Desde el anuncio de la ruptura de los gobiernos autonómicos encabezados hasta ahora por PP y Vox, la situación en aquellas autonomías gobernadas por el pacto de la derecha y la ultraderecha está siendo protagonizada por los reproches de unos hacia otros y por los acuerdos de conveniencia en aquellos municipios donde siguen en pie estos pactos. Uno de ellos es el Ayuntamiento de Valencia, donde en los últimos días los rifirrafes entre Partido Popular y la extrema derecha han protagonizado la agenda.
No a las fichas urbanísticas...
Este mismo martes se aprobaban en el pleno municipal las fichas urbanísticas para la construcción del Nou Mestalla, el nuevo estadio del Valencia CF. Salía adelante gracias a los apoyos de la oposición (PSPV y Compromís) y el voto en contra de sus socios en el gobierno. El argumento de Vox: su negativa a destinar los beneficios urbanísticos a Peter Lim, propietario del club. Esta decisión de no apoyar las fichas ha abierto una nueva grieta en la coalición del Ayuntamiento de Valencia, que ha despertado también las críticas de la izquierda. Borja Sanjuán, portavoz del PSPV, ha denunciado la acción tardía de Català y que esto le haya llevado a tener que buscar el apoyo de la propia oposición. “El PP lleva un año sin proponer ni una salida ni un plan y nace en el último momento porque el Partido Socialista en este caso con acuerdo de Compromís firma una moción alternativa. Si el Partido Socialista no presenta esa moción hoy nos plantamos en un escenario en el que el 3 de agosto Peter Lim recupera todos los derechos urbanísticos sin ningún tipo de obligación. Ha abocado al ayuntamiento a tener que elegir entre mal o peor y eso es de ser una muy mala alcaldesa”, ha señalado el portavoz socialista.
Por su parte, la portavoz de Compromís, Papi Robles, ha sostenido que no era esta la mejor solución a aplicar en lo que a la construcción del Nou Mestalla se refiere pero era de las pocas posibles. En este sentido, ha señalado que lo mejor sería que “el Valencia Club de Fútbol volviera a ser propiedad de la afición” pero al no depender del Ayuntamiento, ha optado por aceptar esas fichas urbanísticas.
...pero tampoco a la reprobación de Català
De manera paralela, mientras que las condiciones urbanísticas para retomar las obras del Nou Mestalla han recibido luz verde en el pleno municipal pese al voto en contra de Vox, ha sido este mismo grupo quien ha evitado que se reprobara a la actual alcaldesa de la ciudad. También este martes, en la línea de gestión del Valencia CF, se votaba la reprobación de Català, algo que no ha sido posible por el voto en contra de sus socios en el gobierno. Juanma Badenas, portavoz de Vox en Valencia y segundo teniente de alcalde, ha justificado su voto en contra en la responsabilidad de mantener el gobierno de coalición y “un gobierno estable”. La moción, que fue presentada por Compromís, no ha salido finalmente adelante después de que Vox haya declinado apoyarla “por razones meramente institucionales”. Sobre su voto en contra, Badenas ha señalado: “Nosotros formamos parte de un gobierno que es el del Ayuntamiento de Valencia. Siempre hemos intentado que el Ayuntamiento tenga un gobierno fuerte y estable para gestionar los intereses de los valencianos. Simplemente por esa cuestión, y desde un punto de vista meramente institucional, no podemos votar a favor de esa reprobación”.
Con esta última decisión de la extrema derecha, parece que se vuelve a respirar cierta calma en el ejecutivo de la ciudad, después de que la coalición se viera fracturada cuando anunciaron que se postulaban en contra de la medida anunciada por el concejal popular de urbanismo Juan Giner. En ese momento, Badenas acusó a Català de lanzarse “a un barranco para salvar a Peter Lim” y conceder una licencia de obras que “tarda dos años y medio para empezar a exigir garantías”.
Sin embargo, este reciente voto de la ultraderecha en contra de la reprobación de Català, ha despertado las críticas de aquellos que han dado el apoyo al Partido Popular con las fichas urbanísticas. Desde Compromís han tachado a Vox de “cobarde” y les han acusado de que “a la hora de la verdad, cuando hay que votar en el Pleno municipal para reprobar a la alcaldesa, son unos cobardes y le dan un apoyo categórico, quedando en ridículo y dejando en papel mojado todas sus declaraciones”.