Las lagunas ideológicas de esta joven vallisoletana (de hecho no se afilió al PP hasta 2003) se contrarrestan con una fidelidad intachable a su superior y una memoria portentosa, que supo utilizar para convertirse tempranamente por oposición (como su jefe) en Abogada del Estado.

Un apoyo fiel
La confianza que Mariano Rajoy ha demostrado en ella se la empezó a labrar con su asesoramiento en el caso de las vacas locas y el hundimiento del Prestige, aunque fue en la breve etapa del gallego al frente de la secretaría general del PP cuando su apoyo se hizo notar más. En 2003, antes de ser afiliada del partido, Rajoy le nombró miembro del Comité Nacional para elaborar el programa electoral de las elecciones de 2004, las primeras que perdió el ahora presidente del Gobierno.

El látigo en el Congreso
Durante su etapa al frente del grupo popular en el Congreso de los Diputados, Soraya Sáenz de Santamaría se ha destacado por su verbo irónico y su capacidad memorística, armas que usó principalmente contra María Teresa Fernández de la Vega, (a quien ahora imitará en ostentación de poder), y que en la última etapa ha utilizado contra Alfredo Pérez Rubalcaba con escaso éxito y contra Elena Salgado. Fuera de la cámara, Sáenz de Santamaría ha dado pocas veces la nota, salvando alguna sesión fotográfica polémica en su casa o a la puerta del Tribunal Constitucional.

Un camino marcado de antemano
Tras ganar las elecciones, el primer nombramiento de Mariano Rajoy fue el de Soraya Sáenz de Santamaría como la encargada de pilotar el traspaso de poderes, lo que le llevó a reunirse en un par de ocasiones con Ramón Jáuregui, exportavoz del Gobierno. Esto, junto al hecho de que no se le diese ningún cargo en el Grupo Parlamentario,  supusieron el tráiler de la película que ahora le tocará protagonizar a Sáenz de Santamaría.