Israel no tiene suficiente con asesinar diariamente a civiles inocentes, entre ellos miles de niños, periodistas y cooperantes de ONGs en sus pretensiones colonialistas y contrarias al derecho internacional. Dentro del desarrollo simultáneo de un genocidio y una invasión, bombardeando simultáneamente seis países (Palestina, Líbano, Yemen, Irak, Irán y Siria) el Gobierno de Netanyahu está atacando ahora también varias posiciones de las Naciones Unidas (ONU), donde se encuentran desplegadas tropas españolas. Al ataque sobre el cuartel general de Naqoura, dejando dos cascos azules heridos, le ha seguido un ataque sobre la Fuerza Interina de Naciones Unidas (FINUL).

Estos últimos acontecimientos han llevado al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha elevar el tono contra el Ejecutivo israelí. Con anterioridad, el socialistas había evitado condenar y confrontar directamente con Israel, a diferencia de sus pronunciamientos con respecto a Hammas, Irán o Hezbollah, pero este viernes desde el Vaticano, donde ha mantenido un encuentro con el Papa Francisco, se ha mostrado algo más contundente. “Criticar y condenar los ataques que está sufriendo la misión de Naciones Unidas por parte de las fuerzas armadas israelíes”, ha trasladado.

“Este acto absolutamente condenable y rechazable sirve para recordarnos la urgencia de acabar con la violencia y cesar este espiral de violencia”, ha continuado. En la línea con las declaraciones del responsable de Exteriores, José Manuel Albares, ha llamado a “encontrar la vía diplomática”, para la cual es necesario que Israel frene su ataque continuado y deje de contar con el apoyo de potencias occidentales. “El Gobierno no lo hace desde el pasado 7 de octubre y, con lo que está sucediendo, creo que es urgente que la comunidad internacional cese de exportar armas al Gobierno de Israel”.

El mandatario español ha realizado este llamado y ha recordado todos los crímenes de guerra que esta perpetrando Israel. “Es urgente que Israel cese en estas hostilidades que están contraviniendo el derecho internacional porque está invadiendo un tercer país, en este caso Líbano, y también impidiendo la llegada de ayuda humanitaria, como ha puesto en cuestión la propia Corte Internacional de Justicia”, ha incidido. “Respeto al Derecho Internacional Humanitario y nuestra firme condena a cualquier tipo de violación, ataque o vulneración de ese derecho, sea en Gaza, Cisjordania, Ucrania o, como estamos viendo más recientemente, en Líbano”, ha zanjado.

Eso va a defender siempre España y es lo que he trasladado al Papa

El jefe del Ejecutivo también ha abordado con el pontífice de Roma otros aspectos relacionados con “sus principales preocupaciones”, entre los que destaca la inmigración y su abordaje por parte de los países y organizaciones occidentales. “Sobre migración, le he trasladado que la política de España está basada en el control de fronteras, la ampliación del sistema de acogida, la ayuda al desarrollo económico de los países de origen y tránsito, políticas de integración de la migración y, finalmente, la política vinculada con la migración regular, legal, segura y ordenada”, ha explicado.  

En consonancia con este discurso, ha llamado a abrir un debate en España y la Unión Europea (UE) en el que la pregunta seas “qué país y qué Europa queremos ser” y las dos respuestas alternativas sean “abierta y próspera o cerrada y pobre”. Sánchez se decanta por la primera de las opciones y la ha defendido con argumentos más allá de lo propiamente humano. “Porque además de la cuestión humanitaria, que ya con eso sería suficiente, hay una cuestión también de desarrollo económico y prosperidad”, ha enfatizado, pasando al caso español.

España, si no hace nada, va a perder cuatro millones de personas en edad de trabajar y, por tanto, pasaría a tener la misma fuerza laboral que en 1996”, ha recitado, dejando clara la necesidad de la inmigración para el país. Esta caída de la fuerza laboral “implicaría una reducción del crecimiento potencial del 2% al 0,1%, con lo que es absolutamente inviable sostener el estado de bienestar y garantizar un mínimo de prosperidad a las generaciones futuras”, ha relatado, llamando a abordar el debate con cuidado y desde otros prismas.