme permitido participar en vuestras asambleas para explicar los detalles del acuerdo que habéis apoyado. ¡Enhorabuena!".

Sin noticias por parte de la Junta

Pero la Junta de Castilla y León no ha jugado el mismo papel decisivo. Aunque el Gobierno autonómico ha respondido a las críticas diciendo que sus consejerías y el presidente están trabajando para solucionar el problema, los sindicatos se han quejado de que Mañueco no les llame para las reuniones con los alcaldes de las ciudades donde están las fábricas, y la oposición en las Cortes ha exigido implicación al Ejecutivo de PP y Vox.

La secretaria general del PSOE en Palencia, Miriam Andrés, es muy rotunda valorando la actitud de la Junta en declaraciones a este medio: “Me ha parecido esperpéntico e indignante todo el papel que la Junta ha jugado a lo largo de estos meses, porque esto ya viene de meses. Mientras el grupo socialista en las Cortes se reunía con los comités de empresa, la Junta de Castilla y León estaba ausente, ni estaba ni se la esperaba”.

“Pero ya, en estos últimos días, la ausencia, el silencio y la falta de apoyo del consejero de Empleo de Vox y el intento de manipulación grotesca del presidente de la Junta y del consejero de Economía, que además es palentino, me ha parecido patético. El señor Fernández Carriedo ha pasado en una semana de decir que la fábrica de Venta de Baños era una empresa más que se cerraba a decir el jueves que tenía una propuesta cuando se demostró que no”, añade.

Además, también denuncia el silencio proveniente de la presidenta de la Diputación y presidenta del PP en Palencia, Ángeles Armisén. Cabe recordar que en la provincia de Palencia se encuentran dos plantas de la multinacional (Aguilar de Campoo y Venta de Baños). No obstante, no duda en celebrar el compromiso del Gobierno de España para luchar por esta importante empresa en el tejido industrial castellano y leonés: “Me produce gran satisfacción ver que al menos una administración pública ha estado a la altura de lo que se espera de una administración pública, que es mediar en los conflictos laborales y, sobre todo, cuando hay una rebaja evidente en los derechos de los trabajadores”.

Ante las numerosas críticas de inacción, pasividad y falta de compromiso de la Junta, el portavoz de Vox en las Cortes, Carlos Menéndez, salió a defender que la Consejería de Industria sí estaba “en comunicación” con la empresa para salvar los puestos de trabajo. La indignación máxima llegó en Venta de Baños cuando el consejero de Economía le quitó importancia al asunto diciendo que “sólo se trataba de una fábrica y no de todo el grupo”. La propia vicepresidenta del comité de empresa, Mónica de la Sierra, recordó que “han sentido el respaldo de casi todos los grupos políticos”, excepto el del Gobierno autonómico de PP y Vox, a quienes reprochó, especialmente a Mañueco y a Carriedo, por su actitud pasiva ante ellos y por sus lamentables palabras.

El acuerdo alcanzado

El acuerdo alcanzado entre el Ministerio, los comités y los inversores será el mismo para todas las factorías del grupo y supone una mejora salarial de un 8% y el compromiso de un importante plan industrial en la comunidad.

Ante él, los representantes de los trabajadores han mostrado su satisfacción, aunque han asegurado que seguirán trabajando hasta encontrar una solución total al conflicto. También ven en el compromiso del Ministerio una esperanza para salvar sus puestos de trabajo después de que la compañía decidiera paralizar la actividad en todas las plantas de Castilla y León y dejar de abonar las nóminas del mes de mayo por falta de liquidez.

La multinacional ya llevaba meses negociando con los comités de empresa de las fábricas en España un plan de mejora de la competitividad, que empeoraba las condiciones laborales y recibió el rechazo de los trabajadores, echando así, en un primer momento, a los inversores para atrás.

Una trayectoria centenaria

La trayectoria de esta empresa es centenaria. Siro lleva más de cien años siendo un actor importante del sector alimentario español y castellano y leonés. Galletas Siro se fundó en 1920 después de que su fundador, Siro Fernández, comenzara con la producción artesanal de galletas en Alar del Rey en 1916.

La empresa siguió prosperando según pasaban los años, hasta que en 1987 fue adquirida por Danone y en 1991 fue vendida al empresario madrileño Juan Manuel González Serna, que todavía hoy sigue siendo el presidente. Fue con este empresario cuando la empresa alcanzó su máximo histórico del 15,3% de producción nacional de galletas (en 1996) al adquirir Galletas Fontaneda y diversificar el negocio en productos y geografías. Esta relevancia le ha llevado a convertirse en interproveedor de galletas, cereales y pastas de Mercadona.

En 2019, último año antes de la llegada de la pandemia, el Grupo Siro facturaba unos 600 millones de euros, con un total de 3.500 trabajadores repartidos entre España, Portugal, Italia, Reino Unido y México. Su producción era superior a las 400.000 toneladas.

Pese a esta brillante trayectoria, en los últimos años ha sufrido importantes pérdidas y una insuficiente liquidez obtenida con la venta de diversos activos. Esto le llevó a pedir un préstamo de 320 millones de euros que todavía hoy arrastra. A esta crisis se ha sumado el impacto de la pandemia y la guerra en Ucrania, que todavía ha agudizado más sus pérdidas. Ante todo esto, la solución encontrada para ello ha sido el buscar un socio, pero está resultando difícil y ha llevado a lo que en estas semanas se está viviendo en las poblaciones de Castilla y León.