El director Eduard Cortés continúa acumulando acusaciones de acoso sexual y abuso de poder, sumándose 52 voces provenientes mayoritariamente de España, pero también de Colombia y México.

Lo que comenzó con un grupo reducido de testimonios, recogidos por El País, sumó hace tan solo una semana a 27 mujeres que denunciaban estas actitudes del director. “Sabemos que hay muchas más”, aseguran en un comunicado conjunto las víctimas.  

Aunque las mujeres han agradecido el apoyo recibido, aseguran que no ha sido nada fácil reconocer que han sufrido estos tipos de agresiones.

Además, exigen a la industria cinematográfica cambios significativos en el ámbito social y legal. Para ellas, el problema no se limita únicamente a las acciones de este director, sino que refleja un sistema que perpetúa el abuso de género y la impunidad

Una de las cuestiones más relevantes del comunicado es la dificultad para formalizar una denuncia.

La fotógrafa Silvia Grav, en un vídeo que acompaña el escrito, explica: "Se dice que denunciemos, pero la sociedad debe entender por qué muchas denuncias no llegan a la Policía". Entre las razones destacan la prescripción de los delitos antes de que las víctimas puedan procesar el trauma, la falta de pruebas físicas y el desgaste emocional y económico que supone enfrentarse a un proceso judicial.  

Además, critican la obsolescencia del Código Penal y reclaman al Gobierno retomar reformas legales esenciales, como la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita, cuyo plazo venció en 2023. Insisten en que sin estas medidas, las víctimas quedan desprotegidas.  

"Las investigaciones deben realizarse y finalizar sin importar el estatus de afiliación", exigen, criticando los protocolos actuales y subrayando que el prestigio de un agresor no puede influir en garantizar su impunidad.  

Para estas mujeres, hablar públicamente de estas experiencias tan dolorosas es una forma legítima de denuncia y un esfuerzo para abrir camino hacia un futuro donde otras artistas no tengan que pasar por lo mismo.  

Las vícitmas reclaman soluciones reales y que no solo se prometa justicia

Su mensaje es claro, se necesitan acciones concretas que aseguren soluciones reales. Estas mujeres no solo han alzado la voz para exigir justicia contra un director, sino para señalar las fallas de un sistema que les ha fallado.  

"Los verdaderos aliados son aquellos que trabajan activamente para cambiar el sistema y darles los recursos a las víctimas. Aquí nos encontraréis trabajando para construir un sistema que no solo prometa justicia, sino que la haga realidad", concluyen.