Los 34 años ininterrumpidos que lleva el PP en la Junta de Castilla y León dejan muestra del deterioro, por ejemplo, en la sanidad pública y, en especial, de los recursos del medio rural. Pero también han llevado a esta comunidad a ser la que sufre los índices más graves de despoblación, de envejecimiento y de éxodo masivo de jóvenes para buscarse un futuro.

Desde 1987, año en el que el PP entró en la Junta con José María Aznar a la cabeza del Ejecutivo autonómico, y hasta 2021, la variación poblacional en Castilla y León refleja una bajada del 4,79%. En este mismo periodo, otras regiones del panorama nacional afectadas por la despoblación, como son Castilla-La Mancha y Aragón, han crecido un 20,50 y 10,68%, respectivamente. En el global de España, la variación poblacional de España ha aumentado un 20,50%. Todos estas estas cifras según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

En 1987, Castilla y León tenía una población de 2.503.103 habitantes, pasando en 2021 a tener 2.383.139, lo que refleja una disminución de 119.964 personas. En cambio, en Castilla-La Mancha se pasó de 1.700.807 habitantes a 2.049.562, con una diferencia positiva de 348.755 personas; en Aragón se pasó de 1.198.216 a 1.326.261; y en La Rioja, de 259.986 a 319.796.

Las únicas regiones que decrecen, al igual que Castilla y León, son Galicia, con una ligera caída del 0,90%, pasando de 2,720.326 habitantes a 2.695.645, y Asturias, una comunidad uniprovincial que ha pasado de 1.065.877 a 1.011.972.

El 76% de los municipios, en situación demográfica grave

La red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa (SSPA) señaló en 2020 que el 76% de los municipios de Castilla y León estaban en una situación demográfica “grave o muy grave”, frente al 44% de la media española. Solamente el 6,5 % de los municipios de la comunidad gozaba de una situación demográfica “buena”, mientras que este dato en España alcanzaba el 30%.

En 2021, Castilla y León perdió 11.779 habitantes, quedándose en 2.383.139, lo que supone un descenso porcentual del 0,49%, según los datos del padrón. Las regiones más afectadas fueron León, que perdió 4,733 habitantes; Salamanca, con 1.907; y Zamora, con 1.863. Solo dos provincias vieron crecer su población, siendo éstas Ávila, con un aumento del 0,48% (757 más), y Segovia, que subió un 0,12% (185).

Fracaso de la estrategia contra la despoblación

El ex vicepresidente de la Junta de Castilla y León y exconsejero de Ordenación del Territorio, Francisco Igea, presentó el pasado mes de septiembre las conclusiones de la Agenda de Población, el proyecto impulsado por el expresidente popular Juan Vicente Herrera para frenar la despoblación entre 2010 y 2020. Igea afirmó que se habían incumplido todos los objetivos de dicha agenda.

En este sentido, señalaba que entre los puntos de la agenda estaban mejorar la emancipación de jóvenes, aumentar la natalidad, fijar población inmigrante, el retorno de ciudadanos castellanos y leoneses en el extranjero o atraer a españoles de otras comunidades. Todos estos indicadores empeoraron en esos diez años.

La corrupción, marca del PP en la comunidad

Otro aspecto que ha marcado la supremacía popular en Castilla y León en las tres últimas décadas es la corrupción. En este 2022, el PP tendrá que responder ante la justicia por varias causas corruptas que tiene abiertas. Destaca la Trama Eólica y Perla Negra, dos casos que habrían sido orquestados durante el mandato de Juan Vicente Herrera y en los que se investigan las mordidas en la concesión de licencias para parques eólicas y los delitos relacionados con la compra de la sede de Economía de la Junta y de los terrenos para el fallido polígono de Portillo.

A ello hay que sumar la investigación abierta en torno a la presunta financiación ilegal del PP de Salamanca para las primarias en las que Alfonso Fernández Mañueco salió elegido para liderar la formación en Castilla y León, y otras tramas nacionales, como Gürtel o Púnica.