El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha desplazado este viernes hasta el Vaticano para reunirse con el Papa Francisco y abordar las principales problemáticas internacionales que azotan el mundo, pero el caso de corrupción relacionado con Koldo, Aldama y Ábalos le ha perseguido hasta el país más pequeño de mundo. Lejos de recular, el jefe del Ejecutivo se ha mostrado tajante y ha defendido la actuación tanto de su Gobierno como de su partido. “No va a haber impunidad”, ha sentenciad tras ver al romano pontífice, “quien la hace la paga”.
“Desde el Gobierno, en cuanto ha habido un mínimo atisbo de casos de corrupción, se ha actuado con contundencia, determinación y convicción. En este asunto también, pidiendo el acta del exministro Ábalos y abriéndole un expediente de expulsión”, ha defendido. “Lo más importante es responder, colaborar con la justicia, ser transparentes por parte de un Gobierno limpio que no tiene nada que ver con esas prácticas faltas de ejemplaridad., a diferencia de lo que va a ocurrir en épocas pasada, si hay un caso de corrupción”, ha añadido.
En la misma línea, defendiéndose de las acusaciones que quieren relacionarle con la trama, ha recitado los pasos que ha seguido cuando se ha dado cualquier situación de esta índole: “absoluta contundencia con cualquier atisbo de caso de corrupción que se haya podido producir en mi Gobierno; absoluta colaboración con la Justicia y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que en épocas pasadas no ocurrió; y, finalmente, respuesta inmediata, incluso ante la crítica de haber actuado y no haber respetado la lógica presunción de inocencia”.
Por último en lo referido al caso, Sánchez ha reconocido haber tenido conocimiento de la vista de Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, a España y ha querido desgranar como fue la actuación gubernamental. “A mi Ábalos me informó de la visita privada de la vicepresidenta Delcy Rodríguez y cuando el Gobierno se percató de que había unas sanciones individuales que recaían sobre ella se canceló la visita. Esa es la participación del Gobierno y cualquier otra cuestión que tenga que ver con supuestas prácticas delictivas lo dirimirá la justicia”.
Implacables y transparentes
En paralelo, desde Luxemburgo, el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, se ha mostrado igual de contundente al respecto, apuntando a la “implacabilidad” del Gobierno contra la corrupción. En este sentido, abunda en que el exministro José Luis Ábalos fue apartado del Partido Socialista en cuanto trascendió el caso Koldo. No obstante, ha apuntado que la “derecha” está ávida de titular al llevar una década intentando “ensuciar el nombre” del presidente.
“La derecha lleva diez años intentando ensuciar el nombre del presidente del Gobierno, no iban a hacer una excepción con esto”, remataba el ministro desde Luxemburgo en declaraciones a los medios de comunicación. Interrogado por el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) que señala al que fuera ministro de Transportes, quien habría informado a Sánchez de la visita de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, y que éste último no puso pegas.
Con todo, Bolaños ha exhibido su “orgullo” por pertenecer a un Gobierno que “es, ha sido y siempre será implacable con la corrupción”. Sin embargo, el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes ha esquivado las preguntas relativas a la justificación entonces de Sánchez, quien aseguró no estar al tanto de la llegada de la entonces vicepresidenta venezolana. En cualquier caso, ha asegurado que el Ejecutivo es “absolutamente transparente” en este sentido, actuando con “total contundencia” desde que tuvo conocimiento de las primeras informaciones sobre la trama de las mascarillas.