La selección española femenina de fútbol sigue haciendo historia y derribando barreras a su paso. Tras proclamarse en verano campeonas del mundo, las jugadoras españolas no han bajado el pistón y recientemente han conquistado también conquistar la Nations League, el primer título oficial de su historia. Tras derrotar con contundencia a Francia en la final (2-0), las jugadoras se trasladaron a Madrid para celebrar su triunfo con las autoridades y la afición.

Una de las paradas obligatorias fue el Congreso de los Diputados, donde fueron recibidas por la presidenta de la cámara, Francina Armengol, y varios representantes de los grupos parlamentarios. Allí, la capitana Irene Paredes aprovechó para reivindicar el papel del deporte femenino en la sociedad y pedir más inversión, apoyo y protección para las deportistas.

Pero no todo fue alegría y reconocimiento en la visita al Congreso. A la salida, un grupo de personas que se encontraban en las inmediaciones empezó a gritarles "un piquito, un piquito", en alusión al beso no consentido que el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, le dio a la delantera Jenni Hermoso en el momento de la entrega de la copa.

Este gesto, que fue muy criticado en las redes sociales por ser machista y paternalista, molestó profundamente a las futbolistas, que se sintieron faltadas al respeto. Una de las que reaccionó con más indignación fue Misa Rodríguez, la portera del Real Madrid, que se giró hacia los provocadores y les espetó con cara de pocos amigos: "No tiene gracia eso".

Lejos de disculparse o callarse, los autores de los cánticos siguieron insistiendo en su actitud ofensiva, mientras se oía de fondo: "¿Pero qué dices? Cuidado, cuidado, cuidado...". Un lamentable episodio que empañó la jornada de celebración de las campeonas de Europa y que evidenció la falta de respeto y de educación de algunos hacia el deporte femenino.

Montse Tomé dice al juez que no convocó a Jenni Hermoso por razones deportivas y no por presión de nadie

Por otra parte, pese a que la selección española femenina de fútbol sigue empeñada en contestar a las críticas con victorias y más victorias, lo cierto es que el lamentable episodio que protagonizó Rubiales continúa formando parte de la actualidad del combinado nacional. En este sentido, a comienzos de febrero de este año la seleccionadora nacional, Montse Tomé, señalaba en su comparecencia como testigo ante el juez que investiga al ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por el beso que cuando no convocó a Jenni Hermoso para dos partidos tras la polémica fue por razones estrictamente deportivas dado que había jugado pocos partidos de pretemporada, y porque la presión mediática podía influir en su rendimiento en el terreno de juego.

Así lo confirman fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, que añaden que la seleccionadora y exjugadora del FC Barcelona negó que su decisión estuviera mediatizada por terceras personas o por el exentrenador de la selección Jorge Vilda, imputado en esta causa por las presiones que habría ejercido sobre Hermoso para que la polémica surgida por el beso en la entrega de trofeos del Mundial celebrado en Australia no fuera a más.

Esa primera convocatoria de Tomé como seleccionadora tras el Mundial tenía lugar en el marco de la fase de grupos de la Liga de Naciones 2023-2024 en la que se enfrentaron a Suecia y Suiza, y estuvo marcada por la polémica al decidir no incluir a Hermoso.

Interrogatorio pedido por Vilda

Cabe recordar que en el auto por el que el juez acordaba citar a Tomé señalaba que lo hacía para aclarar si la no convocatoria de Jennifer Hermoso en esos dos partidos de España tuvo relación con la negativa de la jugadora a firmar un comunicado conjunto con el expresidente para aplacar la polémica. Acordaba esta declaración dando cumplimiento a lo ordenado por la Sala de lo Penal, que accedió a lo solicitado por el exseleccionador masculino Jorge Vilda, que fue quien pidió esta diligencia.

Dado que la decisión de la Sala llegó después de que dictara auto de procesamiento proponiendo juzgar a Rubiales y al resto de imputados, el juez Francisco de Jorge decidió dejar sin efecto el plazo de 10 días que dio para formular los escritos de acusación hasta que terminara la testifical y se diera la posibilidad de formular alegaciones sobre el mantenimiento o no de la condición de investigado de Jorge Vilda.

De Jorge, en su auto de procesamiento, proponía juzgar a Rubiales al considerar que el beso que propinó a Hermoso "no fue consentido" y que el exdirigente actuó de forma "unilateral y sorpresiva". Además, también propuso enviar al banquillo al propio Vilda, al director deportivo de la Selección masculina, Albert Luque, y al responsable de marketing de la Federación, Rubén Rivera, por las presiones posteriores a las que se sometió a la jugadora para que accediese a realizar una manifestación pública afirmando que el beso había sido consentido.

El juez aseguraba en ese auto que existió "una acción concertada de los tres" procesados acordada con Rubiales "para doblegar la voluntad de Hermoso y conseguir que accediera a grabar un video en el que dijese que el beso había sido consentido".

Cabe recordar que el instructor investigaba a Rubiales por los delitos de agresión sexual y coacciones. Sin embargo, en su resolución el magistrado no proponía juzgarles por ninguno de esos delitos asegurando que "no es preciso que el instructor haga una calificación detallada, ni que se precise los concretos tipos penales".

A juicio del instructor, "el auto fija de manera general unos hechos lo bastante amplios para dar un margen flexible a las acusaciones" para que sean ellas las que, en sus respectivos escritos de acusación, concreten los delitos por los que deben ser juzgados.

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