El discurso del presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha ido virando progresivamente hasta tomar unas sendas muy parecidas a las de la extrema derecha, un fenómeno que se ha notado especialmente en las recientes semanas por dos motivos: la campaña a las elecciones catalanas y el encontronazo que tuvo el ministro de Transportes, Óscar Puente, con el presidente argentino, Javier Milei. En ambos escenarios, Feijóo ha escenificado un discurso que poco o nada se diferencia del de la ultraderecha, a pesar de que desde el Partido Popular aseguran que dicha deriva no se ha producido y que es el discurso que han mantenido siempre.

Para poner de manifiesto este cambio dialéctico en el líder del Partido Popular, conviene remontarse tiempo atrás, cuando todavía estaba al frente de la Xunta de Galicia y cuando asumió la dirección del partido a nivel nacional. Hace tan solo una semana, cuando Puente tuvo unas desafortunadas declaraciones sobre el presidente argentino al acusarle de consumir sustancias estupefacientes antes de sus intervenciones públicas, Milei respondió cargando con contundencia contra el Gobierno de España en un comunicado en el que también mencionaba asuntos internos de la política nacional, vulnerando el principio de no injerencia entre Estados. El PP, lejos de apoyar al Gobierno, se puso del lado de Milei y le defendieron a capa y espada. Sin embargo, esta afinidad de los 'populares' con el anarcoliberal se fundamenta únicamente en su enemistad con el Ejecutivo, ya que cuando Feijóo tomó el bastón de mando del PP, su socio en Argentina era Mauricio Macri, en tanto que son homólogos en lo ideológico. Un giro político repentino que se justifica únicamente en un intento de desgastar al Gobierno de España.

En 2022, el líder del PP tuvo en Buenos Aires un encuentro con el expresidente argentino y destacó la unión respecto a "la defensa de la democracia y de la libertad. Es una satisfacción volver a estar hoy con mi buen amigo Mauricio Macri. Nos une con Argentina la defensa de la democracia y de la libertad, el camino por el que han transitado las naciones más prósperas", expresó el presidente del Partido Popular en un mensaje en Twitter en el que compartió dos fotos junto a Macri. Sin embargo, ahora que la circunstancia apremia, el buen amigo de Feijóo se ha convertido en Javier Milei.

En el mismo sentido, Feijóo pidió la dimisión o el cese de Óscar Puente, culpando a Sánchez de crear una "crisis política con un país hermano". Este lunes mantuvo ese tono crítico, considerando que el Gobierno insulta al político argentino para ocultar las recientes polémicas que han sondeado a Begoña Gómez, esposa del presidente.

También una de sus manos derechas, Borja Sémper, siguió la misma línea: "Un ministro de España acusando de drogadicto al presidente de Argentina porque todo es muy gracioso y qué más da. Merecemos un Gobierno que tenga nivel, no dé vergüenza ni nos meta en líos gratuitos".

La migración, el otro tema clave del discurso del PP

Otro asunto en el que puede apreciarse el radical giro de guión de Feijóo es en materia migratoria. En estas elecciones catalanas, Vox ha convertido el asunto de la seguridad y la inmigración ilegal en una de las cuestiones clave de su programa, y el PP también lo ha traído a la mesa de su argumentario. El líder del PP ha llegado a decir esta semana que su partido buscará el voto de aquellos que se opongan a la inmigración ilegal, comprando el discurso xenófobo de Vox y yendo incluso más allá: "Los inmigrantes ilegales ocupan nuestros domicilios".

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"Yo le pido el voto a aquellos que están a favor de la inmigración legal, pero los que no admiten que la inmigración ilegal se deje en nuestras casas ocupando nuestros domicilios y nosotros no poder entrar en nuestras propiedades", aseguró, comprando otro de los relatos de Vox justo después: "También le pido el voto a todos aquellos que se dan cuenta que Cataluña tiene los índices de criminalidad, de robos y de hurtos y de reincidencia de los más altos de España". Sin embargo, existen datos del Ministerio del Interior que desmontan este argumentario.

Estas palabras, que suenan como un acercamiento claro a sus socios de Gobierno en diferentes regiones españolas, chocan frontalmente con el que era el discurso de Feijóo cuando estaba al frente de la Xunta de Galicia. Por aquel entonces, concretamente en octubre de 2021, el entonces presidente de la Xunta expuso la necesidad de abordar, a nivel europeo y estatal, el retorno y la migración planificados y ordenados para afrontar las consecuencias del envejecimiento de Galicia. "Si cedemos terreno en ese debate, otros lo ocuparán con discursos que responden más a la emoción que a la razón; al ruido que a la serenidad; al populismo que a la política bien ejercida", argumentó entonces, criticando la clase de discursos a los que hoy se acerca y da amparo.

En un debate que se celebró por aquel entonces, Feijóo compartió lo que entonces consideraba un "compromiso" de Galicia, como era la repoblación. Feijóo enfatizó la necesidad, a nivel estatal, de dar algunos pasos importantes como "implementar una reforma regulatoria que facilite la plena integración, tanto de quienes tienen nacionalidad como de quienes no la tienen; actualizar el sistema de aprobación de títulos; acelerar el acceso a la nacionalidad; reconocer más rápidamente los permisos de residencia de cónyuges, hijos y otros familiares no nacionales de repatriados españoles; y reconocer el derecho a residir y trabajar en España a los jóvenes altamente cualificados que vengan a estudiar". Puntos que poco o nada tienen que ver con el discurso que está protagonizando el Partido Popular durante esta semana, y cuyo motivo obedece a la necesidad de hacerse notar electoralmente en una región en la que las encuestas no les auguran muy buenos resultados.

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