Hay un dicho, según el cual, "no todas las cabezas están igual". Les ponemos un ejemplo. Este lunes se reunió el Pleno del Ayuntamiento de Santoña. Sobre la mesa una petición de un vecino, Leoncio Calle, que realizaba en su posición de portavoz del Movimiento Falangista. La solicitud, en concreto, era que se inaugurara un monumento que está colocado en el paseo marítimo de la ciudad. Y que para ello se invitara al Príncipe de Asturias.

"No hay mal que por bien no venga"
Podría parecer algo normal. Pero los detalles demuestran que las pinceladas del surrealismo siempre están presentes en la actualidad. Y es que la estatua en sí es del almirante Luis Carrero Blanco, hijo del pueblo cántabro.

Para quien no se acuerde, que igual entre los menores de 30 años hay unos cuantos, éste hombre fue la mano derecha de Franco en los estertores de la dictadura. Asesinado por ETA en un atentado que por su complicación y teatralidad resultó extraño, y cuyos modos la banda nunca repitió, la muerte de Carrero fue la que provocó que Franco dijera aquella frase que demostraba o bien su catadura moral, o bien su situación mental: "no hay mal que por bien no venga".

Inaugurar un monumento de 37 años
Pero volviendo a Santoña, su pleno y su estatua, demos un dato más para seguir mejorando la historia. Resulta que el monumento del cómplice del dictador que se pedía que inaugure el Príncipe  fue erigido hace ¡37 años! Sí, se trata de una pieza que fue erigida en 1976.

Pero naturalmente, quien cierra el surrealismo es el propio pleno del Ayuntamiento. Porque la petición del señor Leoncio Calle, portavoz del Movimiento Falangista, recibió los votos a favor de los concejales del Partido Popular y del Partido Regionalista de Cantabria. Los dos del UPyD se abstuvieron, lo que tampoco está mal. Y votaron en contra los seis concejales del PSOE.

Hay más precedentes del surrealismo
En medio de esta escena, la alcaldesa, Milagros Rozadilla, explicó que a partir de 'pasar la moción', lo que va a hacer el ayuntamiento es dirigirse a la Casa Real, que, según dijo "contestará o no, según considere oportuno".

Bien es verdad, que en descargo del actual consistorio, habría que subrayar que el mismo viento les dio en 1998 a los que ocupaban entonces estos cargos. Entonces, en una escena similar, lo que pretendieron fue que acudiera el Rey a inaugurar el monumento, que ya llevaba 22 años colocado en su pedestal.

Un monumento "nada político"
La alcaldesa, para evitar polémicas políticas, advirtió eso sí que nadie intentara politizar este asunto. Porque "nunca ha habido rechazo al monumento" entre los santoñeses, ya que está erigido en memoria del almirante, hijo predilecto, y "no tiene ninguna connotación política". ¿Este comentario no es una guinda perfecta a toda la historia?