Mariúpol es una de las ciudades que las tropas rusas, encabezadas por Vladimir Putin, casi han borrado del mapa. El territorio es un enclave estratégico para los intereses de Moscú debido a su situación geográfica, ya que pertenece a la región de Donetsk y está situado en la costa del Mar de Azov. Por lo tanto, su control permitiría a Rusia conectar por tierra las zonas controladas por las milicias prorrusas en Donetsk y Lugansk con la península de Crimea, uno de los orígenes del conflicto hace poco menos de una década.

Desde prácticamente el comienzo de la invasión, el máximo mandatario ruso se ha ensañado principalmente con la ciudad de Mariúpol, así como con la capital Kiev. La primera, a pesar de que este lunes el Kremlin amanecía con la noticia de su resistencia, está prácticamente reducida a cenizas.

Además, Putin no tiene miramientos a la hora de lanzar sus ataques. No respeta las ‘normas’ mínimas que una guerra debe mantener. Se vio hace un par de semanas cuando el Ejército Ruso bombardeó un hospital materno infantil.O el Teatro Dramático de Mariúpol, que corrió la misma suerte hace unos días y en el que, tal y como muestran las imágenes satélite, aparecía la palabra “niños” escrita a su lado. Este último servía de refugio antiaéreo a la población y acogía a cientos de civiles en cada ofensiva rusa.

El teatro bombardeado en Mariúpol con la palabra "niños" escrito en el suelo

Imagen satélite del Teatro Dramático de Mariúpol.
 

300.000 personas atrapadas

Actualmente, todavía 300.000 personas se encuentran atrapadas en la ciudad ucraniana tratando de huir del conflicto, tal y como recoge este medio, mientras que unas 4.100 han sido desalojadas en las últimas horas hacia la ciudad de Zaporiyia, en el noroeste del país. Los ocupantes han sacado también ilegalmente a la gente de distintas zonas como el distrito de Levoberezhny y de un albergue en un inmueble de un club deportivo, donde más de 1.000 personas – en su mayoría mujeres y niños- se habían refugiado.

Fila de coches en Mariúpol, Ucrania

Varias personas buscan salir de Mariúpol.EP
 

El lugar portuario ha quedado prácticamente en escombros tras los continuos ataques rusos, aunque el Gobierno y las autoridades locales se niegan a entregar las armas y abandonar la ciudad, convirtiéndose así en uno de los puntos principales de la resistencia del país afectado.

La que es la invasión terrestre de mayor escala en Europa desde la Segunda Guerra Mundial ha dejado en Mariúpol algunas de sus consecuencias más notorias, acabando con más del 70% de los edificios de la zona hasta el momento y con efectos humanos sin precedentes desde entonces.

Condiciones infrahumanas

Los vecinos de la zona sobreviven en condiciones infrahumanas. En las últimas horas aseguran que han tenido que recoger agua de lluvia y cocinar palomas para hacer frente a la falta de suministros básicos. Además, y según el  Programa Mundial de Alimentos de la ONU, no se permite la entrada de ayuda humanitaria llegada de Occidente.

Varios residentes de Mariúpol huyen de la ciudad tras la apertura de un corredor humanitario
Varias personas caminan por Mariúpol. EP
 

La ciudad ha ido ofreciendo -cuando las autoridades han sido capaces- la posibilidad de salir de ella a través de corredores humanitarios. Sin embargo, no solo es que no todas sus gentes hayan podido huir de la guerra, sino que la localidad contaba con medio millón de habitantes antes de la invasión. Por lo tanto, la acción de Putin es, a todos efectos -humano, material y patrimonial- una auténtica catástrofre cuando se cumplen 26 días de su comienzo.