Desde hace unos días el PP se ha visto obligado a esbozar parte de sus intenciones de Gobierno y la secretaria general Mª Dolores de Cospedal y el portavoz económico Cristóbal Montoro han hecho sonar algunas alarmas al poner en cuestión desde la cobertura por desempleo hasta el propio Estado de bienestar. Desde su blog, el eurodiputado Alejo Vidal-Quadras también se ha atrevido a dar algunas pistas, al menos de las reacciones que esperan a sus intenciones económicas.

Espera "agitación social"
El eurodiputado, uno de los hombres claves del PP en la Eurocámara -donde es vicepresidente-, se dirige a los electores indecisos para convencerles de la conveniencia de que el 20-N el PP consiga una mayoría "absoluta y, dentro de lo absoluta, arrolladora". Y es que el nuevo Gobierno se verá obligado "a aplicar un programa de reformas de enorme alcance que afectará a muchas situaciones consolidadas, romperá no pocos esquemas y exigirá sacrificios considerables a los ciudadanos", lo que "provocará sin duda una considerable agitación social que la izquierda recalcitrante y los nacionalistas llevarán a la calle para amedrentar al Ejecutivo".

La "subversión" frente a los sectores "sanos" de la sociedad
"Si éste [el nuevo Ejecutivo] se achanta, iremos a la ruina, si se mantiene en el cumplimiento de su deber, nos arriesgamos a generar un caos incontrolable", insiste. Para Vidal-Quadras, habitual de los foros de Intereconomía, la solución para "neutralizar la subversión" es "dotar a la mayoría parlamentaria de una autoridad moral y de una legitimidad política tan grande que su envergadura sea en sí misma disuasoria frente a maniobras de desestabilización" y movilice a los sectores "moralmente sanos de la sociedad civil".

Ecos de los argumentarios aznaristas
Los argumentos del eurodiputado, que fue coordinador general de FAES, están en la línea de los está difundiendo un centro de propaganda neocon de la órbita de Aznar, el GEES. Desde el Grupo de Estudios Estratégicos (GEES) se instó al PP a enfocar el 20-N como una oportunidad de llevar a la "marginalidad electoral" al PSOE y se reclamaba una mayoría "rotunda" para aplicar las reformas o "las minorías izquierdistas incendiarán la calle".