La Guardia Civil de Almería ha llevado a cabo una investigación a un hombre de 62 años, identificado como presunto autor de un delito contra la fauna. La intervención se realizó durante las actuaciones preventivas del equipo de servicio de protección a la Naturaleza de Cabo de Gata (Seprona). El individuo fue sorprendido en la Rambla de Retamar mientras capturaba aves protegidas utilizando métodos prohibidos. Esta actividad ilegal, que vulnera la normativa de protección de especies, se enmarca en el Plan de Operaciones número 30/2024, conocido como Operación Atráx.
Durante un servicio de vigilancia en la zona, los agentes del Seprona observaron a una persona manipulando una red abatible, un método no selectivo de caza. Esto ocurrió en las proximidades de un cañaveral. Según la Guardia Civil, el hombre intentó abatir un ave y luego se ocultó en un chamizo cercano. Este tipo de redes son consideradas peligrosas para la fauna silvestre, ya que pueden atrapar indiscriminadamente a diferentes especies, no solo a las que se pretende capturar.
Siete aves intervenidas en la Operación Atráx
Tras investigar la zona, los agentes consiguieron localizar al individuo, quien sujetaba una cuerda con la que accionaba la red. Durante la intervención se hallaron dos jilgueros vivos sin anillar, capturados ese mismo día. Además, se intervinieron tres jilgueros más en el cimbel, que se empleaban como señuelos, y dos ejemplares en jaulas, sumando un total de siete aves intervenidas.
El jilguero, una especie fringílida, no está incluida entre las especies cazables. Goza de un régimen de protección según la Directiva Aves 2009/147/CE y la Ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad. La captura de esta especie está prohibida y constituye un delito conforme al artículo 335 del Código Penal. La normativa busca preservar la biodiversidad y evitar la desaparición de especies vulnerables.
El método utilizado para la captura, una red abatible de suelo, es un medio no selectivo, cuyo uso está prohibido por la normativa vigente. Este tipo de redes representan un grave riesgo para la fauna silvestre al no discriminar entre especies protegidas y no protegidas. Además de la investigación penal por el delito contra la fauna, el hombre ha sido propuesto para sanción administrativa según la Ley 8/2003. Esta sanción se debe a la captura y posesión irregular de jilgueros, así como al uso de métodos prohibidos para la captura de aves.