El máximo premio finalmente no ha podido ser para EH Bildu. Cuando parecía que estaba más cerca y los abertzales ya saboreaban la victoria, un intercambio de escaños con Sumar ha evitado que la izquierda nacionalista fuese el partido con más escaños del Parlamento Vasco por primera vez en la historia. La progresión de los de Arnaldo Otegi, que en 2009 no pudieron presentarse por estar ilegalizados, ha sido meteórica y ha llevado a formación a casi alcanzar el cielo, con 27 escaños (empatados con el PNV) y más de 340.000 votos.

El viaje de los abertzales a lo largo de la historia no ha sido sencillo y para esta ocasión contaban con Pello Otxandiano como punta de lanza, flanqueado por el omnipresente Otegi. El tándem ha salido bien a Bildu, que ha superado en seis escaños y casi 100.000 votos el resultado de los comicios anteriores, alcanzado la mejor marca de toda su historia. Para llegar a estos números, los nacionalistas han tenido que caminar una larga senda, con una marcha ascendente y con buen pie, pero lenta.

Quince años atrás, en las elecciones de 2009, el Tribunal Supremo prohibió a los abertzales presentarse a los comicios. Dos años después, el Tribunal Constitucional dio el visto bueno a EH Bildu y, desde aquel momento, el ascenso ha sido continuado. En 2012, los de Otegi ya se hicieron con la segunda plaza de en la Cámara autonómica al hacerse con 277.923 papeletas y 21 escaños, bajo os mandos de Laura Mintegi. La celebración de aquellos resultados, los mejores hasta el momento, se desinflaría levemente cuatro años después.

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La cita con las urnas de 2016 estuvo marcada por un acontecimiento histórico: la salida de Otegi de la cárcel. El mandatario abandonaba la prisión por quinta vez en su vida después de siete años y un juicio que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos calificó de injusto y carente de imparcialidad. El escenario parecía propicio para los abertzales, con su líder recuperado, pero la ciudadanía vasca decidió lo contrario y, aunque mantuvieron la segunda plaza, perdieron 50.000 votos y tres escaños, pasando de los 21 a los 18.

La incursión en aquellos comicios de Elkarrekin Podemos, con 11 escaños y 157.334 votos, hizo mucho daño a EH Bildu. Los morados disfrutaban en aquel momento de su momento más dulce, con su marca nacional ubicada como tercera fuerza parlamentaria con su mejor resultado de la historia (71 escaños), y en 2020 plantaría cara también. En plena pandemia, los vascos acudieron a votar y los abertzales recuperaron sus 21 escaños, creciendo además en 25.000 votos, y se afianzaron en la segunda posición de la que no se han bajado desde 2012.

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El mejor resultado aún quedaba lejos en cuanto a papeletas, pero gran parte del voto morado parecía absorbido. Las elecciones celebradas este domingo se esperaban con ansias en las filas abertzales, confiadas de que la utilización de ETA en una nueva campaña, después de que Otxandiano renegase de calificarla como banda terrorista, no mermaría sus resultados. Y así ha sido. EH Bildu ha sido la fuerza más votada en dos de las tres provincias, arrasando en Guipúzcoa con el 40% del voto y haciéndose sorprendentemente con Álava (29,4%).

Vizcaya, territorio tradicionalmente dominado por el PNV, ha sido imposible para los nacionalistas de izquierdas, que aun así se han hecho con un 28%. La desaparición de Podemos, que ha perdido sus seis escaños, ha dado alas a Bildu, que parecía rozar la medalla de oro pese a tener menos porcentaje de voto. Sin embargo, la incursión de un nuevo actor, Sumar, ha dinamitado estas posibilidades al quitarle un escaño por Álava a los de Otegi. Butaca, eso sí, que no irá a parar a la cabeza de la lista de Yolanda Díaz, sino al representante de Izquierda Unida (IU) que concurría por esta provincia.

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Pese al gatillazo final, en la sede de EH Bildu llovía el confeti y los kalimotxos. Y no es para menos. Los abertzales habían superado la barrera de los 300.000 votos y habían puesto al PNV en problemas por primera vez en varias décadas, empatándoles a 27 escaños. "El trabajo que hemos hecho ha dado sus frutos, estamos orgullosos, y mañana al tajo. Las siguientes son las elecciones europeas, para ser la primera fuerza en Euskadi y Navarra", trasladaba Otegi hace apenas unas horas. "Somos la primera fuerza política de Euskal Herria", celebraba, añadiendo los votos y escaños de Navarra.

Disipado el confeti y vaciados los vasos de plástico de litro, el mensaje trasladado por la ciudadanía vasca a las urnas es claro. EH Bildu no se va a ir y calificar como etarra a la formación o a sus votantes es una estrategia que solo le ha otorgado más papeletas. La izquierda abertzale sonríe y se prepara. "Seguiremos así al trabajo. Nuestro principio es Euskal Herria, por eso seguiremos trabajando como siempre a favor de este pueblo, con toda la responsabilidad que tiene una fuerza que sobrepasa los 400.000 votos en Euskal Herria”, cerraba Otegi la noche.