La actual seleccionadora del equipo español de fútbol, Montse Tomé, ha acudido este viernes a declarar en el caso Rubiales, que investiga el beso farozado que el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, le dio en la boca a la jugadora Jennifer Hermoso durante la celebración del mundial conseguido en Australia, así como las presuntas posteriores coacciones a las que sometieron diversas personas de la federación a la jugadora. Tomé ha explicado que la no convocatoria de Hermoso en el primer partido de la selección femenina española de fútbol en el que ella es entrenadora se debió a motivos deportivos. Asimismo, manifestado que el exseleccionador nacional femenino, Jorge Vilda,  fue el que le dijo tenía que asistir a la asamblea del 25 de agosto de 2023, lo cual ella no deseaba hacer según ha declarado.

Sobre la convocatoria de la jugadora, las fuentes cercanas al caso explican que Tomé ha asegurado "que no recibió ningún tipo de presión ni por parte de Vida ni de la federación", que cuando no convocó a Hermoso "fue por criterio propio y por razones deportivas" ya que "había jugado pocos partidos de pretemporada en Méjico  y porque tenía un foco mediático muy grande y lo hizo para retirarla del foco".

La declaración de Tomé se supone que será la última en la instrucción que está dirigiendo el magistrado de la Audiencia Nacional, Francisco de Jorge, ya que eñ juez ya había dado por finalizada dicha instrucción con anterioridad. Sin embargo, la Sala de Lo Penal de la audiencia aceptó el recurso de una de las partes en la que se solicitaba la declaración de Tomé como testigo directo de lo sucedido esos días con Jennifer Hermoso.

A juicio

Tras esta declaración, lo más probable es que el magistrado siga con su propuesta de juzgar al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales; al exseleccionador nacional femenino, Jorge Vilda; al director deportivo de la selección masculina, Albert Luque y al exresponsable de marketing de la federación, Rubén Rivera, por el beso forzado y las posteriores presiones a la jugadora de la selección española Jennifer Hermoso durante la celebración del mundial de fútbol. Según el juez Francisco de Jorge, el beso que recibió Hermoso en la boca por parte de rubiales fue "no consentido y fue una iniciativa unilateral y sorpresiva" por parte del entonces presidente de la RFEF.

La decisión del juez se tomó después de que Hermoso ratificara en sede judicial el testimonio que ya concedió ante la Fiscalía, asegurando que el beso que le propinó Luis Rubiales, fue "inesperado" y "en ningún momento consentido". Además, la futbolista especificó que en los momentos posteriores a la presunta agresión sexual, fue hostigada y atosigada tanto en el vuelo de vuelta como en su estancia en Ibiza, alterando su vida normal y produciéndole una situación de desasosiego y tristeza.

El magistrado añade que la finalidad erótica o no o el estado de euforia y agitación experimentado como consecuencia del extraordinario triunfo deportivo son elementos cuya consecuencia y consecuencias jurídicas deberá valorarse en el juicio oral ante el órgano encargado del enjuiciamiento. El instructor explicaba que en este momento procesal su función se limita a apreciar que existen indicios suficientes de la comisión de los hechos narrados en su auto y que esos hechos son relevantes penalmente, siendo por ello perfectamente sostenible una acusación.

Para el magistrado no es preciso hacer una calificación detallada ni precisar los concretos tipos penales, puesto que basta con la apreciación de que en la más severa de las calificaciones posibles no excederían del ámbito de penas que se encuadran dentro del procedimiento abreviado. En este caso, indica que el beso en los labios “afecta a la esfera de la intimidad reservada a las relaciones sexuales, en particular en el contexto de dos personas adultas”.