La seguridad es uno de los objetivos más buscados por la tecnología. Los coches están recibiendo constantes mecanismos para mejorar la seguridad de los conductores. Los vehículos autónomos están cada vez más cerca de convertirse en una realidad, pero, mientras tanto, somos nosotros los que conducimos. 

Por ello, la Unión Europea ha establecido que para 2024 cualquier nuevo modelo en el mercado europeo deberá llevar los Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor (ADAS) instalados.

Dado que el 93% de los accidentes tienen como culpable al factor humano, los sistemas ADAS permiten, entre otros, detectar la fatiga y el sueño. Por ello, la UE quiere implementar sistemas que avisen al conductor de que no está en condiciones de conducir.

Affectiva es una de la compañías más punteras y utilizadas en este sector, utilizan sistemas de cámaras instaladas dentro de los coches. Equipadas con Inteligencia Artificial, analizan los estados cognitivos y emocionales del conductor a partir de su cara y de su voz, y determina cuál es el estado de este. 

Estas se podrán colocar en diferentes lugares del coche que permita la captación de los gestos del conductor como la posición de la cabeza, las veces que parpadea, los bostezos o los niveles de distracción.

En el caso de detectar cansancio o fatiga, se emitirán diversos avisos o alertas para que el conductor sepa que debe parar, descansar e, incluso, dejar de conducir. Además de los datos del conductor también recopila la información de los pasajeros y mantiene su efectividad con gafas de sol, mascarillas u otros complementos. 

Se estima que 14 grandes marcas de automóviles ya tienen acuerdos con la compañía, sin embargo, solo se conocen Volvo y BMW, por motivos de confidencialidad.

Aunque la Unión Europea se opusiera a la identificación biométrica en espacios públicos, sí va a apoyar el uso de cámaras dentro de los vehículos privados, ya que no está recopilando ningún tipo de información personal, no registran ni conservan estos datos, solamente los analizan para dar una respuesta en el momento.

Los datos de los conductores se mantendrán en el coche y nadie tendrá acceso a estos. Aunque parece lejano, a partir de 2024 será obligatorio tener instalada esta tecnología en todos los vehículos europeos.