El miércoles, 17 miembros de la ejecutiva dimitían para tumbarla y, con ello, forzar la dimisión de Pedro Sánchez. Lo que hasta entonces era una crisis interna en el PSOE, pronto se convertiría en una guerra abierta, un enfrentamiento público en el que Sánchez no se daba por dimitido, se prohibía la entrada de los críticos a la sede del partido y hasta se hablaba de un “golpe de estado” en Ferraz. Así transcurrió el miércoles y, lejos de esperar a que la noche ayudara a calmar los ánimos, parece que sólo ha servido para que cada bando coja más fuerzas.

El jueves ha empezado con una calle Ferraz abarrotada de curiosos y periodistas que intentaban averiguar qué hacía Sánchez atrincherado en la sede con una mini Ejecutiva; es decir, la otra mitad que no ha dimitido y se muestran fiel a su secretario general.

 

No se sabía qué estaban decidiendo, pero en la calle se hablaba de momento histórico. “Yo esto hacía mucho tiempo que no lo veía”, decían los presentes. Y es normal, porque nunca antes se había llegado a este punto en un partido político. Mientras los fieles se reunían, los críticos seguían manteniendo su posición: ya no hay secretario general. Y fue entonces cuando llegó “la máxima autoridad” del partido, una autoridad que no ha podido cruzar del hall de Ferraz.

Verónica Pérez, presidenta de la mesa del Comité Federal, entraba y dos horas después salía para decir: “He estado esperando dos horas en el hall”. Aunque había pedido ser recibida, se ha sentido “maltratada”. Nadie ha aparecido, aunque ella mantiene que "en este momento, la única autoridad que existe en el PSOE, les guste o no, soy yo, porque me eligieron en el Comité Federal”.

El contaataque de Sánchez y el baile de fechas

A primera hora de la tarde, se descubría el pastel. Por fin se sabía de qué se estaba hablando en Ferraz: se estaba fraguando el contraataque de Sánchez.

Tras unas cuatro horas en cónclave, Sánchez convocaba Comité Federal para este sábado, primarias para el 23 de octubre y un Congreso Extraordinario para los días 12 y 13 de noviembre. Así, esta Ejecutiva leal ha decidido mover ficha y adelantar las fechas. En vez de un Congreso Ordinario en diciembre, proponen uno Extraordinario en noviembre.

¿Cuál ha sido la respuesta de los críticos? Los contrarios a Sánchez en el Comité de Garantías le daban un ultimátum para convocarles antes de que pasaran 24 horas.

Mensajes a favor y en contra

Esto a nivel político, pero no podemos olvidarnos de otras esferas, las digitales y las de la calle. Ante las puertas de Ferraz aparecían diversos seguidores de Sánchez para protestar por lo que se estaba fraguando contra su persona. Militantes con pancartas que rezaban: “Sánchez, sí; traidores, no”, coches que pasaban y pitaban y hasta algún grito perdido de “Pedro resiste” llenaban el ambiente.

Y si el PSOE está dividido, sus seguidores en las redes sociales también. Por poner algunos ejemplos, a favor, el PSC. Concretamente el PSC de Tarrasa que fletará autobuses prosánchez para salir de Barcelona el viernes por la noche y llegar a Madrid el sábado a tiempo para mostrar su apoyo a Sánchez antes del Comité Federal. Hasta ha usado sus redes para difundir un número de teléfono para aquellos que quieran participar.

En contra, otros que, lamentablemente, se han olvidado de las reglas para hacer uso del mal gusto y de los insultos. Dentro de este juego sucio, a un usuario no le ha temblado el pulso al escribir que "los cojos tienen muy mala leche", en alusión a Eduardo Madina, víctima de ETA. Al final, hasta los obispos han entrado al trapo para decir que se sienten preocupados por el futuro del parrido.  

En medio, los cascos azules, socialistas dispuestos a mediar entre las partes. Según han asegurado fuentes de la dirección socialista a ELPLURAL.COM, Patxi López está jugando ya ese papel. Otros nombres que suenan para llevar este casco son los de Trinidad Jiménez o Ángel Gabilondo.

¿Y Susana?

Con estos ánimos transcurría la tarde mientras se esperaban las palabras de Susana Díaz. A las 18:00 se reunía el Comité Director de los socialistas andaluces. La expectativa era máxima. Muchos esperaban que la presidenta de Andalucía diera un paso adelante y recogiera el guante de los críticos.

La verdad es que esos, se han quedado con las ganas. Susana ha optado por no hacer sangre y mostrarse conciliadora. Aunque ha criticado a Sánchez sin nombrarle, ha preferido decir que el PSOE andaluz va a buscar soluciones, que van a coser los rotos. Ximo Puig, uno de los dimitidos, la ha completado o rectificado. Coseremos entre todos, ha dicho.

Horas después, Sánchez salía de su trinchera, de Ferraz. Se hacía de noche, era hora de irse a casa. Habrá que ver si esta vez el sueño sirve para calmar los ánimos o mañana tendremos que retrasmitir una crónica más de este campo de batalla socialista.