Este domingo, España se enfrentará a Inglaterra en la final de la Eurocopa, un evento que no solo pone a prueba a los jugadores, sino también al hombre detrás de ellos: Luis de la Fuente. El seleccionador español ha llevado al equipo a nuevas alturas a base de un juego vistoso -el mejor del torneo, de largo- y una concentración que ha logrado alejar el ruido para centrarse en el fútbol. Además, la historia de Luis de la Fuente es tan fascinante como su éxito en el campo.

Luis de la Fuente Castillo nació el 21 de junio de 1961 en Haro, La Rioja. Desde joven, mostró una pasión inquebrantable por el fútbol, lo que lo llevó a una carrera profesional como jugador. De la Fuente jugó principalmente como lateral izquierdo, destacando en equipos como el Athletic Club y el Sevilla FC. Sin embargo, su verdadera vocación siempre fue la de ser entrenador.

Un hombre de la casa para alejar el ruido

De la Fuente comenzó su carrera como entrenador en las categorías inferiores del Athletic Club, donde rápidamente se ganó una reputación por su habilidad para desarrollar jóvenes talentos. Su éxito en el fútbol formativo lo llevó a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en 2013, donde asumió el mando de las selecciones sub-19, sub-21 y sub-23. Bajo su liderazgo, España ganó el Campeonato de Europa Sub-19 en 2015 y el Campeonato de Europa Sub-21 en 2019, además de obtener la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Luis de la Fuente es conocido por su enfoque táctico y su capacidad para adaptarse a las circunstancias del juego. Prefiere formaciones como el 4-3-3 y el 4-2-3-1, que permiten un equilibrio entre ataque y defensa. Su filosofía se centra en el control del balón y la construcción de jugadas desde la defensa, una estrategia que ha sido fundamental para el éxito de sus equipos. Sin embargo, a diferencias de otros entrenadores que priman sus ideas antes que los futbolistas, De la Fuente es de esa clase técnicos que priman el talento. Prueba de ello es que identificó rápidamente que el factor diferencial de esta selección se encontraba en los costados y no dudó en apostar ciegamente por Nico Williams y Lamine Yamal. Extremos puros de jugársela en cada ataque. Una vuelta a los orígenes de este deporte.

A diferencia de su predecesor, Luis Enrique, De la Fuente es conocido por su carácter afable y cercano. Siempre dispuesto a escuchar y a dialogar, ha creado un ambiente de confianza y respeto mutuo dentro del equipo. Esta actitud ha sido clave para ganarse el apoyo de los jugadores y del público, especialmente en momentos de crítica y presión.

A pesar de sus logros, el camino de De la Fuente no ha estado exento de desafíos. Su nombramiento como seleccionador absoluto en 2023 se produjo en medio de una crisis en la RFEF, marcada por la polémica en torno a Luis Rubiales. A pesar del ruido mediático y las críticas, De la Fuente ha logrado mantener a la selección enfocada en sus objetivos, alejándola de las controversias externas. Su capacidad para tomar decisiones valientes y su éxito en el campo han silenciado muchas de estas críticas. Jugadores como Fabián, Cucurella y Lamine Yamal, que inicialmente fueron apuestas arriesgadas, se han convertido en pilares del equipo bajo su dirección.

La fe inquebrantable de Luis de la Fuente

Luis de la Fuente ha sido siempre abierto sobre su profunda devoción católica, una fe que considera fundamental en su vida personal y profesional. En numerosas entrevistas, ha mencionado cómo su creencia en Dios le proporciona paz y claridad en la toma de decisiones. Por ejemplo, antes de un partido crucial contra Noruega en octubre de 2023, De la Fuente visitó el Cristo del Cachorro en Sevilla para pedir salud y trabajo para todos. Este acto de fe no es una superstición para él, sino una fuente de fortaleza y guía espiritual.

La fe de De la Fuente también se refleja en su liderazgo y en la manera en que maneja la presión. Durante la Eurocopa 2024, en una entrevista con la Cadena Cope, dejó claro que no es supersticioso, pero que siempre se persigna antes de los partidos, un gesto que considera una expresión de su fe. Esta devoción le da una sensación de tranquilidad y confianza, permitiéndole enfrentar los desafíos con una perspectiva positiva y serena. Su fe no solo le ayuda a él, sino que también inspira a sus jugadores, quienes ven en él un ejemplo de integridad y compromiso.

Además, De la Fuente ha hablado abiertamente sobre cómo su fe influye en su visión del éxito y el fracaso. En una entrevista, mencionó que se siente iluminado por Dios al tomar decisiones importantes y que su fe le da fuerza en momentos difíciles. Para De la Fuente, su devoción católica es una parte inseparable de su identidad y de su enfoque como entrenador, demostrando que la espiritualidad puede ser una poderosa aliada en el mundo del deporte.

Con la final de la Eurocopa a la vuelta de la esquina, Luis de la Fuente tiene la oportunidad de consolidar su legado como uno de los grandes entrenadores de la selección española. Su enfoque táctico, su habilidad para gestionar el talento joven y su carácter cercano lo han convertido en el arquitecto de una nueva era para el fútbol español.

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