Muchos notan ya que nos encontramos a final de mes. La cuenta bancaria adelgaza cada vez más y más rápido a cuenta de la inflación y el coste de la vida. Sin embargo, hay un grupo que, aunque en muchas ocasiones mal pagado, recibe un cobro mensual: los pensionistas

El cobro de las pensiones es el resultado de toda una vida de esfuerzo y trabajo que se ve recompensado a final de mes a aquellas personas jubiladas. Con la llegada de 2024, el Gobierno prevé que las mismas aumenten de cuantía con una revalorización de las pensiones acorde con el IPC, que se fijará en torno al 4,7%, atendiendo a la estimación realizada sobre este índice por Funcas, a julio de 2023.

Los bancos que colaboran con la Seguridad Social abonan las cuantías de las pensiones habitualmente entre el 1 y el 4 de cada mes fijados como fecha máxima para el cobro. Sin embargo, la información se suele recibir, habitualmente, a finales de mes, como fecha máxima donde adelantan el dinero. 

Por ello, cada banco, ante las cientos de miles de transferencias, se organizan y lo hacen unos días antes. Estas son las fechas en las que cobrarás tu pensión según el banco.

El primer banco en pagar en Caixabank el 24 de septiembre. El resto, lo hace el 25 o el 26. Por ejemplo, si eres del Banco Santander cobrarás o el 25 o el 26 y si eres de ING o BBVA se haga siempre el 25 de septiembre.

No obstante, y ante el volumen, hay veces que se puede adelantar o incluso retrasar el pago. Por ello, puedes recibir la pensión entre el 21 y el 27 de septiembre

En busca de una pensión justa

España, como muchos otros países, se enfrenta a un desafío demográfico y económico que afecta a millones de personas: el problema de las pensiones. A medida que la población envejece y la natalidad disminuye, el sistema de pensiones español se encuentra en un punto crítico. Los pensionistas se ven obligados a luchar para mantener una jubilación digna en medio de la incertidumbre económica y la creciente preocupación por el futuro de sus pensiones.

El sistema de pensiones español se basa en un modelo de reparto, donde los trabajadores activos financian las pensiones de los jubilados. Sin embargo, el envejecimiento de la población y la baja tasa de natalidad han desequilibrado este sistema. A medida que la proporción de jubilados aumenta en relación con la de trabajadores activos, la sostenibilidad del sistema se vuelve cada vez más frágil.

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los pensionistas en España es la falta de una pensión elevada. La mayoría de los jubilados dependen en gran medida de sus pensiones para cubrir sus necesidades básicas, como vivienda, alimentación y atención médica. Sin embargo, muchas pensiones son insuficientes para mantener un nivel de vida adecuado, lo que obliga a los pensionistas a ajustarse el cinturón y a veces a depender de la ayuda de sus familiares.

El nivel de las pensiones en España es, en muchos casos, insuficiente para mantener un estándar de vida digno. El problema se agrava cuando se considera el costo de vida en algunas áreas urbanas, donde el alquiler o la hipoteca, los servicios públicos y otros gastos básicos son significativamente altos. Los pensionistas a menudo se encuentran luchando para llegar a fin de mes y enfrentan dificultades para pagar sus facturas y gastos médicos.

Otro problema que enfrentan los pensionistas es la incertidumbre sobre el futuro de sus pensiones. La preocupación por la sostenibilidad del sistema de pensiones ha llevado a debates políticos y propuestas de reforma. Los pensionistas temen que las futuras generaciones puedan enfrentar aún mayores dificultades para acceder a una pensión digna.

Además, la inflación puede erosionar el poder adquisitivo de las pensiones a lo largo del tiempo, lo que significa que los jubilados pueden encontrar cada vez más difícil mantener su nivel de vida a medida que envejecen. Los precios de los bienes y servicios, como la alimentación, la vivienda y la atención médica, tienden a aumentar con el tiempo, y las pensiones fijas pueden quedarse atrás.

La situación se complica aún más por la pandemia de COVID-19, que ha tenido un impacto económico significativo en España y en todo el mundo. Muchos pensionistas se han visto afectados por la crisis económica resultante y han enfrentado dificultades adicionales para llegar a fin de mes.

Los pensionistas en España han estado luchando por una jubilación digna a través de diversas protestas y movimientos de base. Han exigido aumentos en las pensiones para mantener el poder adquisitivo, así como la garantía de que el sistema de pensiones sea sostenible para las generaciones futuras.

El gobierno español ha tomado medidas para abordar estos desafíos, como la aprobación de leyes que aumentan las pensiones mínimas y establecen mecanismos de revalorización de las pensiones. Sin embargo, la lucha por una jubilación digna está lejos de terminar, y se necesita un enfoque integral para garantizar la seguridad financiera de los pensionistas en el futuro.

En resumen, el problema de las pensiones en España es una cuestión compleja y apremiante que afecta a millones de personas. Los pensionistas se enfrentan a la falta de pensiones elevadas, la incertidumbre sobre el futuro y la erosión del poder adquisitivo debido a la inflación. La lucha por una jubilación digna continúa, y es esencial que el gobierno y la sociedad trabajen juntos para abordar este desafío y garantizar que los pensionistas puedan disfrutar de una jubilación segura y cómoda en los años venideros.