Pepa Bueno no ha dudado en referirse al debate electoral conducido en la mañana del viernes por Àngels Barceló en la Cadena Ser. A lo largo de su editorial en 'Hora 25', la periodista ha criticado la actitud que ha tenido Vox con Pablo Iglesias.

"Nunca hubiéramos imaginado que en el año 2021 y en medio de una terrible pandemia, en las elecciones autonómicas de Madrid íbamos a escuchar un debate sobre democracia sí, democracia no", decía indignada.

"Esta es la pantalla en la que estamos para lo que queda de campaña. O se está con los demócratas o se está con los fascistas. Para eso ha servido el debate de hoy en la SER. Para retratar a la extrema derecha banalizando una amenaza explícita de muerte a un candidato, Pablo Iglesias, y a tres miembros de su familia", decía recordando también lo vivido por el ministro del Interior y la directora de la Guardia Civil.

A lo largo de su intervención ha querido dejar claro cuáles son los puntos en los que Vox ha pasado los límites: "Criminalizar a menores desprotegidos, negar la tragedia de las 1.085 asesinadas por la violencia de género, acusar directamente al gobierno de las muertes de la pandemia, reclamar que se vayan de España sus adversarios políticos. La escalada de los dirigentes de Vox ha llegado hasta el día de hoy, cuando se han permitido frivolizar y dudar de la propia existencia de una amenaza en forma de balas que llegan por carta a tres políticos democráticos".

También ha querido señalar al PP: "Ahora la pelota está en el tejado del PP porque solo la unidad de los demócratas ha vencido las amenazas a la convivencia que ha sufrido este país. Su candidata, Díaz Ayuso, debe aclarar si está dispuesta a gobernar o a negociar el apoyo para gobernar, de quienes a los madrileños que no les gustan les dicen: "Lárguense, estamos mejor sin ustedes" sin llegar siquiera al gobierno y ya están echando a los madrileños que no opinan como ellos de su ciudad, de su comunidad, de su casa", decía.

"Al fascismo se le combate en la urnas, votando. Estar con los amenazados hoy no es una posición política, es un deber moral. Nos jugamos el país en el que queremos vivir y el país en el que vivan nuestros hijos", terminaba zanjando.