La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, va de proyecto faraónico en proyecto faraónico, y todos ellos -o al menos la inmensa mayoría- permiten el beneficio de la duda. Y el centro de día para enfermos ELA no iba a ser una excepción.

El año pasado este espacio abrió sus puertas en el Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal con vistas a atender al máximo número posible de pacientes que sufren una enfermedad que en la región afecta a unas 600 personas. Una realidad que, evidentemente, está ahí y hay que atender pero que, aseguran voces sanitarias expertas, se podría cubrir en otros lugares de la autonomía.

De ahí las sospechas -otra vez- sobre un centro que se localiza en las inmediaciones de otro que fue polémico en pandemia y dejó un “pufo económico de 300 millones de euros que la presidenta parece querer tapar”. Quizás sea el escenario que se encuentra detrás de esa duda el que lleva a Ayuso a vetar las visitas tanto al lugar diurno como al que en su día hizo las veces de hospital de pandemia, aunque sin el éxito que la Comunidad le prometió a la ciudadanía.

Un centro prescindible, pero prohibido

El PSOE de Madrid (PSOE-M) ha puesto de manifiesto en declaraciones a ElPlural.com que se enfrenta a esta anomalía desde hace meses, tal y como denuncia el portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario, Carlos Moreno, en conversación telefónica con este medio de comunicación.

Diputado en la Asamblea de Madrid y cirujano de profesión advierte de que la región capitaneada por Ayuso “está usando a los pacientes de ELA, que requieren de una atención especial, para desviar los problemas que atraviesa la sanidad a todos los niveles (abandono a los profesionales de Atención Primaria, Urgencias, o listas de espera interminables)” y con el objetivo de “justificar un uso sanitario para el Zendal”.

Pero lo cierto es que el centro de día contempla una utilidad “muy limitada para los pacientes de esta enfermedad", ya que éstos podrían ser atendidos “perfectamente” en las unidades monográficas de ELA que existen en algunos hospitales: “Los enfermos estarían además más próximos a sus domicilios”.

En esta línea, el político socialista remacha que en la actualidad existen cinco grandes hospitales con unidad ELA que se podrían dotar de este tipo de centros de día, mientras que el Zendal no dispone de “ningún requisito prestacional ni arquitectónico que lo haga imprescindible” para este fin.

Así las cosas, lo que es evidente es que el hospital de pandemias durante el Covid no consiguió ni de lejos cumplir con los objetivos para los que se levantó, por falta de personal y de infraestructuras principalmente. Pero en la actualidad, lejos de haber mejorado, se mantiene más o menos igual, sin reunir las cualidades necesarias para poder atender a pacientes en general a la vez que continúa sin ser fundamental para los enfermos de ELA. La disposición de las habitaciones, la falta de UVIS y/o quirófanos o la escasa plantilla se mantienen entre las causas principales por las que el Zendal sigue distando mucho de poder ser considerado un hospital.

Todo ello es lo parece que la administradora primera de Sol quiere ocultar cuando impide a la oposición acudir al entorno de Valdebebas. “Yo pedí a la consejera en pleno primero y en comisión de Sanidad después acudir. Llevo solicitando desde enero una visita formal del grupo parlamentario para conocer lo que allí se está desarrollando”, expone a la vez que califica como cuanto menos “curioso” que se trate del único hospital de la red del Servicio Madrileño de Salud por el que “no se puede deambular”.

El PSOE afea que el PP no solo les veten el acceso “dándoles largas”, sino que encima “ridiculicen” su solicitud diciéndoles que quieren “hacer una excursión” aquí y al centro de día. Ante esto, el PSOE ha intentado ir sin permiso, como si acudiera a cualquier otro centro sanitario de la región, pero la diferencia es que no es un centro cualquiera, ya que a este no se puede ir como al resto de hospitales.

La izquierda insiste en acudir y la derecha en vetar. Esto es así, al menos desde enero, primera vez que Moreno solicitó formalmente acudir al Zendal: “No solo no nos conceden el permiso, sino que encima nos ridiculizan diciendo que queremos hacer una excursión”.

Ante la situación, acudieron hace unos meses a pesar de no contar con este permiso, algo que habría resultado fructífero en cualquier pretexto, pero no así en este: “La seguridad no nos dejó acceder (…) Entiendo que nuestra visita para conocer qué es lo que realmente se presta allí e incluso confraternizar con los enfermos de ELA les rompe además el relato de que solamente ellos les cuidan. Parece que estuvieran jugando a dilatar los tiempos hasta que muchos consigamos que sea noticia que no nos dejan entrar”.

El siguiente paso es enviar un comunicado a la consejería informando de que un día van a visitarlo. “Pero seguramente nos encontraremos otra vez con seguridad y nos impidan que entremos al no ser familiares. Pero es que a cualquier hospital de Madrid tú puedes acceder y deambular sin necesidad de tener en él a un familiar”, señala, y pregunta “por qué eso no ocurre con el Zendal” y “por qué un grupo de la oposición no puede conocer el servicio que allí se presta”.

“Es bastante sospechoso. Es una cosa de cartón piedra que están utilizando el sufrimiento de los pacientes para justificar un uso sanitario del Zendal y no hablar cómo está la sanidad madrileña”, concluye.

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