Génova ha encontrado en María Guardiola un contrapeso al pacto que Carlos Mazón ha firmado con la ultraderecha en la Generalitat Valenciana. La candidata conservadora es una de las revelaciones del Partido Popular de este periodo entre elecciones, con un discurso duro contra Vox, a quienes impide entrar en su posible gobierno porque no puede compartir Ejecutivo con “quienes niegan la violencia machista” o quieren “tirar a la basura la Extremadura que no les gusta”. Declaraciones que evidencian una línea argumental nueva en el PP, pero que se circunscriben exclusivamente al ámbito regional, pues este 17 de junio, la extrema derecha irrumpió en consistorios de pequeños municipios extremeños por la gracia de los populares.

La sintonía entre PP y Vox ha estallado en Extremadura. La aparición de María Guardiola ha permitido a los conservadores escenificar un escenario de tensión con los que se presuponían como sus socios preferentes. El acuerdo en Valencia arrojaba una sintonía extrapolable a todo el territorio nacional, pese a que en el cuartel general del Partido Popular se hable de “realidades asimétricas” a la hora de explicar pactos de gobierno -puntuales o no- con la extrema derecha. Argumentario, al parecer extrapolable a la autonomía en cuestión, donde, pese a la autoridad con la que se ha expresado la candidata extremeña en las últimas horas se han rubricado acuerdos bicolor en municipios como Navalmoral de la Mata, Talayuela, Losar de Vera y Valverde del Fresno.

Los municipios extremeños donde hay coalición

Navalmoral de la Mata es uno de los municipios más poblados de la provincia y el octavo de la región forma parte de esas “realidades asimétricas” para el Partido Popular. Las líneas rojas a nivel autonómico no han llegado a la localidad morala, donde conservadores y ultraderechistas sellaron un “pacto legislatura” que sitúa a Enrique Hueso al frente de la Corporación.

Los populares ganaron las elecciones en el municipio, obteniendo siete concejales, dos más que en 2019, que sumados a los de Vox aúpan al Partido Popular hasta la mayoría absoluta. Los ultras consiguieron dos ediles, que formarán parte del nuevo gobierno local y contarán con una tenencia de alcaldía y dos concejalías. De esta manera, pusieron fin al dominio socialista de Raquel Medina durante las dos legislaturas anteriores. Uno de los ediles electos de Vox ostentará los cargos de segundo teniente de alcalde, miembro de la Junta Local de Gobierno y concejal delegado de Seguridad Ciudadana, mientras que su número dos, Mariluz Gómez, se encargará de la parcela de Medio Ambiente.

Por su parte, en Talayuela, Roberto Baños fue ungido como alcalde de Talayuela este pasado sábado, toda vez que se constituyó la nueva corporación municipal. El pleno invistió al candidato popular gracias a los apoyos de su grupo, con cinco votos, el del concejal de Vox y la edil de Extremeñistas, logrando la mayoría necesaria para conformar un gobierno, en el que tendrá cabida la ultraderecha, representada por José Antonio Domínguez.

En Valverde del Fresno y Losar de la Vera se replica la asimetría. En el caso de Losar de Vera, situado al noroeste de la provincia de Cáceres, Vox tenía la llave para conformar gobierno. Tras la constitución del Ayuntamiento, la ultraderecha y el Partido Popular consumaron un “acuerdo histórico”, sumando seis concejales frente a los cinco del PSOE, que permitirá al único edil del partido que lidera Santiago Abascal a nivel nacional ser parte del equipo de gobierno.

Por su parte, en Valverde del Fresno, también en la provincia de Cáceres, el Partido Popular logró la alcaldía con los apoyos de la ultraderecha, pero también de Cáceres Viva. Ambas formaciones acordaron que los tres cabezas de lista ocuparán los puestos más altos de la corporación municipal. De este modo, José Núñez Vázquez (PP) será el nuevo alcalde; con Sara Lajas García (Cáceres Viva) como primer teniente de alcalde y Rubén Fernández García (Vox) como segundo. El PSOE obtuvo cinco concejales en las pasadas elecciones, mientras que los conservadores se quedaron en 3, Cáceres Viva logró dos ediles y Vox tan solo uno. En El Gordo, también en delimitaciones cacereñas, gobernarán los conservadores con el apoyo de la formación de extrema derecha, aunque aún no está claro si su único edil formará parte del gobierno.  

Guardiola, rotunda

María Guardiola se mostró rotunda, firme, amenazante para los postulados de Vox. Pese a que los acuerdos municipales han sido una constante, no solo en Extremadura sino en la totalidad de España -tras el 28M, las coaliciones registradas alcanzan los 140 pactos-, la candidata del PP en las elecciones regionales y principal aspirante a convertirse en próxima presidenta autonómica insistió en que cumpliría su palabra costase lo que costase: “Si hay que ir a elecciones, se va”, llegó a decir. Los motivos, además, bien merecieron el aplauso de todos los partidos moderados del arco parlamentario. Incluso se acordaron de ella y aplaudieron su figura en el PSOE valenciano, echando de menos que en la Comunidad presidida por Mazón el barón del PP se hubiese mantenido tan firme como Guardiola en las negociaciones poselectorales con la extrema derecha. 

"Yo solamente tengo mi palabra y mi trabajo. Es mi patrimonio y por esos los extremeños nos dieron su voto el 28 de mayo. La política no debería servir para ocupar sillones. Cambiar mi tierra y mejorar la vida de los extremeños. Ahora mismo no es el poder lo que está en juego, es la dignidad de esta tierra”, argumentó Guardiola, que ratificó que jamás pactaría con quienes niegan “debates superados” como la violencia de género. 

“Soy una servidora pública con ideas y con compromisos. Una cosa es escuchar y negociar y otra mercadear con la ilusión de Extremadura", prosiguió la baronesa del PP. “Creo en una Extremadura moderna, respetuosa, permeable, solidaria, responsable y donde el amor no admita matices. El camino más fácil hubiera sido ceder y ser presidenta a cualquier precio y traicionar a mi tierra y lo que dije en campaña, pero no. Esa no soy yo. No es mi forma de ser”, añadió. 

"Han antepuesto sus ganas de poder y esa soberbia al cambio. No han sido capaces de ver más allá de su propio ombligo”, sentenció Guardiola, dejando la pelota en el tejado de la extrema derecha, que, por el momento, insiste en que la repetición electoral es la única solución que se hallará si sus dirigentes no entran dentro del gobierno regional. 

“Realidades asimétricas”

Preguntados por esta cuestión en Génova, y sobre la posible incoherencia derivada de este portavoz selectivo a Vox, desde el entorno de Alberto Núñez Feijóo señalan que son “realidades asimétricas”. Con esto, desde la planta séptima del cuartel general de los populares sacan la calculadora: “En Extremadura tenemos seis veces más diputados que Vox. En Valencia, algo más del doble”. 

Sin embargo, este argumento es fácilmente replicable con algunos pactos alcanzados a nivel municipal. Si el PP justifica la inclusión de Vox solo en aquellos territorios donde creen que su influencia aritmética es reseñable, ¿por qué han permitido una coalición en municipios como Majadahonda, donde consiguieron mayoría absoluta? ¿O en Móstoles, donde les bastaba con su mayoría simple? Los ejemplos se reproducen. “Realidades asimétricas”, insisten.