El intento de golpe de Estado en Brasil con bolsonaristas invadiendo edificios oficiales ha encendido las alarmas en Unidas Podemos. Dirigentes morados no dudaron en afirmar que España podría registrar escenas semejantes a la de Brasília o a la de hace dos años en el Capitolio de Estados Unidos. A su juicio, las derechas han sembrado el caldo de cultivo ideal percutiendo sobre la idea de que la coalición conforma un Gobierno ilegítimo y coqueteando con un presunto fraude electoral en caso de derrota en las urnas.

El portavoz adjunto de Unidas Podemos, Enrique Santiago, quien acudió a una concentración de repulsa hacia el intento de golpe en Brasil y en apoyo a Luiz Inácio Lula da Silva, confesó estar preocupado. El diputado morado y líder del PCE criticó que “no hay semana en la que la derecha no insulte al Gobierno y no llame a no reconocer el funcionamiento institucional”, lo que entiende como la antesala de un posible cuestionamiento del resultado electoral. Así, ha deslizado que en Unidas Podemos existe la “preocupación” de que PP y Vox continúen con esta deriva “irresponsable” y “tengan tentaciones de no reconocer resultados electorales”, máxime cuando “el PP nació sobre la configuración política del franquismo”.

Su razonamiento no es aislado, sino compartido por todo el espacio. El coportavoz de Podemos, Pablo Fernández, denunció en la rueda de prensa del lunes que “las derechas no respetan la democracia” y, por eso, “cuando fracasan sus objetivos electorales tras verter fake news, discursos de odio y lawfare, acaban dando golpes violentos”. “Nuestra repulsa y apoyo incondicional al presidente Lula y al pueblo brasileño”, continuó, no sin antes advertir de que lo ocurrido en Brasil se aproxima a la estrategia del PP en España: “Llevan cuatro años secuestrando el CGPJ. Lo que hace Bolsonaro en Brasil con una turba de fanáticos lo está haciendo el señor Feijóo con togados”.

"Lo que hace Bolsonaro en Brasil con una turba de fanáticos lo está haciendo el señor Feijóo con togados"

Isa Serra, coportavoz de la formación morada, percutió con el mismo argumento. Tras criticar las declaraciones de Cuca Gamarra sobre el intento de golpe de Estado, ha hecho hincapié en que “lo problemático es minusvalorar los golpes a la democracia cuando parecen otra cosa” insistiendo en la negativa de los populares a renovar el CGPJ. Además, recordó que “la extrema derecha cuenta con el apoyo de grandes poderes y del Estado profundo que están dispuestos a todo” y son “de tradición golpista y herencia antidemocrática”.

La líder del partido, Ione Belarra, ya había afilado el argumentario unos minutos antes de la rueda de prensa celebrada el lunes con un tuit: “No olvidemos que en España el PP lleva 4 años secuestrando el poder judicial. Hay que pararles con más democracia”. Tras ella, todos sus compañeros y compañeras. El diputado Roberto Uriarte llegó a alertar de que los mimbres ya están dispuestos, pues tanto Alberto Núñez Feijóo como Santiago Abascal han preparado un caldo de cultivo ideal para hacer creer que puede darse “un fraude electoral en el Estado” si no gana la derecha, “y así se preparan las condiciones para que cuando se conocen los resultados, se produzcan asaltos”. “No solo la extrema derecha, sino el PP habla de que el Gobierno es fraudulento y el presidente es ilegítimo. Hablan de que no hay garantías en el próximo proceso electoral poniendo en cuestión el trabajo que pueda hacer la ingeniería Indra en el proceso de recuento”, sentenció.

Tics bolsonaristas

La amistad que une a Jair Bolsonaro con Santiago Abascal es tan conocida como su sintonía ideológica. Ambos han intercambiado halagos de manera frecuente e incluso se han fotografiado juntos en varias ocasiones. Famosa es ya la imagen del líder de Vox con Hermann Tertsch y Bolsonaro ataviado con la elástica de la Selección Española de fútbol.

Tal es el vínculo que sorprendió la celeridad con la que su otrora fiel escudera, Macarena Olona, condenó el asalto al parlamento de Brasil. “No es un levantamiento popular. Es golpismo. Toda mi solidaridad con el pueblo de Brasil. Ley y Orden. Sin democracia no hay libertad”, escribió en su cuenta oficial de Twitter. El post fue cuestionado por seguidores de Vox que criticaron un nuevo volantazo de su ex candidata en Andalucía. Usuarios se aventuraron a comparar lo ocurrido en Brasil con Rodea el Congreso, la manifestación que congregó en 2012 y 2016 frente a la Cámara Baja a un importante grupo de manifestantes para mostrar su descontento con la investidura de Mariano Rajoy. Conviene recordar que aquello fue una manifestación autorizada y frente al parlamento, es decir, no hubo invasión alguna ni se quebrantó ninguna ley.

Vox condenó la invasión de las instituciones en Brasil de aquella manera. El portavoz del partido, Jorge Buxadé, en un encomiable ejercicio de contorsionismo político, empezó hablando del golpe y acabó cargando contra la izquierda, acusando a las formaciones progresistas de “doble moral”: "Condenamos la violencia, toda la violencia ejercida contra las instituciones democráticas. Pero toda la violencia a diferencia de la izquierda de Europa y especialmente la española".

Su tibieza se ha visto agravada por su esfuerzo por librar a Bolsonaro y el tuit de Tertsch al respecto. Buxadé se escudó en que el expresidente ultraderechista ha mostrado su reproche y los asaltantes no sumaban los 58 millones de votos que obtuvo. En paralelo, el eurodiputado de Vox, Tertsch, parecía avalar el golpe diciendo que “la ira del pueblo” brasileño “resurgirá” contra las amenazas de “represión” del presidente Lula.

Pilar Alegría: "Pensaba que Feijóo conocía mejor el Código Penal. Se descalifica por sí mismo"

Por su parte, Génova también ha titubeado. No condenó con la rotundidad exigida por la gravedad de lo ocurrido. La primera reacción de la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra, fue cargar contra el presidente Pedro Sánchez sin reprobar el golpe en Brasil. “Contigo, en España esto ahora es un simple desorden público”, afirmó, haciendo referencia a la derogación del delito de sedición. Alberto Núñez Feijóo tuvo que intervenir ante el aluvión de críticas que cosechó Gamarra y, si bien condenó el golpe, no manifestó su apoyo hacia el presidente electo, Lula da Silva: “Manifestamos nuestro apoyo al pueblo brasileño y hacemos un llamamiento al inmediato restablecimiento del orden constitucional. No se puede ceder ante los populismos y la radicalidad, que intentan socavar el respeto a las instituciones, la democracia y las libertades públicas”.

La portavoz del PSOE, Pilar Alegría, afeó la versión de Génova recordando que, en España, los asaltantes incurrirían en un delito de rebelión, un tipo penal que no se ha modificado: “Pensaba que Feijóo conocía mejor el Código Penal. Se descalifica por sí mismo”.