Se acerca la hora clave para saber si España acudirá al Mundial de Rusia del próximo verano como primera de grupo y evitar, así, la repesca definitivamente. Albania visita tierras alicantinas para el penúltimo enfrentamiento de la Clasificación, pues queda otro compromiso el lunes en Israel. El primer puesto es el objetivo principal de los de Julen Lopetegui. Sin embargo, el foco de atención ha estado sobre un jugador en concreto: Gerard Piqué. La política ha vuelto a sobreponerse al deporte por muchos de los que pretenden lo contrario. 

Y es que el 29 de septiembre, antes del referéndum, HazteOír comenzaba una campaña para recoger firmas con el fin de echar al central del Barcelona de la Selección. "Piqué fuera de la Selección", ese es el lema de la campaña. Incitan desde ella a pedir a "Julen Lopetegui que no vuelva a convocar más" al defensa culé. 

No ha sido la mejor semana para el central del Barcelona y de la Selección. El pasado 1 de octubre, coincidiendo con el referéndum, Gerard Piqué salió en rueda de prensa tras el partido que sí disputó su equipo ante Las Palmas. Un choque que estaba en el aire, pues el conjunto culé se negó a disputarlo aunque acabó cediendo, dado que podía perder hasta seis puntos por su negativa, según les dijo LaLiga. Piqué se refirió durante su discurso a la 'brutalidad' de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en las calles de Cataluña con el fin de evitar el referéndum. 

Sollozos por si "molesto"

Entre lágrimas, Piqué mostró su orgullo por el pueblo catalán por la actitud que había tomado en el 1 de octubre, cuando se echó a la calle para proteger su derecho a decidir. Además, criticó con fiereza la actuación de la Policía y la Guardia Civil, amén de lamentar que "España tenga un presidente que no sabe inglés". Entre lágrimas, el central del Barcelona afirmó en rueda de prensa que "si soy un problema, dejo la Selección"

A raíz de estas declaraciones, el ambiente en la concentración de la Selección Española se ha enrarecido sobremanera. El pasado lunes, la Selección tenía un entrenamiento a puerta abierta para que los aficionados pudieran disfrutar de los jugadores. Los aplausos tornaron en pitos. Las alabanzas en insultos. Ese fue el preciso instante en el que Gerard Piqué puso un pie en el césped de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. "Piqué, cabrón, fuera de la Selección" o su archiconocida variante, "Piqué, cabrón, España es tu nación" son los cánticos que retumbaron en el campo de entrenamiento. 

La posible reacción del Rico Pérez

El miedo que reside en la concentración de la Roja, es que el público vuelve sus iras contra el central azulgrana, dejando a un lado el trascendental choque contra Albania. Pese a ser un conjunto de menor talento y calidad, se trata de un choque vital. Con Italia tres puntos por debajo y con golaverage particular a favor, una victoria en Alicante certificaría el primer puesto y la clasficación como cabeza de serie para luchar por el Mundial en Rusia. Esta es la mentalidad de los jugadores de la selección, que defendieron en rueda de prensa a su compañero y pidieron que la gente se centrara única y exclusivamente en el partido

En rueda de prensa también salió Piqué, algo que fue alabado por la opinión pública aunque siempre salen sus mismos detractores a criticar. El central culé, que nunca se ha identificado, sino que ha hablado en pos del derecho a decidir del pueblo catalán, aseguró que "un independentista podría jugar en la selección". Una declaración que no sentó nada bien en ciertos sectores de la sociedad. Esta comparecencia de Piqué, en lugar de atajar el problema, pues declaró que se sentía orgullo de defender a la Selección, avivó el fuego. El ambiente sigue crispado y los aficionados siguen en sus trece, locos por increparle. Algo que no ocurrió en el Santiago Bernabéu, feudo del Real Madrid y que animó a los suyos en vez de pitar cuando su equipo se jugaba las habichuelas con Italia.