El Gobierno madrileño de Isabel Díaz Ayuso vuelve a faltar a la sanidad pública. Tal y como ha denunciado el sindicato Amyts este miércoles, la Comunidad de Madrid ha roto todo diálogo con el Comité de Seguimiento de los Acuerdos de la Huelga de médicos de familia y pediatras de Atención Primaria “ignorando la situación que sufren más de 150 centros de salud” ante el incumplimiento de las agendas de los pacientes.
En una nota de prensa, el sindicato sanitario -que forma parte del Comité de Huelga junto a AFEM, APseMueve, SoMaMfYc y AEP- lamenta que el Ejecutivo de la Puerta del Sol haya “dejado de escuchar a los médicos de Atención Primaria en un momento extremadamente delicado” con el telón de fondo del incumplimiento del acuerdo para limitar las agendas de los pacientes en Atención Primaria -debido a que afrontan una media de 40 a 60 pacientes por día- y, por ende, poder dedicar un periodo de entre 10 y 15 minutos a otros pacientes adultos o pediátricos.-
En estos términos, ahondan en que ha sido la Consejería de Sanidad, dirigida por Fátima Matute, la que ha roto “unilateralmente” las conversaciones con el Comité de Huelga, pese al acuerdo alcanzado por ambas partes meses atrás para formalizar reuniones bimensuales en aras de evaluar el escenario actual de la sanidad pública madrileña.
Dicho cambio de rumbo afecta de lleno a la próxima cita programada entre Consejería y el Comité de Huelga, fijada para este mes de octubre, pero de manera “unilateral y abrupta” se ha acabado con el diálogo, dando así por finalizada la colaboración, ya que desde la Gerencia de Atención Primaria alegan que “por su parte, consideran cumplidos los acuerdos”.
Los pactos económicos sí que se han formalizado, pero desde Amyts inciden en que no ha sido el caso de la “desburocratización, desbordamiento de agendas ni el tiempo mínimo de 10 y 15 minutos para garantizar una atención segura y de calidad para los pacientes”. Asimismo, desde el Comité de Huelga reiteran que, a diferencia de la postura esgrimida por el Ejecutivo regional de Ayuso, tienen constancia de que “en más de un centenar de centros de salud no se cumple lo pactado y se dispone de pruebas objetivas que así lo demuestran”.
Debido a este abrupto escenario con el que se ha encontrado el Comité de Huelga este miércoles, reclaman a la Consejería de Sanidad “reanudar las reuniones” para terminar de atajar los aspectos inacabados, haciendo el inciso a su vez de que los médicos de familia y pediatras de Atención Primaria vienen manifestando su “malestar y preocupación” por el estado de las agendas y la sobrecarga a la que hacen frente.
En caso de no prever un horizonte próximo de entendimiento, estos sindicatos ya vienen advirtiendo de que se adoptarán “decisiones judiciales ante los graves incumplimientos de los acuerdos”.
Cabe remarcar que, ante esta ruptura inesperada de las conversaciones con la Atención Primaria de la sanidad pública madrileña, la consejera Matute ha mantenido este miércoles una reunión con la Junta Directiva de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE).
Huella de la histórica movilización de la sanidad pública
Allá por 2022, los sanitarios madrileños se plantaron ante las “políticas privatizadoras” de Díaz Ayuso a pie de calle, llenando así las principales arterias de la capital con sendas Mareas Blancas que reclamaban mejoras sustanciales y de calidad, más aún con el fuerte impacto que tuvo la pandemia de coronavirus en el sector.
Fue entonces cuando médicos y sanitarios de toda índole de la pública -hasta 5.000 profesionales- llegaron a paralizar su normal actividad durante cuatro meses y, tras una ardua y extensa negociación con la Consejería -de hasta 14 encuentros-, finalmente, en marzo de 2023 se alcanzó el ansiado acuerdo entre las partes.
No obstante, y habiendo pasado más de un año desde entonces, no todo lo pactado se está cumpliendo. No hace falta entrar en profundidad en los términos de aquel pacto para comprobar que uno de los ejes clave fue, precisamente, la descarga de las agendas para frenar ese exceso de trabajo en la asistencia. A este, se sumó el abono de 500 euros mensuales para los facultativos en horario de tarde y la creación progresiva de turnos mixtos, entre otras cuestiones.
Pese a que entonces Ayuso, tras consolidar el acuerdo, vino defendiendo que, de esta manera, se empezaba “a dar otra imagen, de tranquilidad”, lo cierto es que, a efectos prácticos, poco ha variado. “Esto es un paso más por todo lo que queda por hacer por la sanidad pública madrileña”, esgrimió en aquel momento.