El Papa Francisco ha cargado contra los gobiernos y dirigentes que niegan permanentemente el asilo de manera sistemática a las personas migrantes. Esto, aunque no aparezca directamente en sus palabras, podría ir perfectamente dirigido no solo a Vox y la ultraderecha europea, sino también a partidos como el PP, que vuelven a alentar el fantasma del “efecto llamada”.

El Pontífice ha reclamado en su audiencia pública de este miércoles “rutas de acceso, seguras y legales” para quienes llegan a los países de nuestro entorno en busca de una vida mejor. Lo ha hecho coincidiendo con la escalada de embarcaciones que alcanzan España e Italia, en plenas amenazas de la presidenta italiana, Giorgia Meloni, y mientras Pedro Sánchez visita África entre críticas de los de Santiago Abascal y Alberto Núñez Feijóo.

Francisco ha cambiado su habitual catequesis para lanzar un mensaje contra la “militarización de las fronteras” o las “leyes más restrictivas”, además de las actuaciones de las mafias que comercian con estas personas. Ha dejado claro que “el Señor está con los migrantes y no con quien los rechaza” y se ha pronunciado en un tono mucho más contundente según iban pasando los segundos.

“Hay que decirlo claramente: hay quienes trabajan sistemáticamente por todos los medios para repeler a los emigrantes. ¡Para rechazar a los emigrantes! Y esto, cuando se hace con conciencia y con responsabilidad, es un pecado grave”, ha señalado.

El Papa ha querido pronunciarse a favor de que no es con mano dura como conseguiremos estabilizar el mundo en la medida de lo posible. “Por el contrario, lo lograremos ampliando las rutas de acceso seguras y legales para los migrantes, facilitando el refugio a quienes huyen de la guerra, la violencia, la persecución y diversas calamidades; lo conseguiremos fomentando por todos los medios una gobernanza mundial de la migración basada en la justicia, la fraternidad y la solidaridad, y aunando esfuerzos para combatir el tráfico de seres humanos, para detener a los traficantes criminales que se aprovechan sin piedad de la miseria ajena”, ha reclamado en la plaza San Pedro, en el mismo país liderado por Meloni.

En la era de los drones, hay niños que nadie quiere ver

El máximo responsable de la Iglesia ha centrado su discurso en el camino que, a lo largo de “mares y desiertos” realizan a diario miles de personas que buscan un futuro mejor. “Las rutas migratorias actuales a menudo están marcadas por travesías de mares y desiertos que, para muchas, demasiadas personas, son mortales”, ha denunciado, poniendo el foco en el que “el Mediterráneo se ha convertido en un cementerio”. “Y la tragedia es que muchos, la mayoría de estos muertos, se podrían haber salvado”, ha lamentado.

El Papa ha explicado que tampoco en el mar se trata de muertes “naturales”, y que a veces a muchas de estas personas “los llevan al desierto y los abandonan allí”. “En la era de los satélites y los drones, hay hombres, mujeres y niños migrantes que nadie puede ver” y que “solo Dios ve y escucha su clamor”, ha pronunciado.