Los datos del último informe de Salud Laboral reflejan la situación en la que los profesores se encuentran actualmente en materia de salud mental. Del profesorado encuestado, un 40% señala padecer ansiedad, depresión y desesperación, un 51% manifiesta sentirse insatisfecho con la vida personal y profesional y un 65% de los docentes españoles considera que su trabajo es “bastante” o “muy” estresante desde el inicio del curso escolar.
Ante estos datos y con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, desde el sindicato UGT se han pronunciado para denunciar la situación y exigir al Gobierno y a las diferentes administraciones educativas la “mejora urgente” de las condiciones laborales de los docentes, como pilar fundamental en el bienestar de la profesión. En el comunicado emitido desde el sindicato, expresan que el objetivo principal de estas peticiones es que la salud mental del profesorado “sea verdaderamente cuidada”.
En el escrito, UGT señala dos factores principales como promotores del deterioro de la salud mental de los docentes: el exceso de burocracia y el uso de la tecnología digital. “Están siendo una fuente de estrés para el profesorado, que se ve sobrecargado al no ver reducida su carga lectiva para realizar estas tareas”.
En este sentido, según los datos aportados por el I-BEST: Barómetro Internacional de la Salud y del Bienestar del Personal de la Educación, el personal que trabaja en el ámbito de la educación presenta porcentajes más altos de estrés, depresión o ansiedad que los de otros ámbitos.
En la misma línea, advierte de que la falta de recursos para atender al alumnado con necesidades de apoyo educativo, la disminución de su poder adquisitivo, la falta de reconocimiento de la profesión, y la falta de tiempo para conciliar la vida profesional y familiar, “son algunas de las dificultades que generan situaciones de estrés y problemas de salud mental en el profesorado”.
“Provocan un profundo malestar en nuestro colectivo docente. La incidencia y frecuencia de estas situaciones son de tal magnitud y relevancia que la actividad docente es actualmente asumida como una ‘profesión de alto riesgo’, de modo que el empeoramiento de las condiciones en el ejercicio de la misma están contribuyendo a la disminución del atractivo de la profesión y como consecuencia la escasez de docentes que existe actualmente”.
Al escrito publicado por UGT, se han sumado también de forma paralela las peticiones del sector de Enseñanza de UGT-Servicios Públicos. Estos mismos exigen para el profesorado “unas condiciones laborales óptimas para ofrecer un trabajo de calidad y exigimos al gobierno y a las diferentes administraciones educativas la mejora de las condiciones laborales de los docentes, como base del bienestar de la profesión”.
Además, la petición también vela por el bienestar de los propios estudiantes que, como expresa el sindicato, “necesitan docentes disponibles para atender sus necesidades educativas y de aprendizaje y para ello trabajar en el bienestar y en la salud mental del profesorado debe ser una prioridad y elemento vital para una educación de calidad”.
En la misma línea de este comunicado por parte de UGT, la Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza (FSIE) ha reclamado mayores recursos a las administraciones públicas para cuidar la salud mental de los profesionales del sector de la educación y la discapacidad.
Según señalan desde el sindicato, apuestan por “priorizar los intereses de los trabajadores en lugar de los intereses políticos” y reclaman la incorporación de la figura de los orientadores y psicólogos educativos para todas las etapas, “puesto que permiten atajar problemas de aprendizaje y conducta en menores antes de que se agraven y sean más difíciles de abordar”.