El Partido Popular comparó los datos emanados de la Encuesta de Población Activa (EPA) con la llegada del hombre a la Luna o la caída del muro de Berlín. Unos datos pseudo-positivos (se crea empleo, pero muy precario y estacional) que Mariano Rajoy ha utilizado para sacar pecho durante su comparecencia ante los medios de los de comunicación en la que ha hecho balance del curso parlamentario. Sin embargo, las cifras económicas no ha sido precisamente lo que ha marcado este semestre. Sus seis meses en La Moncloa han estado marcados por la corrupción, las injerencias en Interior y Justicia, ministros reprobados, el desafío secesionista de Cataluña e incluso una moción de censura. Pero claro, de Rajoy no ha hablado de nada de eso.

Una foto para gobernarlos a todos

Mariano Rajoy sentado a la derecha del Tribunal Gürtel siendo interrogado por la corrupción que asola su partido. Una instantánea que marcará no solo este curso, sino toda su legislatura. A pesar de los favores del presidente del tribunal, Ángel Hurtado, que le colocó en un lugar del juzgado estratégico para evitar la fotografía en la silla por la que otrora pasaron Francisco Correa o Luis Bárcenas, la instantánea dio la vuelta al mundo. Medios internacionales, desde Rusia a México, pasando por Al Jazeera, destacaron la turbia imagen del presidente en sede judicial. Una fotografía que no es más que la viva imagen de la corrupción. Pero Rajoy no ha hablado de eso.

Mariano Rajoy en el juzgado de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares. Fuente Audiencia Nacional

El PP y las trabas para tapar sus vergüenzas

Desde que Rajoy aterrizara en La Moncloa por segunda vez, se han puesto en marcha tres comisiones de investigación, y dos de ellas relacionadas directamente con el Partido Popular: la relativa a la utilización partidista del Ministerio del Interior y la concerniente a la presunta financiación ilegal del PP. Sendos órganos salpican al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a parte de su Ejecutivo, motivo por el cual, los populares han intentado dinamitar ambas comisiones -y de hecho, con una lo han conseguido-. Partido Popular, Ciudadanos y PSOE pactaron finiquitar la Comisión de Investigación sobre el uso partidista del Ministerio del Interior. El exdirector de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso y el exministro Jorge Fernández Díaz fueron los primeros en desfilar. Tras ellos, un mes de standy by en el que los partidos negociaron los siguientes pasos y PP, los naranjas y los socialistas pactaron permitir la citación de José Ángel Fuentes Gago, exjefe de gabinete del exdirector adjunto Operativo de la Policía (DAO), y el propio exDAO, Eugenio Pino, a cambio de que no se llamara a Alfredo Pérez Rubalcaba, en calidad de exministro de Interior; a Martín Blas, exjefe de Asuntos Internos; y al polémico comisario Villarejo. Tras las comparecencias de Gago y Pino, se reunió la comisión y PP, Ciudadanos y PSOE han vuelto a pactar para no citar a nadie más y dar por concluida la comisión con muchas dudas aún por resolver.

El PP ha cerrado la investigación sobre el uso partidista de Interior y torpedea la comisión que indaga en su presunta caja B

Con respecto a la Comisión que investiga la presunta caja B del PP, ya han desfilado por ella cinco de los 7 tesoreros del partido: Luis Bárcenas, Rosendo Naseiro, Ángel Sanchís, la actual Carmen Navarro y Álvaro Lapuerta, quien fue citado pero no acudió, alegando demencia sobrevenida. La Comisión, como demuestran los hechos, ya está rodada. Pero no solo eso, sino que además, el PP la incluyó en su acuerdo de investidura con Ciudadanos y votó a favor de su creación. Pero parecen haber cambiado de opinión y, tras varias salidas de tono, han presentado un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional para que tumbe la investigación de su caja B y han contraatacado a golpe de mayoría absoluta en el Senado, donde han creado un órgano paralelo para investigar la financiación del resto de formaciones. Rajoy tampoco ha hablado de esto.

Injerencias en Interior y Justicia

Una de las comisiones, la que ya ha echado el cierre, investigaba el uso partidista de Interior. Unas injerencias que suscitan numerosas dudas tras las grabaciones del ministro Jorge Fernández Díaz en su despacho con Daniel de Alfonso, exdirector de la Oficina Antifraude de Cataluña. En las conversaciones se conspiraba contra disidentes políticos.

Montoro y Catalá, los únicos reprobados, los peor valorados y los que más cobran

Unas injerencias que se han trasladado al departamento de Justicia, donde desde hace meses planea la sombra de la duda sobre el exfiscal jefe de Anticorrupción Manuel Moix, acusado de injerencias en el caso Lezo y el 3%. La guinda del pastel la puso su sociedad offshore en Panamá. Moix dimitió alegando “motivos personales”, pero lejos de ganarse algún que otro tirón de orejas, le subieron el sueldo. Rajoy no ha dicho ni una sola palabra al respecto durante su balance.

Las reprobaciones de Catalá, Montoro y Fernández Díaz

Las grabaciones con De Alfonso y la denominada Operación Cataluña bien le sirvieron a Fernández Díaz para ganarse una reprobación -merecida- en la Comisión de Interior. Pero si hay un ministro de Rajoy que será recordado por la historia, ese es Rafael Catalá. El ministro de Justicia, acusado de inmovilismo en el marco del caso Moix y de injerencias en la cartera de la que es titular, fue reprobado por el Congreso de los Diputados, erigiéndose así como el primer ministro de la Democracia en ser reprobado por el Parlamento. Pero rápido acudió su amigo Montoro a auxiliarle. No quería dejarle solo y, tras ser criticado por su Amnistía Fiscal, fue reprobado por el Congreso. Por cierto, los dos únicos ministros de la historia de la Democracia de España que fueron reprobados, son los peor valorados y, curiosamente, los que más cobran. Rajoy tampoco dijo nada sobre eso.

Fotomontaje de los ministros de Justicia y Hacienda, Rafael Catalá y Cristóbal Montoro respectivamente

Economía, Cataluña e incluso la moción de censura. Esos temas si los ha mencionado Mariano Rajoy. Y Venezuela, que no podía faltar a la cita. Ahora bien, su presunta financiación ilegal, su declaración ante el Tribunal Gürtel, las injerencias, las reprobaciones… A estos asuntos Rajoy no les ha dedicado ni un segundo. Hasta después de vacaciones, presidente.