La consigna del líder del PP, Pablo Casado, de hacer de la política un lodazal ya cala en sus feudos. Su “golpe de Estado” en Cataluña, la guerra sucia europea frente a los presupuestos o las recurrentes alusiones a prostíbulos han abierto la guerra electoral.

En Madrid, uno de esos feudos de Casado, el ala más radical del PP ataca con dureza a los alcaldes de otro color político.

Coslada (86.000 habitantes) es una de las ciudades dormitorio de la capital. Allí los partidarios de Casado derrotaron a los de Sáenz de Santamaría. 

El equipo de Gobierno que encabeza el socialista Ángel Viveros está compuesto por 6 personas, una minoría que no extraña en otros municipios madrileños. “Nadie daba un euro por nosotros. Había apuestas para ver si durábamos más o menos de seis meses”, dicen fuentes próximas al alcalde. 3 años y medio después, con 2 presupuestos y alrededor de 16 millones de euros de inversión “a base de negociaciones”, aunque siguen gobernando en solitario.

El caramelo de Esperanza Aguirre

Pero, ¿qué importancia tiene Coslada para el PP de Madrid? Hay que remontarse a la época de Esperanza Aguirre. La ‘lideresa’ aplaudió, y mucho, que su partido se hiciera con la alcaldía en 2003 por un pacto con una formación local. Ya en el ejercicio de su cargo, el regidor popular, Raúl López, se vio envuelto en un asunto relacionado con pisos protegidos, pero siguió siendo la baza de Aguirre para los comicios de 2007. No estaba dispuesta a perder Coslada, cabecera de una ‘zona roja’ de Madrid, así que lo dio todo, incluido un hospital y el metro.

La ex presidenta se fue en 2014, debido a los casos de corrupción que pululaban a su alrededor, algunos de los cuales también parecen tocar Coslada. Con ella salió ‘su’ gente y su núcleo perdió fuerza, hasta ahora, con la llegada de Casado y sus métodos aguirristas/aznarianos.

Mensaje del candidato del PP en Coslada a Pablo Casado en Twitter.

Desde ese regreso, casualmente Coslada ha sido protagonista en más de una ocasión de las ediciones regionales de periódicos conservadores nacionales. Lo ha sido por un supuesto yacimiento paleolítico –“el asunto viene de cuando ni siquiera me dedicaba a la política o residía aquí”, dijo entonces el alcalde, investigado por este tema, a los medios. Una petición del regidor. de hecho, obligó a una agencia de noticias a rectificar una información sobre el asunto. A esto siguió una denuncia “anónima” a raíz de unos restos de asfalto situados en una parcela del polígono, a la que habría que añadir las amenazas e insultos constantes recibidas por el primer edil en RRSS. 

Pero el asunto más llamativo que ha saltado a los titulares es el iniciado por el Interventor General del Ayuntamiento, José Viñas Bosquet.

Este funcionario, máximo órgano fiscalizador de la economía municipal, puso un reparo al pago de la nómina de septiembre por motivos que, según fuentes municipales, “eran peregrinos”, y que se centraban en dos conceptos: horas extraordinarias y gratificaciones. 

“Por qué ahora y no con otros gobiernos”

Esa decisión conlleva que el propio Consistorio informe al Tribunal de Cuentas,sin necesidad de que medie acción alguna por parte del Interventor. Curiosamente, el ‘movimiento’ de Viñas Bosquet se convirtió en noticia en uno de los diarios conservadores de más solera. 

En dicha información, además de hablar de supuestas irregularidades, se prestaba especial atención a la concejala de Personal, Macarena Orosa, a la que Viñas Bosquet acusa de haberle dicho a gritos que “por qué hacía esto ahora y no antes, con otros gobiernos, que era algo intolerable y que me iba a enterar”. 

La edil ha negado que esa conversación se produjera en ese tono, “con personas que se encontraban en ese lugar que pueden atestiguarlo”, señalan fuentes conocedoras del tema. Además, aclaran que, aunque el Interventor dice lo contrario “esa conversación no tuvo nada que ver con el reparo a las nóminas, sino por otro asunto”.

En el Ayuntamiento se ha especulado con una posible denuncia por acoso contra Orosa. En declaraciones de Viñas Bosquet a ELPLURAL.COM, lo que se produjo ese día fue un “encontronazo con la concejala que vino un poco con amenazas, lo que se llama ahora maltrato, mobbing”, graves acusaciones que, sin embargo, no ha denunciado porque “el tema judicial es complicado. Decidimos tomar medidas administrativas, para evitarnos ese problema”. “No hablamos de mobbing, -insiste- porque eso sería poco. Serían más amenazas, coacciones tampoco…, para lo cual se han tomado medidas de alejamiento”.

Se refiere a su ausencia en las Juntas de Gobierno Local, una decisión que está acarreando “importantes inconvenientes al Ayuntamiento”, dicen desde el Consistorio, dado que no ha nombrado a un sustituto, “medida habitual en estos casos”.

Graves acusaciones contra el alcalde

Esta misma semana, se publicaba otra información sobre el tema que recoge el informe del Interventor Municipal, en el que no faltan menciones a “pagos black” y acusaciones directas al alcalde socialista, Ángel Viveros, con respecto al pago de horas extra -sobre todo a policías locales en las Fiestas patronales.

Sin decirlo abiertamente, en él vierte graves acusaciones contra el primer edil, al que acusa “de prevaricación y de otras conductas” que han hecho que el regidor esté estudiando la posibilidad de emprender acciones legales.

Precisamente, las mismas fuentes próximas a Viveros, no comprenden la reacción del Interventor, y así se lo hacen saber en el contundente informe firmado por el alcalde en el que, según dicen, desmonta “todos los argumentos” del funcionario.

Viñas Bosquet asegura a este medio que “veía yo que lo que quería (el alcalde) era enredar jurídicamente con otra época”, y se pregunta "qué objetivo tiene el querer comparar lo de ahora con lo de antes”. Se refiere a uno de los argumentos, que contiene el escrito de 48 páginas al que ha tenido acceso este medio (puede ser consultado íntegramente en este enlace).

En él, se cuestiona al Interventor con respecto a los conceptos que sí han sido motivo de reparo y que desde 2004 -año de su acceso al puesto - hasta ahora no lo eran.

El interventor municipal (a la izda.) junto al alcalde de Coslada, Ángel Viveros.

La situación en el edificio redondo del Consistorio, ahora en obras, es complicada. En la segunda planta está el despacho del Interventor. Una más arriba, Alcaldía, desde donde señalan que Ángel Viveros está tranquilo, pero “dolido con lo que está ocurriendo, porque siempre se ha hecho todo como ha marcado siempre el interventor”.

¿Qué motivación hay?

Entonces, ¿por qué la reacción del Interventor Municipal? Hay un dato que vuelve a relacionar esta actitud con el PP y, por extensión, con la estrategia de lodazal de Pablo Casado. José Viñas Bosquet está casado con Carmen Cárdeno Pardo, una mujer muy ligada al PP de Madrid y, en particular, a la época de Esperanza Aguirre. Con la ‘lideresa’, esta funcionaria de la administración regional, ocupó el cargo de Directora General de Comercio hasta justo dos meses después de que dimitiera por los escándalos de corrupción.

El Interventor de Coslada repite con insistencia que “no tiene nada que ver con el PP, no está afiliada al PP, ni tiene que nada que ver con el PP”, para concluir que “es como si se dudase que yo fuese independiente”.

A pesar de no estar afiliada, atendiendo a su CV de LinkedIN, se puede comprobar su extensa hoja de servicios siempre con gobiernos 'populares', primero con Aguirre en Madrid, y luego con Mariano Rajoy, pero en el pequeño núcleo aguirrista que sobrevivió en el Gobierno de la nación.

Sin evidencia de la relación causa efecto, sí resulta extraño lo que ocurre en Coslada. Preguntado Viñas Bosquet por la posible trastienda ideológica de sus movimientos indica que “eso es lo que dice el alcalde”.

Un funcionario de los veteranos de este Ayuntamiento que ha visto pasar a casi todos los regidores democráticos asevera, sin embargo, que “en ocasiones 2 más 2 sí que son cuatro”.

Mientras tanto, en otros municipios madrileños empiezan a prepararse para la guerra… electoral.