El exconsejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid, que ejerció como tal durante lo más duro de la pandemia, Alberto Reyero, ha respondido al jefe de prensa de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, después de que éste segundo haya dicho, en una entrevista concedida a El Mundo, que “el tipo no daba explicaciones de nada, no se enteraba de nada, no sabía ni cuantas residencias había” y que, por tanto, “hubo que echarle”.

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En conversación con este medio, Reyero reconoce haber leído la noticia, pero insiste en que tampoco quiere darle demasiada importancia; lo cual no quita para que se defienda. “La propia entrevista se define por sí misma. Para empezar, nadie me echó, sino que dimití (…) pero tampoco quiero entrar más en detalles de comentarios que no tienen ningún sentido”, asegura.

En otra parte de la charla de Rodríguez con el medio mencionado, el responsable del gabinete de prensa de la líder de Sol sostiene que siempre se han negado a sacar los informes de la comparación de fallecidos con otras comunidades autónomas “porque no vamos a entrar en una guerra de quién tuvo más fallecidos”.

Es una barbaridad. Todo el mundo hizo lo que pudo. No sabíamos por dónde venía. Aquí en Madrid se nos morían 400 al día. Era una desesperación. Pedíamos que cerraran Barajas y no cerraban. Pedíamos que nos dejaran comprar mascarillas y no nos dejaban. Era una desesperación. La gestión que estaba haciendo nuestro consejero, hasta que se le quitaron las competencias, era un desastre. El tipo no daba explicaciones de nada, no se enteraba de nada, no sabía ni cuantas residencias había. Hubo que echarle. Y que se esté poniendo ahí el foco por parte de la izquierda me parece no sólo injusto, sino una barbaridad...

Y añade Rodríguez: "Si alguien hace una Comisión de la Verdad en toda España, una de verdad y no una comisión de ultraizquierdista, pues verá que el drama fue común. Y estamos ante un drama. ¿El problema? Cuando nos acusaron a nosotros de vender mascarillas o de comprar mascarillas, nos hemos enterado que la trama de las mascarillas se llama Ábalos y ya está escalando hasta Sánchez (…) Nosotros teníamos los informes de qué había pasado en España y la presidenta dijo que no íbamos a entrar en esa guerra. Insistir en este drama es inmoral".

Ante estas palabras, el que fuera consejero de Políticas Sociales durante la pandemia y que dimitió al mostrarse en desacuerdo con los conocidos como protocolos de la vergüenza, que podrían haber evitado -según dicen voces autorizadas- un número importante de muertes en los centros de mayores, Reyero contesta: “Lo que tienen que hacer es desbloquear la Comisión de Investigación, dar los resultados de la investigación interna que pusieron en marcha, las actas de residencias y dejarse de valoraciones. A partir de ahí ya verá qué trabajo se hizo, quién y de qué manera (…)”. Con todo, deja claro que él no daría “mucha bola” a las declaraciones “porque lo único que pretenden es desviar la atención hacia él (en alusión a Rodríguez) y no ponerla donde ahora mismo está, que es en un caso de posible corrupción”.

Así, también habla sobre el escándalo que salpica a Alberto González Amador, pareja sentimental de la presidenta, aunque sin mojarse demasiado. De este modo, marcando la distancia que conlleva respetar el proceso judicial, el exconsejero se muestra “muy prudente”. “Ante estas cosas hay que serlo; hay que esperar. Por el momento está en el juzgado, esta persona tiene que declarar. Es verdad que existen indicios muy preocupantes, pero hay que esperar”, acentúa.

Nadie me echó, sino que dimití. Estas declaraciones solo pretenden desviar la atención hacia él (Miguel Ángel Rodríguez) y no ponerla donde está, que es en un caso de posible corrupción”. Alberto Reyero.

 

Entrevista de Miguel Ángel Rodríguez

En lo que respecta a la entrevista que Miguel Ángel Rodríguez ha concedido al diario El Mundo, el jefe de prensa de la presidenta ha hablado largo y tendido sobre las cuestiones por las que ha sido protagonista en las últimas semanas.

Ha ido desde sus amenazas a periodistas y los bulos que acusaban a informadores de acudir a la vivienda de la presidenta madrileña o nombres propios como Génova, Alberto Núñez Feijóo, Pablo Casado o Pedro Sánchez hasta sus “tres muertes” -así bautizan los entrevistadores los tres momentos cruciales que podrían haber cambiado -o acabado- con la vida personal o política de Rodríguez: una inyección que le tuvieron que poner nada más nacer, un infarto y su positivo en un control de alcoholemia.