Hace unos años atrás, nadie habría pensado que Donald Trump podría llegar a Presidente de los Estados Unidos, pero la realidad supera a la ficción. Su discurso político y su carrera pública han estado marcados por grandes polémicas: racismo, machismo, sexismo o, la más reciente, la negación de la pandemia mundial. Esperando conocer aún el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre, Trump tenía un as bajo la manga por si pasaba lo peor.

Tal y como ya ha declarado, Trump no acepta un resultado en el que no salga reelegido presidente, atreviéndose a decir que las elecciones están siendo un fraude. En la escala a la victoria, viendo como el candidato demócrato, Joe Biden, gana más puntos a favor que él, se proclamó vencedor aún sabiendo que quedaban millones de votos pendientes de contar. Es así como lanzó su campaña fake de fraude electoral.

Haciendo uso de su arma más potente, Twitter, difundió varios mensajes en el último día asegurando que varios votos "habían aparecido de la nada", asegurando que la victoria la tenía él asegurada, pero los datos reales no confirmaban su teoría. Tales disparates parecen sacados de la ficción, y es que ya se vio algo muy similar en el clásico cinematográfico Ciudadano Kane.

El director Orson Welles y su coguionista Herman J. Mankiewicz escribieron esta obra maestra sobre el gran periodista, Charles Foster Kane, que no era otro que William Randolph Hearst. En sus ansias de poder este se presenta a las elecciones de gobernador y, aunque piensa que tiene la victoria en la palma de la mano, su periódico sensacionalista, el New York Inquirer, no puede publicar que ha perdido. Así que recurre al mismo argumento que Trump: "Fraude en las urnas".

En dicha escena, se ve como los trabajadores del diario tienen preparadas dos tiradas distintas: una anunciaba la victoria arrasadora de Kane; mientras que la segunda sacaba en portada el fraude electoral. La película se estrenó en 1941 y, casi 80 años más tardes, parece que nada ha cambiado. 

Visto lo visto, viendo que la derrota es inevitable, recurren a la mentira con la excusa del fraude, dándole la vuelta a la tortilla para no perder la confianza de sus fieles votantes. Es una teoría de la conspiración para no aceptar la derrota, pero también para enfrentar y crispar a la población. La prensa sabía con certeza que sus lectores seguirían a rajatabla todo lo que ellos publicasen, y así lo hicieron.

El resultado final de las elecciones presidenciales más seguidas de la historia todavía no es claro, pero cada candidato quedará retratado por cómo está llevando la campaña, algo que Trump muestra mucho por sus redes sociales.