El presidente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado oficialmente el restablecimiento de los aranceles para Canadá y México, además de elevar el arancel a China del 10% al 20%. Esta escalada indudablemente va a sonar la alarma para la Unión Europea dado que será el siguiente en la lista para sufrir la política comercial agresiva estadounidense.
Sin embargo, Trump ha asegurado este martes que puede hacer que los aranceles desaparezcan si las empresas trasladan su producción al país. "Si las empresas se mudan a Estados Unidos ¡¡¡No hay aranceles!!!", ha insistido a través de su perfil oficial en TruthSocial. Cabe remarcar que no es la primera vez que ha manifestado su intención de atraer empresas a Estados Unidos; en su último mandato, intentó reducir el impuesto sobre sociedades a la tasa irlandesa para rivalizar a la isla.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha informado este martes que responderán a los aranceles con medidas de diversa índole y ha lamentado la "desafortunada" decisión del nuevo Gobierno estadounidense. "Hemos decidido responder con medidas arancelarias y no arancelarias", ha anunciado en su rueda de prensa matutina, quien ha informado de que ofrecerá más detalles este domingo. El presidente canadiense también procederá con su plan inicial de tomar represalia con la imposición de aranceles del 25% sobre productos estadounidenses.
La nueva cuota de impuestos de Washington DC ha entrado en vigor este martes y marcan un patrón para la Unión Europea. Con la amenaza de imponer un arancel del 25% sobre todo producto importad europeo, está quedando cada vez más claro que Trump no tiene intención de dar marcha atrás en los indicios de una guerra comercial entre los bloques comerciales del mundo.
El impacto de los aranceles
Sheinbaum ha subrayado que "es inconcebible que no se piense en el daño" que esta medida va a ocasionar a ambos lados de la frontera, dado que no solo afectará los ciudadanos y empresas de Estados Unidos, sino también a la creación de empleo en ambos países. "Nadie gana con esta decisión", ha lamentado.
Los aranceles, en su fundamento, existen para proteger las economías de los países importadores, además de movilizar la economía mundial. Suele emplearse para fomentar industrias locales dado que, si un producto nacional y uno exterior tienen el mismo precio, el consumidor suele optar por el producto del país. Esto no solo dinamiza la economía local sino además ayuda y protege al empleo. No obstante, un país no puede importar todo tipo de producto o material por razones de terreno, recursos, situación geográfica o clima. Por ello, siempre hay una cierta dependencia de otros países, por lo que un incremento desmesurado de aranceles sobre los socios comerciales de Estados Unidos dañará a ambos lados.
Trump ya ha admitido que perjudicará la economía estadounidense “a corto plazo”, algo que contradice su campaña electoral en la que prometía a los estadounidenses que, bajo su mandato, el costo de la vida bajaría. Como consecuencia, no solo está iniciando una guerra comercial con diferentes poderes mundiales, sino, además, está arriesgando la confianza de sus votantes.
Varios economistas están alertando sobre las consecuencias de esta política. El vicepresidente del Instituto Peterson para Economía Internacional, Marcus Noland, advirtió en The Guardian que los aranceles tendrán “un efecto de deprimir el crecimiento económico de Estados Unidos, contribuyendo a una inflación más alta. Estos efectos empeorarán si otros países toman represalias”. “Tiende -los aranceles- a dañar el sector industrial, reduciendo la eficiencia de la producción en relación con otros países”, explicó el experto.
La respuesta del mundo
La presidenta mexicana ha cargado contra Trump: "No hay motivo, razón ni justificación que soporte esta decisión que afectará a nuestros pueblos y naciones". También puso en valor los últimos esfuerzos de su Gobierno para cumplir con algunas de las demandas en materia de seguridad que había reclamado Washington DC y que resultó en la suspensión de un mes de los aranceles.
En el caso de Canadá, su primer ministro, Justin Trudeau, publicó un comunicado el lunes por la tarde donde afirmaba que “Canadá no dejará que decisiones sin justificación se queden sin respuesta”. “Nuestros aranceles seguirán en marcha hasta que las actuaciones comerciales estadounidenses se retiren”, resaltó el primer ministro canadiense, refiriéndose al incremento del 25% de aranceles sobre los productos estadounidenses con el valor de 155 mil millones de dólares.
Paralelamente, China ha sufrido un aumento inesperado en la tarifa originalmente anunciado por Trump. El gobierno chino no ha anunciado una guerra comercial de forma oficial, pero ha empezado a delimitar una serie de medidas a lo largo del martes en respuesta a la duplicación de la cuota original. Inicialmente, la Administración General de Aduanas de China ha suspendido la importación de troncos desde Estados Unidos además de renunciar a la exportación de soja hacia el país de tres empresas estadounidenses.
La administración china ha alegado que ambos casos suponen riesgos para la "seguridad ecológica" y para la salud de los consumidores. Sin embargo, también ha afirmado que tomará “contramedidas” contra la administración de Trump y que presentará una queja ante la Organización Mundial del Comercio. Del mismo modo, el Ministerio de Finanzas de China ha anunciado este martes la aplicación de aranceles adicionales de hasta el 15% a importaciones de los principales productos agrícolas estadounidenses como el pollo, el cerdo o la soja que entraran en vigor a partir del próximo 10 de marzo.
Por el lado europeo, las respuestas los últimos días frente a la inminente imposición del 25% de aranceles sobre todo producto procedente del continente han sido, en su mayoría, de indignación. Inicialmente, el presidente puso en marcha impuestos sobre el acero y el aluminio europeo, pero este lunes advirtió que no se detendrá en estos recursos.
Tras la reunión el lunes pasado del G7, Macron contó en una entrevista con Fox News que tenía la intención de disuadir al presidente estadounidense. “Vamos a ver, no puedes tener una guerra comercial con China y Europa a la vez. Espero poder convencerle”, contó Macron, según The Guardian. Sin embargo, el presidente francés no ha tenido éxito y parece que Trump va a proceder con sus intenciones de penalizar al bloque comercial.