Las diez personas que han llegado a un acuerdo con el fiscal del caso Taula, en el juicio de los zombies -personas que cobraban sin trabajar- han desfilado por la sala cantando la Traviata. Todos ellos, menos uno, han afirmado que fueron contratados en las empresas públicas Imelsa y Ciegsa, que cobraron el sueldo de la citada empresa, pero que jamás trabajaron en ella. Unas confesiones que ponen contra las cuerdas el expresidente de la Diputación, Alfonso Rus; a su exjefe de Gabinete José Estarlich y al exgerente de Imelsa, Marcos Benavent.

“A mi me contrató Emilio Llopis como asesor” ha afirmado Raúl Mateo Ángel Balufo, quien acto seguido ha dicho: “No trabajé nunca en Imelsa y no fui asesor de Llopis”. Llopis era el jefe de Gabinete del expresidente de la Diputación Alfonso Rus.

Por su parte, José Estarlich, el presunto testaferro de Marcos Benavent, autodenominado ‘yonki del dinero’ ha aseverado durante su declaración: “Reconozco los hechos por los que he sido acusado. Declaré voluntariamente en el juzgado. trabajé cuatro meses en Imelsa, pero era una pantomima que teníamos montada. cobré 14.440 euros que he devuelto por estos trabajos. Conocí a Benavent previamente y en una situación difícil él intentó ayudarme. Me contrató para tener dinero, y lo aprovechamos para gestiones particulares mías y de él”.

Manuel Gómez Pérez ha hecho evidente durante su declaración lo que piensan los investigadores, que la empresa pública Imelsa se utilizó como “agencia de colocación” por parte de los diferentes partidos políticos. Este hombre ha sido claro y cristalino. “Donde yo realizaba el trabajo era en la sede del PP”. Como los anteriores, no ha dudado en reconocer que, aunque trabajaba en el PP, quien le pagaba el sueldo era Imelsa.

El arrepentido que se ha equivocado

Tan solo uno de ellos ha decidido cambiar su versión, Antonio Gil, pero tras el receso ha pedido volver a declarar porque “se ha puesto nervioso” y no ha declarado todo lo que tenía que declarar. El presidente ha dicho que “no es frecuente, pero vamos a permitir que amplíe su declaración, pero tiene que ver con un acuerdo que nada tiene que ver con este tribunal”.

En un principio ha aseverado que tenía un contrato de alta dirección en Ciegsa y que “sí hacía mi trabajo. Me dedicaba a visitar los ayuntamientos en materia educativa. Yo cumplía mi horario de trabajo, iba por los pueblos, hablaba con los alcaldes y luego informaba a mis jefes, entre ellos Máximo Caturla. Digo la absoluta verdad, tengo un currículum intachable.

Tras el receso, y a petición de su letrada, ha añadido que trabajó inicialmente en Ciegsa, pero no fue siempre así. “He trabajado en la sede del Partido Popular. Me dijeron que fuera para allá. En Ciegsa fue un año, el resto de años fue trabajar para el Partido popular. Seguía las instrucciones de Ricardo Costa y de los que estaban allí”, ha apostillado en la segunda parte de su declaración.

El empresario José Adolfo Vedri ha relatado cómo desde Imelsa se contrató a dos trabajadores de su empresa durante cuatro meses para que se les pagara el sueldo desde la empresa pública. El motivo era que se le debía dinero de varios trabajos y así se compensaba la deuda. La persona con la que llegó al acuerdo de compensación fue Marcos Benavent, según su propio relato. La versión de Vedri ha sido ratificada por el trabajador de La Gráfica, la empresa de la que era dueño Vedri.