En un inesperado giro de guion digno del propio universo Broncano, La Revuelta emitió una entrega inédita (aunque grabada semanas atrás) que se impuso, en su tramo de coincidencia directa, al omnipresente El Hormiguero. Sí, Pablo Motos regresaba al access con una reposición —nada de contenido nuevo—, lo cual le abrió una puerta que Broncano no dudó en cruzar con sigilo y humor quirúrgico.
Los datos son elocuentes. Aunque el programa de Motos obtuvo un 12,2% de share y 1.529.000 espectadores, la emisión de La Revuelta registró un 12,1% de cuota con 1.504.000 espectadores a nivel general. Pero el verdadero golpe llegó entre las 21:59 y las 22:58, tramo en el que ambos programas coincidieron: Broncano se elevó hasta el 12,47% y 1.568.000 espectadores, superando el 12,16% del veterano show de Antena 3.
Una victoria simbólica, sin duda, pero significativa. La Revuelta demuestra que hay hueco para lo diferente, lo fresco, lo que se aleja del molde. Un triunfo que, aunque ajustado, deja un mensaje claro: hay hambre de nuevos formatos.
El sabor del prime time: ‘MasterChef’ se mantiene en la cima
Y mientras en la antesala de la noche se gestaban pequeñas revoluciones, el prime time vivía su propio festín. MasterChef no necesitó fuegos artificiales ni polémicas para ganar la velada. Con un 11,8% de cuota de pantalla, el talent culinario de La 1 se alzó como lo más visto del horario estelar.
Lo hizo por encima de La Favorita en Telecinco —una apuesta de ficción que no termina de despegar— y por delante también de Renacer, la telenovela turca que Antena 3 sigue manteniendo en su parrilla como pieza clave.
La victoria no fue abrumadora, pero sí suficiente para reafirmar que MasterChef mantiene su tirón entre el público fiel. El programa no solo cocina alimentos, sino también emociones, y eso sigue siendo su ingrediente estrella.
Semana Santa pasa factura: bajón generalizado en las audiencias
El efecto de las vacaciones de Semana Santa se dejó sentir con fuerza en la parrilla del lunes, dejando descensos notorios en las cifras de las principales apuestas del prime time. MasterChef, que ya había perdido 1,8 puntos en su segunda entrega respecto al estreno, volvió a ceder terreno: esta vez, cuatro décimas más, firmando un 11,8% de cuota y 818.000 espectadores. Aunque marca su mínimo de share en esta edición, el dato no se replica en volumen de audiencia, ya que sube ligeramente y gana 9.000 televidentes frente a la semana anterior.
Peor suerte corre La Favorita 1922, que toca fondo con su mínimo histórico tanto en cuota como en espectadores. La serie protagonizada por Verónica Sánchez y Luis Fernández anota un 10% de share y 888.000 espectadores, perdiendo seis décimas y 22.000 seguidores con respecto al lunes anterior. El desgaste es ya alarmante: desde su estreno en Telecinco, la ficción ha dejado atrás 7,1 puntos y nada menos que 672.000 espectadores. Un descenso sostenido que la posiciona como una de las grandes damnificadas de la temporada.
Como viene siendo habitual, Pasapalabra volvió a hacerse con el ansiado minuto de oro del día. El concurso de Antena 3 lideró con solvencia la franja previa al prime time, logrando reunir a 2.495.000 espectadores a las 21:06 horas, con un 22,9% de cuota de pantalla. Un dato que confirma la solidez del formato presentado por Roberto Leal y su capacidad de arrastre para la programación nocturna de la cadena, que sin embargo, no logró retener ese liderazgo con Renacer más tarde en el prime. Aun así, el magnetismo del rosco sigue intacto: ni la Semana Santa ni la competencia lograron hacerle sombra.
La Revuelta supo aprovechar esa grieta abierta por la ausencia de estrenos en El Hormiguero, y aunque el margen fue estrecho, su victoria simbólica envía una señal de alerta a los pesos pesados del access. En paralelo, MasterChef resiste sin estridencias, demostrando que en la cocina televisiva también hay espacio para la estabilidad en tiempos líquidos.