El antiguo líder de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid y vicepresidente de esta, Ignacio Aguado, ha sido muy contundente con el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en las páginas de su nuevo libro en el que publica sus memorias Volando entre Halcones. En este examen de conciencia que hace el antiguo líder regional de Cs, Aguado confiesa las tensiones internas que vivió con la presidenta madrileña durante el periodo que formaban gobierno de coalición y la gestión de la pandemia del COVID, llegando a escribir que se replanteó la continuación de la coalición con el PP.

Aguado ha escrito en su nuevo libro que el primer choque que se vivió entre su partido y el PP madrileño fue el escandalo de Avalmadrid. Recordamos que, en 2022, la empresa gestionada por los padres de Ayuso fue condenada a pagar más de 300.000 euros a esta institución financiera tras retrasarse diez años en la devolución de un préstamo de 400.000 euros. El escandalo se hubiese quedado tan solo en un problema relacionado con la presidenta autonómica, pero Ayuso decidió que la autonomía se hiciese cargo de una parte del pago, asumiendo 102.000 euros de la denuncia.

El ambicioso proyecto de Miguel Ángel Rodríguez

Sin embargo, este caso fue tan solo el principio de la ruptura interna entre Ciudadanos y el PP madrileño. El problema que más destaca Aguado en su libro es el nombramiento de Miguel Ángel Rodríguez como jefe de gabinete de Ayuso. El expolítico escribe que MAR “vio en Ayuso un diamante en bruto”, y señala que el objetivo del jefe de gabinete “no era convertir a Ayuso en una buena presidenta de la Comunidad de Madrid”, sino que sostiene que la meta final era abrir las puertas de La Moncloa a la lideresa madrileña.

Para Aguado, la entrada de MAR al gobierno madrileño supuso un intento de lanzar a Ayuso a la escena política nacional y argumenta que pretendía llegar a los telediarios nacionales ya que su antiguo gabinete “no le daba los titulares que buscaba”. Aguado escribe que la llegada de Miguel Ángel Rodríguez no fue bien recibida en su formación, ya que el jefe de gabinete paso los meses previos a su nombramiento cargando contra miembros del partido naranja y atacando a la familia de su líder, marcando el característico estilo que define al máximo defensor de Ayuso en las redes sociales.

Una vez asumió el liderazgo del gabinete de Ayuso, MAR enfocó la estrategia de la líder madrileña en combatir al Ejecutivo con Pedro Sánchez a la cabeza. Aguado asegura que se siguió un proyecto que consistía en atacar todas las decisiones que tomase el Gobierno central “ya fuesen buenas, malas o regulares”. “Con Miguel Ángel Rodríguez a su lado, Isabel tenía el apoyo y la guía para construir el discurso agresivo y beligerante que requería”, escribe el expolítico.

Los conflictos durante la pandemia

Aguado recuerda también la polémica gestión llevada a cabo en la Comunidad de Madrid durante la pandemia de COVID. El antiguo líder regional afirma que a Ayuso le preocupaba no tener un proyecto autonómico con el que ser recordada al igual que sus antecesores en el cargo. Con la llegada de la pandemia, la presidenta madrileña volcó recursos en materializar ese proyecto con el que ser recordada, el hospital Isabel Zendal.

En las paginas de estas memorias se habla sobre como la estrategia de Ayuso de utilizar la Comunidad de Madrid “como su atalaya particular desde la que atacar a Sánchez siempre que hubiera ocasión”. Aguado argumenta que la estrategia de Ayuso para cargar contra Sánchez durante la pandemia en lugar de centrarse en salvar vidas “ha convertido tanto a Ayuso como a Sánchez en dos personajes muy tóxicos para la política española”.

Sobre la propia gestión de la pandemia, Aguado asegura que Ayuso “ordenada hacer lo contrario de lo que, en privado, aconsejaban los propios expertos de la consejería y el propio sentido común”. Además, sostiene que el equipo de Ayuso trató de cargar a Alberto Reyero, consejero de Políticas Sociales, con las muertes de las residencias. “Ayuso intentó culpabilizarle de aquellas muertes y de aquella situación, tanto en público como en privado, y eso es algo que no le perdonare jamás”. “Fue durante la gestión de la pandemia donde conocí la verdadera cara de Ayuso, donde me demostró como era y donde me di cuenta de lo tóxica que estaba siendo para Madrid y para el resto de España”, sentencia contundentemente.  

Finalmente, el exlíder de Ciudadanos aprovecha para hacer un examen de conciencia en el que se replantea si, de volver a estar en su mano, pudiera mantener a Ayuso en el Gobierno, en esta ocasión, la cosa sería diferente. “Muy probablemente, si hoy tuviera que decidir si ser o no portavoz de aquel gobierno, diría que no. Y si tuviera que volver a hacerla presidenta, diría que tampoco. De todo se aprende”.

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