La Comisión Europea y la OTAN trabajan en su plan de “rearme” militar ante el escenario que se desempeña en el este del continente, especialmente después del abandono de Estados Unidos (EEUU), uno de los socios principales.

No se conoce con exactitud cuál puede ser el ritmo de crecimiento militar en nuestro país a tenor de ese acompañamiento en Europa, pero los cálculos llevan a unos 6.000 millones de euros anuales. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha señalado que el objetivo del 2% del PIB, que había prometido de cara a 2029, se adelantará para antes de esa fecha. No obstante, los planes que preparan la UE y la OTAN sí dan más pistas sobre cuál es el esfuerzo que debe hacer el viejo continente para alcanzar la conocida como “autonomía estratégica”.

El pasado miércoles, la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, ofreció algunos detalles acerca de su plan Rearmar Europa, con el que quiere movilizar 800.000 millones de euros en los próximos cuatro años de manera que la totalidad de la UE pase de un gasto militar ligeramente por debajo del 2% de su PIB a algo más del 3%. De esa cifra, unos 650.000 millones tendrían que salir de los presupuestos nacionales. Esto se traduce en que los Veintisiete tendrían que “sumar un 1,5% del PIB a sus presupuestos en materia de defensa”.

España tiene complicado reclamar un menor esfuerzo que el resto de países de la UE dado que ya se sitúa a la cola del gasto en materia de Defensa. Por consiguiente, para cumplir con el objetivo señalado por la Comisión, nuestro país tendría que incrementar su gasto militar en 22.500 millones hasta el año 2029, o lo que es lo mismo; aumentar por encima de los 5.600 millones anuales de euros la inversión en cuatro ejercicios.

 Además, dicha cantidad se tiene que incrementar cada año con el crecimiento del PIB en euros. Según la Comisión Europea, ese aumento no contará para cumplir con los objetivos de déficit público; de manera que los países no podrían ser sancionados si superan por este motivo el 3% del PIB de déficit, umbral a partid del cual se comienza a aplicar los procesos de disciplina presupuestaria europea.

El dinero restante -150.000 millones- del plan saldrán de la mano de un nuevo instrumento financiero denominado SAFE, el cual concederá créditos para financiar compras de sistemas europeos, plurinacionales y multinacionales que se focalicen en las áreas en las que el continente más flaquea. El Estado ha solicitado que parte de esa cantidad sean transferencias comunitarias a fondo perdido, pero el Ejecutivo europeo aún no se ha pronunciado al respecto.

Postura de España ante el "rearme" europeo

Con todo, Sánchez ha rechazado expresamente destinar parte de los fondos de cohesión a gasto militar. Además, destacar que contaría con los créditos del Banco Europeo de Inversiones (BEI), aunque estos se destinan a las empresas.

Diferente es cuanto tiene que ver con la OTAN. Ya en 2014, la Alianza Atlántica fijó un objetivo del 2% del PIB que se tenía que alcanzar en el plazo de diez años y que España está lejos de cumplir. Moncloa mantiene que se trata de una mera recomendación.  Entretanto, el líder del Ejecutivo selló con Joe Biden un compromiso en firme en la cumbre aliada de Madrid, en 2022; pero estos objetivos han quedado anticuados y la OTAN prevé la revisión en junio.

En este sentido, el nuevo gasto militar se situaría por encima del 3% del PIB, lo que implicaría algo más de 1,5 puntos sobre el 1,3% actual. La Comisión también ha dado la indicación de aumentarlo una media de un 1,5% del PIB, lo que en nuestro país llegaría hasta alrededor del 2,8% del indicador.

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