El incendio de dos bloques de pisos en Valencia este jueves deja al menos 4 muertos y entre 9 y 15 desaparecidos. Los dos edificios, situados en el cruce de la avenida del Maestro Rodrigo y la calle Rafael Alberti, fueron consumidos por las llamas en cuestión de horas tras iniciarse el fuego en la quinta planta de uno de ellos a las 17:30 de ayer. Alrededor de 450 vecinos habitan las viviendas afectadas, según los vecinos.

La rapidísima propagación del fuego responde a varios factores. En el dia de ayer supimos que el revestimiento aislante, hecho de poliuretano, que recubría la fachada ha sido una de las causas de que el incendio devorara casi por completo los dos edificios de Valencia “en menos de media hora”, como explicaba ayer la ingeniera Esther Puchades. Este material, que a día de hoy está prohibido por ser altamente inflamable, se usó en la construcción de los dos bloques siniestrados cuando todavía era legal.

El poliuretano causó el llamado 'efecto chimenea'

Como ya ha ocurrido en varios incendios, como el de la Torre Grenfell en Londres en 2017, las placas de poliuretano han causado un fenómeno físico que facilita que las llamas se propaguen a toda velocidad. Se trata del efecto chimenea, una reacción originada por el aire que entra y sale de un edificio por aberturas no selladas. Un agujero entre el revestimento exterior, de aluminio, y el aislamiento interior de poliuretano, han generado una chimenea que ha oxigenado el fuego, haciendo que se propague rápidamente de la quinta planta al resto de la construcción, arrasando todo a su paso. Por si fuera poco, el humo generado al arder el poliuretano es altamente tóxico.

La diferencia de temperatura y humedad entre el aire ubicado en el exterior y el interior del edificio, causa que el aire tenga diferente densidad, lo que incrementa el efecto chimenea. Cuanto más alto es un edificio y más diferencia de temperatura presenta, más facil es que el fuego se propague a gran velocidad. En el caso de los edificios incencidados en Valencia, estos factores se deben al aire que acumulaban entre el revestimiento de aluminio y el poliuretano que actuaba como aislante. Estas infiltraciones de aire no son accidentales, pues tienen varios usos a nivel arquitectónico. La acumulación de este aire se emplea para aislar los edificios de las altas temeperaturas del verano y las bajas del invierno. Sin embargo, en caso de incendio, el efecto chimenea causado por este sistema resulta fatal, como hemos visto en Valencia.

Sin embargo, hay otros factores que propician el efecto chimenea que podrían ser inevitables. Los huecos de las escaleras y los ascensores son puntos críticos en caso de incendio. El fuego se mueve a gran velocidad a través de ellos por la diferente densidad del aire al comprimirse en un espacio reducido. Algunos de los elementos que pueden ayudar a evitar la propagación del fuego son los tabiques interiores, los suelos y las separaciones contra incendios.