Saltan las alarmas en Ciudadanos. La visita de Santiago Abascal a la Asamblea de Madrid junto al tuit de Rocío Monasterio del pasado viernes ha desatado un huracán sin parangón en el Ejecutivo madrileño. Fuentes del partido naranja han mostrado su preocupación ante unas posibles negociaciones entre Partido Popular y Vox.

No es ningún secreto que la presidenta de la Comunidad de Madrid se siente más próxima a la formación de Abascal en cuanto a políticas tocantes a colectivos más vulnerables, como podría ser el LGTBi. De hecho, Isabel Díaz Ayuso ya mostró sus cartas en lo que a la Ley de Protección Integral contra la LGTBifobia se refiere.

La jefa del Ejecutivo regional, al igual que Rocío Monasterio, portavoz del Grupo Parlamentario de Vox, busca la derogación de este texto aprobado durante el mandato de Cristina Cifuentes y que fue acogido con albricias por parte del colectivo LGTBi. Incluso Ayuso culpó a la “progresía tirana” de proteger este texto e impedir su supresión.

"Deslealtad"

En el Partido Popular son conscientes de que Ciudadanos no daría su visto bueno a unos recortes sociales exigidos por la formación ultraderechista. Por este motivo, según han asegurado fuentes parlamentarias a ElPlural.com, Ayuso buscaría poner a los liberales entre la espada y la pared con estos acuerdos con Vox y situarlos con esa "progresía tirana" que impide recortar en derechos sociales. Una medida de presión. 

En Ciudadanos, tal y como reconocen a ElPlural.com, las sospechas de un acercamiento pronunciado entre PP y Vox se agrandan. Por supuesto, esta aproximación entre las dos fuerzas conservadoras se estaría produciendo a espaldas de los liberales. Tanto es así que la visita de Santiago Abascal a la sesión de control al Ejecutivo madrileño el pasado jueves provocó que la alarma comenzara a sonar.

Fuentes del partido naranja en la Comunidad de Madrid no entienden la visita de Abascal al Parlamento en un momento en el que el acceso a los plenos está restringido por motivos de índole sanitaria. De hecho, Vox encontró el resquicio necesario para ‘colarle’ en la Cámara y que pudiera seguir el pleno: acreditarle como asesor.

Esta maniobra no sentó bien en el fuero de Ciudadanos. Sobre todo tras observar, un día después, un ataque frontal por parte de Rocío Monasterio. La dirigente ultraderechista en Madrid, a través de su perfil en Twitter, cargó contra la “deslealtad” de Ciudadanos al Gobierno de la Comunidad y “su traición a los madrileños”.

Ante esto, la dirigente de Vox tendió la mano y ofreció su apoyo a la presidenta de la Comunidad de Madrid “para exigir al Gobierno que deje de castigar a una región de España”. Estas palabras de la portavoz ultra en la Cámara regional incrementaron las sospechas en el seno del partido liberal.

Una reunión secreta

Un caldo de cultivo al que aún le faltaba un emulsionante. Fuentes parlamentarias han asegurado a este periódico que Isabel Díaz Ayuso y Santiago Abascal no sólo mantuvieron un fugaz encuentro en los pasillos de la Cámara, sino que se reunieron a espaldas de sus principales socios de Gobierno, en un entorno alejado de oídos curiosos en el seno del parlamento madrileño. Se trata de un "rinconcito" próximo a las vacías cabinas de prensa, "cercano a la puerta por la que Ayuso suele abandonar la Asamblea". 

Desde el entorno de Isabel Díaz Ayuso niegan tal información y aseguran que “se encontraron en el pasillo y se saludaron”. Explican fuentes próximas a la presidenta que la relación con Santiago Abascal es fluida porque “se conocen desde hace años” y rechazan que haya vigente cualquier tipo de negociación entre las dos formaciones.

Acuerdo para cuatro años

Desde Ciudadanos, tanto en público como en privado, han repetido hasta la saciedad que, a pesar de las constantes “trabas” de Ayuso, no es el momento de una moción de censura. Ignacio Aguado admitió el pasado jueves que hay un acuerdo “para cuatro años” y no piensa romperlo.

De hecho, los liberales también han rechazado el conato de moción de censura a Isabel Díaz Ayuso surgido después de que Más Madrid admitiera que estaría dispuesto a entregarle el Gobierno madrileño a Ignacio Aguado. No obstante, pese a que no entienden los “ataques” provenientes del entorno de Isabel Díaz Ayuso, los naranjas mantendrán intacta su lealtad a la presidenta del Ejecutivo regional.