Con toda seguridad los equipos tanto del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como de la máxima responsable de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, han estudiado o, por lo menos, han tratado de hacerlo, todas las variables y consecuencias de la reunión de hoy.

Por parte de Moncloa, analizarían desde acceder a reunirse unilateralmente con Ayuso, desplazándose hasta la propia sede del Gobierno regional, hasta hacerlo tras el tinte político que la dirigente madrileña dio a su intervención del pasado viernes para anunciar sus medidas contra la propagación de la pandemia.

Por parte de la inquilina de la Puerta del Sol, también se supone que habrá examinado todo lo que puede extraerse del encuentro de hoy. Lo evidente es que para no pocos dirigentes y barones autonómicos la reunión de hoy es, probablemente, una metedura de pata cuya repercusión puede ser catastrófica para los intereses de su partido.

Da igual que la llegada de Sánchez al kilómetro cero -como sucede cada vez que el presidente del Gobierno acude a un acto público en Madrid- estuviese acompañada de la música de viento y eslóganes contrarios, imperfectamente situados para que mañana ilustren las portadas de los medios en papel de tendencia conservadora. Y da igual porque en el resto de España, esa escenificación o la posterior en el despacho de Ayuso, no se ha observado con interés o, por lo menos, con el mismo con que sí se ha visto el gesto en el seno periférico del propio PP

Si se buscan las razones del no apoyo regional al encuentro, el primer ejemplo de ello se ha dado en Galicia. En la autonomía a la que se dirigen todas las miradas ‘populares’ cada vez que se produce una ocurrencia de la presidenta de Madrid con la correspondiente defensa de Pablo Casado, se ha dado la que, tal vez, es primera consecuencia de la reunión. 

El Delegado del Gobierno en la Comunidad que dirige Alberto Núñez Feijóo, Javier Losada, ha sido contundente esta mañana al indicar que el Ejecutivo de Pedro Sánchez "colabora y coopera y, con lealtad constitucional, impulsa la cogobernanza" con las regiones como el sistema más adecuado para lograr alcanzar "los mayores éxitos y el bienestar de toda la ciudadanía”. A nadie se le escapa que estas palabras adquieren mayor relevancia en el marco del encuentro de hoy entre el presidente y su homóloga madrileña.

Estrategia y gestos

Así, Losada no ha desaprovechado la ocasión para decir que el Gobierno central "no deja nunca a ninguna Comunidad Autónoma y siempre está ayudando", para añadir que este es el momento en el que hay que "arrimar el hombro y cooperar todos juntos”.

La reunión de este mediodía, con independencia de su resultado, no ha sido vista como adecuada por parte de un sector muy destacado dentro del PP y que responde al que, ahora mismo, lideraría el presidente gallego. Son varios los dirigentes regionales que respaldan la posición moderada de Feijóo frente al estado de confrontación continuo que propicia Isabel Díaz Ayuso y que, hasta su defenestración interna, iba en la línea de la ex portavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo.

La actitud de la madrileña descoloca, en muchas ocasiones, a esos ‘moderados’ porque, al fin y al cabo, la batalla constante con Moncloa, contrasta con la mano tendida del presidente del Gobierno, una estrategia que ha tenido hoy su episodio más llamativo con ese desplazamiento hasta la Puerta del Sol.

Este lunes, el representante del Ejecutivo de Sánchez en Galicia, Javier Losada, no ha tardado en reclamar a Núñez Feijóo una actitud similar, es decir, "la misma lealtad, la misma cooperación y la misma coordinación que practica el Gobierno de España”.

La conclusión más evidente es que Ayuso, al margen de las medidas que adopta o no contra la pandemia, poco a poco, al tiempo que gana enemigos en su propio partido, suma seguidores en las formaciones contrarias