Castilla y León sigue perdiendo población. Una vez más, la comunidad repite como la autonomía con mayor pérdida de población en términos absolutos. A fecha de 1 de enero de 2022 había empadronadas 2.370.064 personas, lo que supone 13.075 menos que el mismo día en 2021. Estas cifras se desprenden del Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE), indicando que la comunidad registró un descenso porcentual del número de habitantes del 0,5%, cuando el conjunto nacional se elevaron una décima, con 50.490 más, hasta un total de 47.435.597.

Esta pérdida poblacional se ha marcado más en el descenso de personas nacionales, mientras que la población extranjera ha aumentado. En concreto, la comunidad contaba a principios de año con 2.225.139 españoles, que mermaron un 0,6%, mientras que se contabilizaron 144.925 extranjeros, que aumentaron un 0,6%. Es en este sentido en el que conviene mencionar al nuevo Ejecutivo que se ha constituido para gobernar la Junta. Partido Popular y Vox han materializado su acuerdo formando el gobierno menos paritario de España, con solamente tres mujeres en los doce cargos, y poniendo el énfasis en controvertidos temas que ya habían alcanzado un gran consenso social, como es la violencia de género o la memoria histórica, además de la inmigración.

Es este último punto uno de los más polémicos que ha impuesto Vox para pactar y permitir a Mañueco seguir en la presidencia. La inmigración ordenada es el término que la ultraderecha, liderada en la comunidad por Juan García-Gallardo, quiere utilizar en sus planteamientos migratorios. “Una inmigración, o es legal y ordenada, o es una invasión”. “Lo que vamos a instar es al Gobierno de España a que refuerce el control de las fronteras, para que quien quiera venir a España lo haga llamando a la puerta, cumpliendo todos sus papeles, todos los trámites preceptivos y administrativos y de manera ordenada”, aseguraba.

No vamos a abonar ese efecto llamada que en ocasiones son algunas ayudas sociales que perciben algunos colectivos y que estamos en contra de ellas”, resumía, convencido de que Castilla y León es un “lugar de acogida para todo aquel que quiera cumplir la ley y adaptarse culturalmente a nuestras costumbres”.

Esto lo ha asumido Alfonso Fernández Mañueco en su discurso de investidura, entre otros postulados de la ultraderecha. “Consideraremos el problema de la despoblación y las políticas de demografía una cuestión nacional prioritaria, que debe ser abordada en coordinación con todas las administraciones públicas. Políticas que deben promover, y así lo apoyaremos, una inmigración ordenada que, desde la integración cultural, económica y social, y en contra de las mafias ilegales, contribuya al futuro de España y de Castilla y León”, pronunciaba.

Una sangría demográfica enquistada

Esta sangría demográfica se lleva produciendo desde hace más de tres décadas. En ella, además, influyen otros factores, como el envejecimiento de la población y el propio éxodo masivo de jóvenes. Tomando como referencia 1987, el año en el que el PP entró en el Gobierno de la comunidad, sin perderlo hasta la fecha, Castilla y León ha perdido 133.039 habitantes.

Hasta 2021, la variación poblacional en la comunidad reflejaba una bajada del 4,79%. En este mismo periodo, otras regiones del panorama nacional afectadas por la despoblación, como son Castilla-La Mancha y Aragón, crecían un 20,50% y 10,68%, respectivamente. En el global de España, la variación poblacional de España aumentaba un 20,50%. Las únicas regiones que decrecían en dicho periodo, al igual que Castilla y León, fueron Galicia, con una ligera caída del 0,90%, pasando de 2,720.326 habitantes a 2.695.645, y Asturias, una comunidad uniprovincial que ha pasado de 1.065.877 a 1.011.972.

A fecha de 1 de enero de 2022, además de las cifras de Castilla y León, las regiones que más población han perdido en términos absolutos son las ciudades autónomas de Melilla (-1,3%) y Ceuta (-1,1%), el Principado de Asturias (-0,7%) y Extremadura (-0,5%, igual que Castilla y León). Pese a que hay regiones que pierden más que Castilla y León, estas autonomías no se pueden equiparar a ella, ya que son ciudades autónomas y una comunidad uniprovincial en la que predominan dos ciudades frente a municipios más pequeños, además de que Castilla y León es la comunidad más grande de España.

El 76% de los municipios, en situación demográfica grave

La red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (SSPA) señaló en 2020 que el 76% de los municipios de Castilla y León estaban en una situación demográfica “grave o muy grave”, frente al 44% de la media española. Solamente el 6,5 % de los municipios de la comunidad gozaba de una situación demográfica “buena”, mientras que este dato en España alcanzaba el 30%.

En 2021, Castilla y León perdió 11.779 habitantes y, en 2022, 13.075. Por provincias, ningún territorio castellano y leonés se libra de sufrir la despoblación. Las dos provincias con mayor descenso porcentual de habitantes fueron León y Zamora, un 0,9% cada una. Después, Palencia, con un 0,7%, y Ávila, con un 0,6%.