Madrid, comunidad taurina. En esta suerte de eslogan tan simplista pretende convertir Isabel Díaz Ayuso a la región. El Gobierno autonómico no tiene remilgos en colocarse el sambenito de “taurino”, aún con la posibilidad de dar varios pasos atrás en cuanto a la legislación sobre el bienestar animal se refiere. Así queda plasmado con el nuevo reglamento de espectáculos taurinos populares, que el Ejecutivo acaba de publicar en el Portal de Transparencia de la Comunidad de Madrid y acaba con la prohibición de prácticas como el toro embolado, prohibido por Alberto Ruiz-Gallardón en 1996.

El texto lo componen 61 artículos, 15 más que la normativa original y se sitúa en el candelero mediático por lo que agrega, pero también por lo que erradica. Entre otras cosas, del nuevo reglamento se precipita la prohibición de algunas prácticas como el toro embolado. Una tradición que consiste en incorporar a los cuernos del animal en cuestión teas encendidas. Pero también el toro enmaromado, en el que se le ata una soga a la parte superior de la cara.

La actual normativa, que elaboró y aprobó Alberto Ruiz-Gallardón cuando accedió a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, certifica que ambas prácticas comportan “maltrato” al animal. “Se prohíben aquellos espectáculos taurinos que impliquen maltrato a las reses y, especialmente, los espectáculos consistentes en embolsar reses […] y los espectáculos consistentes en atar a las reses con maromas, sogas o de cualquier otra manera”. Así quedó redactado el artículo 3 del decreto 112/1996 y que ahora será objeto de modificación por parte de Ayuso.

Los taurinos llevan años pugnando para suprimir tal calificativo de la normativa. Unas presiones que, tras décadas, llegarán a buen puerto ante la predisposición taurina de la presidenta Ayuso. La prohibición explícita al embolado o al enmaromado pretende sustituirse por una más genérica y que delimita que “se evitará cualquier acción directa sobre las reses, que pueda influir negativamente en su bienestar”. Las competencias en tauromaquia recaen sobre la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, que, a preguntas de la Cadena SER, no fue capaz de justificar por qué se escoge este momento para retocar el articulado. No obstante, sí que deslizó que el departamento no se plantea “autorizar” concretamente las dos prácticas.

Mismo toro, distintos festejos

Así, con esta nueva normativa, que se ha elaborado al abrigo de las “peñas taurinas de la Comunidad de Madrid”, junto con la Federación Madrileña de Municipios y el resto del sector, deja abierta la puerta a la celebración de un segundo acto en el mismo “ciclo de festejos”. Se trata de uno de los apartados más novedosos que aporta el texto y que, por ejemplo, permitirá que un toro que ya ha salido para una práctica concreta, pueda utilizarse un segundo en la misma feria y localidad.

Sin embargo, la normativa actual lo prohíbe con contundencia. De hecho, expone que “las reses que hayan intervenido en un festejo no podrán intervenir en otro”. En este caso, sólo se contempla una excepción y es cuando esa res participa en encierros que conducen a plazas donde serán lidiadas “en una corrida o novillada posterior”. Así, siempre según la Cadena SER, la cartera de Medio Ambiente, dirigida por Carlos Novillo, sugiere que “la finalidad es recoger la petición de los municipios para poder emplear las reses en más eventos taurinos siempre bajo la lupa veterinaria, pues hacen “hacen importantes inversiones en la compra de Granado.

Festejos sin arraigo

Asimismo, el Gobierno de Ayuso va a reinventar una normativa que abrirá la puerta a la celebración de otra clase de festejos, incluso aunque carezcan del arraigo de los tradicionales. Hasta ahora estaban prohibidos absolutamente los que no se amoldan a las categorías de “encierros y suelta de reses”. Sin embargo, ahora  se ensancha la frontera de lo permitido e introduce la posibilidad de celebrar eventos taurinos sin tradición alguna en la región.

“La Comunidad de Madrid podrá autorizar espectáculos taurinos de reses de lidia propios de otros ámbitos geográficos y de otras tradiciones taurinas [...], que se organicen con el fin de promover el conocimiento de las diferentes manifestaciones culturales de la fiesta de los toros”, reza el artículo 61 del proyecto. “Siempre que respondan a los condicionantes de respeto de los animales con criterios veterinarios”, esgrimen.

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