El Ejército de Israel ha anunciado en la noche de este sábado la puesta en marcha de un nuevo plan de ayuda para Gaza que contempla los lanzamientos aéreos avanzados este pasado viernes y que comenzarán esta próxima madrugada, acompañados de misiones de asistencia para garantizar la entrada de convoyes humanitarios de la ONU e incluso "pausas humanitarias" en las zonas de entrega.
Según ha adelantado el Ejército, "se reanudarán los lanzamientos aéreos de ayuda. El lanzamiento incluye siete palés de ayuda con harina, azúcar y alimentos enlatados". "La asistencia humanitaria designada permitirá el movimiento seguro de los convoyes de las Naciones Unidas que entregan alimentos y medicamentos y cabe la posibilidad de declarar pausas humanitarias en zonas pobladas para facilitar la ayuda", han añadido las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en su comunicado.
Entre otras cosas, el Ejército ha informado también de la reciente reconexión de una línea eléctrica desde Israel a una planta de desalinización de Gaza, lo que ha aumentado "la producción diaria de agua a 20.000 metros cúbicos". Frente a las denuncias de las organizaciones de ayuda internacionales y las agencias de la ONU, el Ejército insiste en que "no hay hambruna en Gaza" y que "se trata de una campaña falsa promovida por Hamás".
"La responsabilidad de la distribución de alimentos recae en la ONU y las organizaciones internacionales de ayuda. Por lo tanto, se espera que la ONU y las organizaciones internacionales mejoren la eficacia de la distribución de la ayuda y garanticen que esta no llegue a Hamás", avisa el Ejército, antes de asegurar que "las operaciones de combate en el enclave no han cesado". "Las FDI están preparadas para implementar pausas humanitarias en zonas densamente pobladas y continuarán operando para desmantelar la infraestructura terrorista y eliminar a los terroristas en las áreas de actividad", afirma.
La ONU alerta de la hambruna en Gaza
La hambruna está encontrando su asidero en la Franja de Gaza. La Organización de Naciones Unidas (ONU) ya había alertado hace escasos meses que la hambruna estaba llamando a la puerta de la Franja, pero esta realidad se está materializando. Las autoridades que están bajo el control del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) han cifrado en 115 personas muertas por hambre o desnutrición desde el inicio del conflicto, un número que está aumentando.
Si no se muere por hambre, se muere en el intento de acceder a los centros de distribución de ayuda humanitaria. Solo este jueves han muerto 12 personas que buscaban asistencia humanitaria en uno de los cuatro puntos de distribución, que pocas veces están abiertos a la vez, uniéndose a las más de 1.000 personas que han muerto en este intento, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Decenas de muertes casi a diario se han convertido en la normalidad para las personas que intentan acceder a estos puntos de distribución, los cuales están gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) bajo el gobierno israelí y Estados Unidos.
Pese a las afirmaciones del Ministerio de Exteriores israelí en sus redes sociales de que los suministros están en la Franja, pero que no han sido distribuidos porque “la ONU se niega en distribuirlos”, tanto la ONU como otros órganos internacionales han señalado que Israel ha bloqueado su acceso a la región y no han permitido esta distribución. Además, cabe recordar que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó cuando se levantó parcialmente el bloqueo total impuesto inicialmente para permitir el acceso mínimo de suministros, garantizó que esta distribución correspondería únicamente a los poderes del estado judío dado que, de otra forma, caería en manos de Hamás.