Suecia se mantiene firme en su objetivo de que España rectifique su posición sobre las bolsas de nicotina en el Real Decreto que impulsa el Ministerio de Sanidad para la prevención del tabaquismo, en concreto por la limitación a 0,99 mg por bolsa como dosis máxima. A la carta enviada el pasado mes de septiembre por Benjamin Dousa, ministro de Cooperación y Comercio Exterior del país escandinavo, en la que instaba a su homólogo español, Jordi Hereu, a reconsiderar la medida por su carácter “restrictivo” y su impacto en el libre comercio, se suma ahora la voz del embajador de Suecia en España, Per-Arne Hjelmborn. El diplomático ha tachado la propuesta española de "prohibición de facto" durante su intervención el foro ‘Transformación de negocio responsable, regulación, innovación y propósito empresarial' organizado por la Cámara de Comercio Hispano Sueca en Madrid. 

Per-Arne Hjelmborn recordó que las bolsas de nicotina son "un producto de origen sueco desarrollado para ofrecer a los fumadores una alternativa menos perjudicial, libre de humo y de tabaco”, e insistió en la necesidad de regulación. "Pero existen diferentes puntos de vista en cuanto al principio de proporcionalidad", matizó, para reivindicar que, desde la perspectiva del Gobierno sueco existen "medios menos intrusivos o restrictivos para alcanzar el mismo objetivo de la salud pública, sin obstaculizar el libre comercio".

El embajador destacó además que Suecia tiene la tasa de tabaquismo más baja de Europa, y que,, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se prevé que el gasto sanitario oncológico tenga menor impacto en suecia que en el resto de países europeos. En ese punto, añadió que “aunque las bolsas de nicotina no están exentas de riesgo, su impacto en la salud es sustancialmente menor que el de los cigarrillos”, defendiendo que una regulación restrictiva “basada en la evidencia” puede contribuir a proteger la salud pública sin necesidad de prohibiciones.

En Suecia, solo el 4,5% de los adultos fuman, lo que le convierte en el primer país libre de humo, según los datos sanitarios oficiales. Esta reducción del tabaquismo se ha conseguido tras décadas apostando por las alternativas sin humo, fundamentalmente snus -un producto de consumo oral prohibido en el resto de la UE que contiene tabaco-, y bolsas de nicotina, que no contienen tabaco.

Aunque Suecia presenta un nivel de consumo de nicotina similar a la media europea (25,3% en España vs. 23,6% en Suecia), registra un 41% menos de incidencia de cáncer y menos de la mitad de las muertes relacionadas con el consumo de tabaco que en el resto del territorio europeo. Así lo recoge el informe de Smoke-Free Sweden en su informe 'Sin humos, menos daños', elaborado por 13 médicos y especialistas en tabaquismo, que explican esa diferencia por la adopción de productos libres de humo y la educación sanitaria orientada a un uso responsable. 

El diplomático subrayó que este enfoque no solo ha tenido beneficios sanitarios, sino también económicos. En este sentido, el último informe de la OCDE sobre incidencia del cáncer en Europa advierte de que el gasto sanitario per cápita destinado a tratamientos oncológicos aumentará de media un 59% en la Unión Europea entre 2023 y 2050. Sin embargo, en Suecia se prevé un incremento inferior al 36%, mientras que en países como Chipre, Polonia o España la subida superará el 80%.

Hjelmborn concluyó destacando los resultados obtenidos por Suecia y la importancia de la evidencia científica en la toma de decisiones regulatorias. “Una regulación restrictiva basada en evidencia permitirá proteger también la salud pública sin prohibir un producto que puede ayudar a las personas que quieren dejar de fumar, alineándose con buenas prácticas observadas en otros países”, afirmó el embajador, quien reiteró su confianza en que el diálogo bilateral contribuya a “promover soluciones equilibradas que beneficien tanto a la sociedad como al entorno empresarial”.