Alfonso Fernández Mañueco ha jurado su cargo como presidente de Castilla y León este martes para dar comienzo a una legislatura en la que la insignia de Vox estará muy presente. La comunidad retrocede a los años 70 con el gobierno menos paritario de España, en el que de los 12 cargos solo tres estarán ocupados por mujeres, todas ellas del Partido Popular.

La cúpula de la Junta de Castilla y León pasa a estar liderada por el presidente, Fernández Mañueco, y por Juan García-Gallardo, de Vox, como vicepresidente. Por primera vez en la historia de la Junta, el vicepresidente no tendrá ni consejería ni portavocía. Las tres consejerías que sustenta la ultraderecha han sido ocupadas solo por hombres: Mariano Veganzones (consejero de Industria, Comercio y Empleo), Gerardo Dueñas (consejero de Agricultura) y Gonzalo Santonja (consejero de Cultura y Turismo).

Es por la parte del PP por la que entran las mujeres en el Gobierno autonómico, aunque también en clara minoría. Mañueco ha hecho pocos cambios respecto a la legislatura anterior. Jesús Julio Carnero pasa a la Consejería de la Presidencia ya que la de Agricultura ha sido cedida a las manos de Vox. Ángel Ibáñez, anterior consejero de Presidencia, pasará a la viceportavocía del Grupo Parlamentario Popular y, tal como ha adelantado el presidente, también “tendrá responsabilidades en las próximas elecciones municipales y autonómicos” de mayo de 2023, aunque ha precisado que “en Castilla y León serán municipales”.

Juan Carlos Suárez Quiñones, anterior consejero de Fomento, pasa a cargo de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio. Carlos Fernández sigue al mando de la Consejería de Economía, al igual que Alejandro Vázquez de Sanidad. Las tres mujeres que entran al frente de las consejerías son María González Corral, Isabel Blanco y Rocío Lucas. Ellas serán las encargadas de dirigir la nueva Consejería de Movilidad y Transformación Digital, Familia e Igualdad de Oportunidades y Educación, respectivamente.

Mañueco justifica los nombramientos

En su toma de posesión, en la que ha faltado el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, pero ha contado con la presencia de rostros populares como Isabel Díaz Ayuso o Cuca Gamarra, además de los expresidentes de la comunidad, el que revalida su cargo como presidente de Castilla y León ha justificado los nombramientos y su acuerdo con la ultraderecha para formar el Gobierno que regirá la región si no se convocan otras elecciones anticipadas, como se hizo tras romper el gobierno de coalición con el popular mantenía con Ciudadanos.

Mañueco ha insistido en que quiere tener una “política de gestión frente a una política de gestos” y en que afrontará un “profundo proceso de transformación”. Respecto a la falta de paridad en su nuevo equipo de consejeros se ha remitido a las “circunstancias”. “Efectivamente, son las cifras que he dicho, hay tres consejeras y siete consejeros, se pueden hacer otras comparaciones y otros análisis, pero eso es lo que hay, y son los mejores hombres y las mejores mujeres para este gobierno”, ha relatado.

“Todos los consejeros tienen una militancia política, no le daría más importancia, el presidente soy yo, el vicepresidente es él y trabajamos en conjunto para las personas de Castilla y León”, ha rematado.