Aunque para la oposición de Adelante y PSOE el proyecto de Presupuesto para 2021 se quede corto en el gasto social o parezca “una prórroga” del actual, lo cierto es que las cuentas enviadas ayer al Parlamento de la Consejería de Hacienda sobrepasan la cifra simbólica de 40.000 millones, con un crecimiento del 3,7 por ciento, equivalente a 1.444 millones de euros que irán en su mayor parte a educación, sanidad y gasto social.

Para los socialistas, tal incremento de recursos se debe en realidad “a los fondos europeos, una transferencia estatal extraordinaria y el incremento del límite de endeudamiento”, una explicación ajustada a la realidad pero que no impedirá a la Junta apuntarse el mérito de haber firmado el Presupuesto más elevado de la historia autonómica. 

Lo que, aun debiéndose al Covid-19 el incremento del gasto, debía ser en principio una jornada política jubilosa para el Gobierno de Juan Manuel Moreno, no lo fue del todo porque la aprobación de las históricas cuentas está en manos de 12 diputados de Vox que tendrían el mandato de Santiago Abascal de subir significativa y, sobre todo, visiblemente el precio de su apoyo.

El efecto mariposa en versión andaluza

En 2021 habrá Presupuesto si y solo si Vox quiere. Y nadie en el Gobierno andaluz pone en duda que querrá. Como nadie pone en duda que la patada que el líder del PP Pablo Casado propinó dos semanas atrás en el trasero del jefe ultra Santiago Abascal la sentirá en el propio el presidente Moreno.

¿El aleteo de una mariposa en Madrid puede provocar un seísmo al sur de Despeñaperros? En San Telmo calculan que en esta pantanosa coyuntura bien puede decirse de Vox lo que suele decirse de Dios, que aprieta pero no ahoga.

Ahora bien, la pregunta todavía por contestar es esta: ¿hasta dónde está dispuesto Vox a apretar el cuello de Moreno? ¿Hasta que el rostro del presidente simplemente enrojezca o hasta que empiece a coger un tono peligrosamente morado? Lo iremos viendo en los próximos días.

La semana que viene, previsiblemente la oposición presentará su enmienda a la totalidad del proyecto, que solo podrá seguir tramitándose si el Parlamento lo aprueba, para lo cual son imprescindibles los votos ultras.

Algunas pistas

Se da por seguro que Vox dará su apoyo a las cuentas, pero lo cierto es que hasta ahora el partido de Abascal solo ha ofrecido –y siempre de forma extraoficial– estas pocas pistas de cuál será su precio:

Suprimir fundaciones y órganos de la administración paralela; repatriar a los menores no acompañados que llegan ilegalmente a las costas andaluzas; cambiar el nombre a Canal Sur y congelar o recortar su dotación presupuestaria; cumplir de una vez por todas el compromiso de imponer el pin parental en las escuelas (la autorización de los padres a que sus hijos participen en determinadas actividades escolares); llevar la caza a las aulas; rebajar drásticamente las subvenciones a los ‘chiringuitos feministas’; o acabar con las ayudas a quienes se dedican a ‘desenterrar huesos del pasado’.

La indulgencia, y aun benevolencia, de Vox ante los incumplimientos y demoras del Gobierno autonómico a la hora de hacer efectivo lo pactado con ellos en el verano de 2019 pertenece a un pasado de complicidad y mutuo entendimiento que el presidente nacional del PP dinamitó al desdeñar la moción de censura ultra contra Pedro Sánchez y tratar a su líder Santiago Abascal como un apestado.

Es cierto que PSOE y Adelante dicen tener su mano tendida al Gobierno andaluz para que no siga dependiendo de Vox, pero San Telmo no considera seriamente que los ofrecimientos de ambos sean sinceros. O no sean un trampa. O ambas cosas.

Para el capitán Moreno, no contar con el apoyo de Vox sería como quedarse sin velas en medio del temporal. Imposible en esas condiciones gobernar la pesada nave de San Telmo. Sus días de travesía estarían contados. El buque quedaría a merced de la marinería roja.

Por lo demás, las cifras y partidas principales del proyecto presupuestario pueden consultarse aquí.