Ilhan Omar ha recibido una calurosa bienvenida en el Estado que representa, Minnesota, por defender sus convenciones pese a estar en el punto de mira del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Omar es una de las cuatro congresistas demócratas atacadas por Trump el pasado fin de semana.

La polémica racista comenzó en el canal predilecto de comunicación del presidente, Twitter. Trump comentó que cuatro congresistas deberían regresar a sus países de origen por no ser americanas. Cuestión que no es cierta, ya que tres de ellas sí nacieron en Norteamérica mientras que Omar llegó de Somalia siendo una niña.

La indignación de Omar fue tanta que respondió con un vídeo en su perfil de Twitter en el que manifestaba: “Estoy en el lugar al que pertenezco, la casa de la gente, ¡y vas a tener que lidiar con eso!”.

Trump no contento con lo que ya había expuesto, remetió de nuevo y directamente contra Omar asegurando que ella había pedido compasión para los miembros del Estado Islámico o de enorgullecerse de Al Qaeda. Los seguidores del magnate comenzaron a vociferar “¡Envíala de vuelta, envíala de vuelta!”. Sin embargo, un día después el presidente afirmó en la Casa Blanca que no estaba a favor de lo que coreaba la multitud.