La noticia: el gobierno italiano, bajo las órdenes de Giorgia Meloni, ha bloqueado durante 60 días al buque Geo Barents de Médicos Sin Fronteras mientras realizaba una operación de salvamento en Salerno. El contexto: tras una orden de las autoridades libias de no proceder con el rescate, la ONG paraliza la operación. Ante ello, las personas que iban a bordo de la embarcación empiezan a tirarse al agua y ante el peligro de ahogamiento o desaparición, Médicos Sin Fronteras actúa y rescata a los 191 migrantes. El resultado: el bloqueo de este buque por “no haber comunicado a las autoridades italianas la operación de rescate”. 

ElPlural.com ha podido hablar con Juan Matías Gil, coordinador de las operaciones de rescate de Médicos Sin Fronteras en el Mediterráneo Central. Desde la ONG no solo han denunciado el carácter inhumano de esta sanción, sino que han desmentido que la acusación de no notificar la operación sea cierta. “Hacemos todas las operaciones en constante contacto en tiempo real con las autoridades competentes, incluida la guardia costera italiana, no es que operemos autónomamente en el mar, está fuera de lugar esa acusación”. 

Además, ha hecho énfasis en lo extremo del momento y la gravedad de la situación que los llevó a actuar. “Una analogía de esto sería que si te encuentras a una persona que se va a descomponer en la calle, lo primero que haces es asistir a la persona que lo necesita y después ya coges el teléfono, pero no podemos perder tiempo en situaciones límite donde en un segundo puede terminar la vida de las personas”.

Sobre las políticas de gestión de rescates en el mar, Gil se ha mostrado especialmente crítico por el mecanismo que desde las autoridades italianas llevan aplicando hace años. “Lo que hacen es tratar de externalizar la gestión de sus fronteras haciendo acuerdos con los libios, la guardia costera libia, que, sin duda, es un cuerpo con mucha falta de reputación. Les encargan que intercepten a personas en alta mar en aguas internacionales, que están huyendo de la realidad que se vive en ese país para devolverlas al país de donde huyen”.

Alejar el problema no lo soluciona

En esta línea, se ha referido también al acuerdo de entendimiento alcanzado el año pasado entre la Unión Europea y Túnez, a raíz del cual se intensificaron las salidas desde este país. “El flujo se reorienta hacia Libia. Lo que hacen las políticas europeas en este sentido es que tapan un hueco con la mano y ese hueco se abre en otro lugar”. Confirma además que estas salidas no han cesado. “Las seguimos viendo cada vez que estamos en el mar, fuentes de Naciones Unidas hablan de 1500 muertes en lo que llevamos de año. Entonces, alejar el problema no lo soluciona, y esto perturba mucho a las autoridades, porque al margen de salvar a las personas, somos testigos de lo que pasa en el mar y los abusos que suceden en Libia”. 

Por lo tanto, remarca la importancia de seguir actuando frente a las restricciones impuestas por países como Italia. “Seguimos salvando a gente que si no lo hiciéramos, en cuestión de horas perderían la vida. No tienen medios para comunicarse, se comunican con nosotros las familias de personas que estaban en Libia o Túnez para ver si los hemos rescatado, nos mandan fotos y sus nombres”. 

Sobre la gravedad de la situación, el coordinador de las operaciones de rescate de Médicos Sin Fronteras se muestra tajante con la necesidad de cambio de las políticas que gestionan tanto las operaciones como las migraciones. “Mientras que las políticas sigan siendo las de ignorar estas situaciones, no implementar mecanismo oficial de búsqueda y rescate, de bloquear a nuestros barcos, esto va a seguir sucediendo”. 

A la crítica de Gil, se han unido también las palabras de Riccardo Gatti, jefe del equipo de búsqueda y rescate de MSF. Este martes cargó de la misma manera contra las políticas migratorias, especialmente con las aplicadas por el gobierno de Meloni. "El decreto-ley está específicamente diseñado para impedir las vitales actividades de búsqueda y rescate de las organizaciones no gubernamentales en el mar". Y ha instado a las autoridades competentes a liberar el Geo Barents, para que la ONG pueda continuar cumpliendo con su misión principal: salvar vidas: "Que cumpla con su deber de rescatar vidas y deje inmediatamente de obstruir la asistencia humanitaria de salvamento en el mar".