El Gran Premio de España de Fórmula 1 de 2026 conocido como ‘MadRing’ tendrá lugar el 11, 12 y 13 de septiembre de 2026, según confirma el calendario publicado por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) para el próximo año. Se trata de tres días de ruido que, excusados con ser un fin de semana al año, parecen no estar precedidos de los 14 meses que restan de 24 horas al día de obras durante seis días a la semana.
La plataforma ‘StopF1Madrid.com’, formada por vecinas y vecinos de barrios afectados como Canillas, Las Cárcavas, Valdebebas y San Lorenzo, está trabajando por desarrollar todo tipo de acciones para conseguir que el circuito no se construya, desde recursos jurídicos a movilizaciones y actividades de sensibilización.

Sin embargo, los datos ocultos del circuito de Fórmula 1 de Ayuso y Almeida afectan en especial al ruido que retumbará por cada barrio en un radio de cuatro kilómetros. Además del daño al medio ambiente, la movilidad y la inversión económica, los 142.000 vecinos que residen próximos a IFEMA sufrirán, como decía el edil por el PSOE-M, Jorge Donaire, “la especulación y el beneficio de unos pocos” materializada en ruidos y molestias persistentes.
Ruido por encima de la ley
Uno de los puntos más controvertidos es el ruido pues las previsiones apuntan a niveles acústicos que superarán ampliamente los límites legales, 55 decibelios. La OMS define como ruido cualquier sonido superior a 65 decibelios, un umbral que no recomienda superar, y si pasa de los 75, se considera dañino para el oído humano y doloroso a partir de los 120.
Para sortear la normativa, el Ayuntamiento de Madrid plantea suspender temporalmente la Ley del Ruido y la ordenanza municipal, alegando “excepcionalidad”. Esta maniobra, que ya genera oposición vecinal y política, ha acabado en los tribunales, pues Más Madrid y otras plataformas denuncian la falta de una evaluación ambiental estratégica y advierten de que se vulneran derechos fundamentales como el descanso y la salud.

La zona noroeste de Madrid se verá afectada en mayor o menor medida a los barrios y distritos cercanos. Desde los límites legales que se verán ligeramente superados en zonas como Simancas, Rejas o ciertas zonas de Arturo Soria, hasta las más afectadas como Las Cárcavas, Mar de Cristal o ciertas zonas de Barajas y la Alameda de osuna, donde los vecinos sufrirán un nivel de decibelios superior a los 75, superando el umbral dañino para el oído humano.
Barrio a Barrio
El barrio más afectado por el ruido será Las Cárcavas, que tendrá un nivel de 95 decibelios durante los tres días de competición. Sin contar con el ruido y molestias que sufrirán los aproximadamente 10.000 vecinos residentes en el barrio los días previos y posteriores, de montaje y desmontaje, Las Cárcavas sufrirá como ninguno las consecuencias de construir un circuito de Formula 1 en un espacio no del todo apropiado para su desarrollo.
La zona de IFEMA, pese a componerse mayoritariamente de oficinas sin apenas residentes, tendrá el mismo nivel de decibelios que Las Cárcavas durante los días de carrera. Seguido del barrio de Mar de Cristal, dentro de Pinar del Rey, del distrito de Hortaleza, que llegarán a unos niveles de 75 decibelios, afectará a más de 53.000 vecinos, siendo el barrio más afectado en población. Este ruido continuo que sufrirán los habitantes de esta zona es considerado dañino para el oído humano según la Organización Mundial de la Salud pero, claramente, no según Almeida y Ayuso que ignoran las consecuencias de su “macroproyecto”.
A continuación, los distritos de Canillejas y Barajas, que entre ambos suman cerca de 80.000 vecinos, tendrán una media de entre 66 y 69 decibelios de ruido dependiendo del lugar del barrio. Barrios residenciales que, a las afueras de Madrid, buscan la tranquilidad y el silencio que su presidenta de la Comunidad y su alcalde les van a arrebatar.