La presidenta del PP de Extremadura y la candidata a la presidencia de la Junta, María Guardiola, ha insistido en negar que Vox entre en un gobierno con el PP marcando distancias con su partido tras los pactos en 140 ayuntamientos, la Comunidad Valenciana, Baleares y Castilla y León. "Yo solamente tengo mi palabra y mi trabajo. Es mi patrimonio y por esos los extremeños nos dieron su voto el 28 de mayo. La política no debería servir para ocupar sillones. Cambiar mi tierra y mejorar la vida de los extremeños. Ahora mismo no es el poder lo que está en juego, es la dignidad de esta tierra. Soy una servidora pública con ideas y con compromisos. Una cosa es escuchar y negociar y otra mercadear con la ilusión de Extremadura", indicaba tras el pleno de constitución de la Asamblea. 

Por ello ha recordado que el PP obtuvo 28 diputados y Vox solo 5. "Con todo el respeto a los votantes, el rol adecuado a sus escaños es apoyar. No voy a firmar un acuerdo asimétrico y lleno de condiciones. No voy a regalar consejerías ni voy a entrar en batallas culturales que están superadas. Creo en una Extremadura moderna, respetuosa, permeable, solidaria, responsable y donde el amor no admita matices. El camino más fácil hubiera sido ceder y ser presidenta a cualquier precio y traicionar a mi tierra y lo que dije en campaña, pero no. Esa no soy yo. No es mi forma de ser. He llegado a la política sin hipotecas, me siento muy libre y solo tengo un propósito que es trabajar mucho para mejorar esta tierra", decía ante los medios de comunicación reiterando que no iba a faltar a su palabra y compromiso.

Por ello, desvelaba que este lunes a última hora, aparte de la presidencia de la Asamblea de Extremadura había propuesto un secretario y un senador que le corresponde al PP. "Lo he intentado hasta el último momento", aseguraba dando por hecho la repetición electoral. "Han antepuesto sus ganas de poder y esa soberbia al cambio. No han sido capaces de ver más allá de su propio ombligo. Hablan mucho de cambio pero a la hora de la verdad ofrecen medidas totalmente obsoletas y el aplauso fácil de los suyos. A un partido lo que hay que pedirle es altura de miras y respeto a su tierra. En Vox lo único que he encontrado es zancadillas, desunión y ansia. Hoy además hemos podido constatar como Vox no ha tomado las decisiones pensando en Extremadura. Ni siquiera las ha tomado desde Extremadura. Hemos visto como todo se ha teledirigido desde Madrid. Porque qué más da. No les importamos absolutamente nada. Hoy se ha visto en Mérida al capataz del señor feudal. Ha venido el líder nacional de Vox a decirnos a los extremeños qué tenemos que hacer y qué no tenemos que hacer. Me parece una absoluta vergüenza y los extremeños no merecemos este bochorno", explicaba avisando de que en el PP irán "a elecciones si hay que ir" para demostrar "que Extremadura está por encima de todo, de cualquier cosa" y que estarán "siempre escuchando".

"Deseo ponerme a trabajar ya pero el PSOE y Vox han preferido estancar esta tierra. Unos porque se quieren mantener artificialmente en el poder y otros porque quieren conseguir en los despachos lo que no han podido conseguir en las urnas", denunciaba explicando que en Extremadura siguen sin solucionars "socavones sin arreglar, trenes varados en mitad de la nada, hospitales que se caen e impuestos por encima de las rentas".

"No voy a perder el tiempo en debates caducos. Tengo muy claro que hay que mirar al futuro y trabajar, trabajar y trabajar. No puedo dejar entrar en gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a los que despliegan una lona y tiran a la basura una bandera LGTBI. Por respeto a los que piden cambio he hecho todo lo que estaba en mi mano. Pero les puedo asegurar que mis promesas y mi tierra no son moneda de cambio de nada", insistía.

Además, ha asegurado que uno de los motivos por los que no quiere a la ultraderecha en su Ejecutivo es porque "Vox desconoce el funcionamiento de las instituciones y quieren entrar a un gobierno para controlarlas". "Cuando uno es consejero se dedica a impulsar los asuntos de su consejería. Cuando uno está en el parlamento puede impulsar asuntos que afectan al gobierno en general. Yo he puesto encima de la mesa todo lo que ha ofrecido el PP. Lo que no se puede es utilizar las instituciones para ideologizar", explicaba. "El gobierno sirve para gestionar los problemas de la mesa. Si querían controlar tenían la presidencia de la Mesa, el secretario y el senador autonómico", concluía dando de nuevo por hecho que habrá repetición electoral.